Fuente: archivo particular

Bosques, comunidades y aves, la estrategia de Corpoboyacá para educar y promover la conservación

Un recorrido por siete ecosistemas del departamento que permite conocer el potencial de la avifauna y su aporte al bienestar de cientos de especies.   

¿Sabía usted que el El colibrí gorriazul (saucerottia cyanifrons) se encuentra en los bosques secos del Chicamocha que comparten los municipios de Soatá, Boavita y Tipacoque?

Este es uno de los datos que aporta la cartilla ‘Bosques, comunidades y aves’, producida por Corpoboyacá. A través ella la Corporación pretende promover el conocimiento de las aves, del entorno donde habitan, de las comunidades con las que interactúan y de la importancia de su preservación. 

A lo largo de 122 páginas los lectores podrán aprender con las ilustraciones y el contenido sobre 40 especies de aves distribuidas en varios ecosistemas de la jurisdicción de Corpoboyacá: los Bosques Secos del Chicamocha, los parques regionales naturales Siscunsí – Ocetá, Serranía El Peligro y Serranía de las Quinchas, el Lago de Tota, la Zona de Influencia Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto Río Fonse y la Reserva Forestal Protectora Cuchilla de Sucuncuca y Bosques Húmedos de Lengupá.

En el apartado correspondiente a cada área natural, los lectores, niños y adultos, encuentran información útil sobre sus características, los servicios ambientales que ofrece y el tipo de aves allí identificadas. De las especies de pájaros relacionadas se aportan detalles sobre su nombre científico, su condición (de acuerdo con la clasificación de riesgo y vulnerabilidad), su alimentación y las zonas en donde con mayor frecuencia se han observado. 

Niños, profesores y padres de familia pueden encontrarse alrededor de la cartilla para colorear las aves, identificar las que con más frecuencia hacen presencia en su vereda, en su barrio, en su entorno, y comprender su valiosa contribución al bienestar del planeta y de quienes de él dependemos.   

La cartilla destaca el rol de las aves en los ecosistemas y menciona que cumplen roles fundamentales “para la subsistencia de sí mismas y de los demás seres que habitamos el mundo” como la polinización, la dispersión de semillas, el control de plagas y la fertilización de los suelos, además del aporte económico y social representado en la seguridad alimentaria y en posibilidades derivadas del turismo de naturaleza como el avistamiento de aves.      

Fernando Ayerbe Quiñones, biólogo, autor de la Guía Ilustrada de la Avifauna Colombiana y asesor editorial de la cartilla de Corpoboyacá, destacó que a través de ella se busca acercar a la gente con los ecosistemas que brindan agua, aire, comida, deleite y refugio a las comunidades de Boyacá. 

Ayerbe señaló además que aunque hay una cercana relación entre las personas y las aves, “poco se sabe de cómo la vida de estos animales y las personas están íntimamente ligadas, buscando un mismo fin, sobrevivir”.

Herman Amaya Téllez, director de Corpoboyacá, destacó que ‘Bosques, comunidades y aves’ “ha sido posible gracias a la majestuosa contribución de la naturaleza boyacense, su conexión y cercanía para todos los seres”. 

La producción del documento fue respaldada por urbaser, TGI Grupo de Energía de Bogotá, Lotería de Boyacá, Fundación Milpa, Argos, Gensa, Paz del Río – Votorantim, JAV Servicios Comerciales, Gerdau Diaco y la Compañía Eléctrica de Sochagota. 

En la publicación se hace referencia a Colombia como el país con mayor diversidad de especies de aves en el mundo, con alrededor de 1954 reportadas, de las cuales 90 son endémicas o exclusivas para este territorio. 

“Solo en el departamento de Boyacá se han reportado alrededor de 850 especies de aves, de estas 23 en estado de amenaza, es decir el 3 por ciento del total de la avifauna boyacense”. Se advierte además que las principales amenazas que se ciernen sobre estas y otras variedades de seres vivos son la pérdida de hábitat por la tala indiscriminada de bosques, los incendios forestales provocados, la caza ilegal y el tráfico de fauna.             

Frente a estos riesgos y la necesidad de modificar el comportamiento ciudadano a favor de la vida presente en la naturaleza, Fernando Ayerbe ponderó la importancia de la cartilla ‘Bosques, comunidades y aves” como una estrategia pedagógica hacia la conservación, “quien pinta un ave nunca olvidará su nombre, la reconocerá fácilmente y va a valorar su presencia o la extrañará en su ausencia”.  

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