Boyacá debe prestar más atención al bienestar de sus aves

En Cubará fue destruido un bosque que servía de hábitat a varias especies endémicas.

Saúl Sánchez, un técnico en recursos naturales de ese municipio fronterizo, relató que durante la jornada mundial de observación de aves del pasado 4 de mayo, conocida como Global Big Day, pudo evidenciar la destrucción de un bosque de galería de media hectárea, aproximadamente, al que acudían por alimentos algunas aves de la zona.

Sánchez dijo que en el Global Big Day de 2018, en compañía de ornitólogos del Instituto Alexander von Humbolt y de la Asociación Ornitológica de Boyacá Ixobrychus, en esa zona de la vereda Mundo Nuevo pudieron ver ejemplares de la especie Batará Carcajada y otras como atrapamoscas, hormigueros y tángaras.

“En ese predio había mucha guadua y caña brava, también muchos insectos de los cuales se alimentaban los pájaros. Aunque era de apenas media hectárea, era un bosque muy tupido que fue talado por completo para sembrar un corte de maíz”, describió Saúl Sánchez, quien lamentó el poco interés que los habitantes de la región y las autoridades le prestan al cuidado de las aves y de los ecosistemas donde habitan.

Aves en peligro

Amazilia castaneiventris es una especie endémica y peligro de extinción. Esta fue registrada en la finca El Reposo, ubicada en el bosques secos de Soatá. Foto: Alejandra González.

Johana Zuluaga, bióloga de la Asociación Ornitológica, y una de las coordinadoras del Global Big Day en Boyacá, sostuvo que la situación de la avifauna ha desmejorado, especialmente para las especies que dependen de humedales como el Lago de Tota y de los bosques secos como los del Chicamocha.

“El cucarachero de pantano es una de las especies en riesgo por la intervención de su hábitat, cada vez más se disminuyen sus registros por la contaminación de los humedales, la intervención de los juncales, la invasión de los cuerpos de agua y la ampliación de la frontera agrícola”, aseguró.

Una situación similar se advierte en el bosque seco de la provincia de Norte. Allí está en riesgo un ave conocida como el cucarachero de Soatá que subsiste de lo que le provee este ecosistema. “La gente acaba con los matorrales, propios de este tipo de bosque, porque le parecen feos y los tumba sin saber que ese es el hogar del cucarachero”, explicó Johana Zuluaga.

La coordinadora regional del Global Big Day destacó que estas jornadas de avistamiento de aves buscan precisamente sumar más aliados a la conservación, educar a los ciudadanos en el conocimiento y el cuidado de las aves y llamar la atención sobre la necesidad de proteger los bosques y los humedales de los que depende la avifauna del departamento.

Creció la participación

Esta imagen corresponde a un ejemplar macho de la especie Trogon personatus. Fue observada en un robledal de la finca La Labrandera, en Soatá. Foto: Alejandra Gonzalez

Sobre el resultado de los recorridos que se hicieron a lo largo de las 68 rutas inscritas para la observación de aves en Boyacá, Johana Zuluaga resaltó el crecimiento en el número de listas reportadas en la plataforma ebird.org. “Eso significa que hubo más personas participando y subiendo información sobre las aves identificadas en el departamento”, explicó.

En 2018 se subieron 126 listas y en 2019 el número fue de 373. A la fecha el número de especies registradas desde Boyacá en la plataforma que administra The Cornell Lab, de la Universidad de Cornell, en Nueva York (USA) es de 500.

Aunque estos datos son importantes, la bióloga considera que se debe hacer un mayor esfuerzo para saber en qué estado se encuentran las casi 700 especies de aves que puede haber en Boyacá.

“La meta para el Global Big Day de 2020 es tener más expertos en cada sendero, de esa manera se podrían hacer registros más especializados y se contribuiría con la educación de los observadores aficionados”, mencionó Zuluaga.

Otro aspecto importante tiene que ver con el hecho de que en esta ocasión se observaron aves que habían sido reportadas en 2018, lo que demuestra que en algunas zonas las condiciones para su supervivencia se mantienen.

“Como Asociación lo que queremos es que cada vez más gente se involucre, que se interese por sus aves, que las reconozca, las valore y las cuide y además que se familiarice con la plataforma para subir sus listados y así tener un registro del potencial de aves que tiene el departamento”, sostuvo la integrante de Ixobrychus.

Jornadas de esta naturaleza permitirán disponer de información actualizada sobre el estado de la avifauna del departamento y de sus hábitats y servirá de insumo para que las autoridades ambientales y los gobiernos emprendan acciones para su protección.

Johana Zuluaga agradeció el apoyo de quienes aportaron con su tiempo y su experticia a esta causa, de las personas que gestionaron recursos locales para el transporte de los `pajareros y de quienes hospedaron y alimentaron a los caminantes. Aunque reconoció el acompañamiento de autoridades ambientales como Corpoboyacá y de la Gobernación, dijo que se requiere más compromiso institucional para los próximos recorridos.

 

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