¿Son justificados los argumentos de la comunidad U`wa para mantener el cierre de esta reserva natural, una de las más importantes del país?
¿El deshielo de la masa de nieve y la disminución de sus fuentes de agua han sido provocados por la actividad ecoturística?
¿Hay intereses económicos o de otra naturaleza para mantener el Parque cerrado?
Estos son algunos de los interrogantes que surgen de la decisión de mantener el cierre del Parque Nacional Natural de El Cocuy desde el 29 de febrero de 2016, por determinación de campesinos de la región, primero, y luego por la intervención de la comunidad U`wa.
La principal justificación del bloqueo es la protección del Zizuma como en lengua U`wa se le conoce a la Sierra Nevada de El Cocuy, Güicán y Chita, un ecosistema de la mayor importancia por el valor cultural, paisajístico y ambiental que representa para las comunidades de los departamentos de Boyacá, Casanare y Arauca.
Aunque los primeros amagos de protesta fueron protagonizados por campesinos que alegaron disminución del agua que recibían de un distrito de riego, fue la guardia indígena del pueblo o nación U’wa la que asumió la restricción para el acceso de turistas. Posteriormente Parques Nacionales, a través de la Resolución 401 del 29 de julio de 2016, resolvió prohibir el ingreso de visitantes y prestadores de servicios turísticos.
Desde entonces se inició un proceso de negociación con la Gobernación de Boyacá, Parques Nacionales Naturales y el Ministerio del Interior para encontrar puntos de acuerdo, sin embargo, los diálogos han sido tensos e infructuosos al punto que los aborígenes rechazaron los acercamientos con el gobernador Carlos Andrés Amaya y sus delegados “por sus posiciones radicales” y prefirieron que el proceso continúen con el alto gobierno.
¿Pero cuál es la incidencia de los U`wa en la región? El Parque Nacional Natural El Cocuy se entrelaza con el resguardo unido U’wa de las comunidades de Bachira, Róyota y Sínsiga, en Boyacá; y los resguardos de Angosturas, Valles del Sol, Civariza y Laguna Tranquila, en Arauca.
{source}<iframe width=»615″ height=»315″ src=»https://www.youtube.com/embed/7kHZXmDsm1Y?ecver=1″ frameborder=»0″ allowfullscreen></iframe>
{/source}
Fuente: Trochando sin fronteras
Y es ese dominio y esa autoridad territorial la que les ha llevado a asumir la defensa del Zizuma y a plantear como condición principal la realización de un estudio intercultural de impactos socioambientales en el que la nación U`wa pueda participar tanto en la conformación del grupo que lo realice como en la definición de la metodología y la implementación de sus resultados.
Sin embargo, y a pesar del significado cultural de esta comunidad, y su reconocimiento internacional, su posición ha sido catalogada como exagerada, oportunista y autoritaria por parte de otro sector de campesinos y de los operadores turísticos locales afectados por la disminución de los ingresos económicos que percibían gracias a la presencia de visitantes nacionales e internacionales.
José Barrera es uno de ellos. Él y otros afectados protagonizaron el pasado 25 de febrero la ‘Marcha del Silencio’ para protestar por el prolongado cierre y la demora del gobierno nacional para tomar medidas que permitan superar la situación.
Barrera desvirtuó la posición de los líderes del pueblo U`wa y dijo que los artesanos y quienes ofertan servicios ecoturísticos no son colonos, son raizales de la región, y que también tienen derechos y deberes sobre el territorio de la Sierra.
Criticó de paso el concepto de ancestralidad esgrimido por los indígenas y el que a partir de él “se crean una raza superior y salvadores del mundo” y denunció su pretensión de que el gobierno les escriture más hectáreas dentro del Parque Natural para reponer las que, según dijo, la comunidad cedió en su resguardo con fines de exploración y explotación de hidrocarburos.
Aseguró que gracias al acompañamiento del Sena y de otras entidades nacionales y extranjeras se han capacitado en educación ambiental, senderismo y técnicas para garantizar la sostenibilidad de su actividad.
Entrevista completa con José Barrera
{source}<iframe width=»100%» height=»100″ scrolling=»no» frameborder=»no» src=»https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/309659550&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false&visual=true»></iframe>
{/source}
Wilson Torres, representante de una asociación comunitaria que reúne a 20 familias que subsisten del ecoturismo, se refirió al impacto económico provocado por el cierre del Parque, a las pérdidas y al desplazamiento de muchas familias hacia los centros urbanos por la reducción de sus ingresos que provienen en su totalidad de los servicios de hotelería, alimentación, guianza y de venta de artesanías, de los que dependen familias de localidades como El Cocuy, Güicán, Panqueba, El Espino, Guacamayas, San Mateo, La Uvita, Boavita y Soatá
Entrevista completa con Wilson Torres
{source}<iframe width=»100%» height=»100″ scrolling=»no» frameborder=»no» src=»https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/309676035&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false&visual=true»></iframe>
{/source}
El desarrollo de la ‘Marcha del Silencio’ del pasado 25 de febrero en Güicán coincidió con la sesión del Consejo Directivo de Corpoboyacá en ese mismo municipio lo que permitió que los manifestantes plantearan sus preocupaciones a los integrantes del organismo.
Al final se produjo una declaración que recoge el malestar de la comunidad y que formula exigencias concretas tanto a las autoridades civiles como a las de la nación U`wa.
Los audios y las imágenes fueron suministradas por Diego Alejandro Peña.
