¿Sabías que un puñado de tierra puede contener millones de bacterias y hongos, así como diminutos insectos y animales extraños y microscópicos como los tardígrados? El suelo saludable depende de una gama vibrante de formas de vida, una relación que está amenazada en todo el mundo a causa de la contaminación.
La contaminación del suelo puede interrumpir el delicado equilibrio de las interacciones entre los químicos y las formas de vida bajo tierra. Para la mayoría de las personas, el suelo es «invisible» y parece lejano, pero todos, en todas partes, se ven afectados por su degradación, porque el suelo es crucial para la vida en la Tierra.
La mayoría de los contaminantes provienen de desechos urbanos no tratados y de actividades humanas como las prácticas agrícolas insostenibles, la industria, la minería y otras.
Por ejemplo, muchos medicamentos desechados terminan en vertederos donde pueden filtrarse a los ríos o contaminar el suelo. El vertido de antibióticos y otros compuestos antimicrobianos, como los desinfectantes, junto a metales pesados, «tiene el potencial de impulsar la evolución de bacterias resistentes», dice el informe Fronteras 2017 de ONU Medio Ambiente. «Estos compuestos están presentes en aguas y suelos en un amplio rango de concentraciones», señala.
Los metales pesados son otra amenaza. La absorción de metales por las plantas a través de los suelos puede resultar en un riesgo significativo para la salud. El plomo y el cadmio en los alimentos son particularmente tóxicos para los humanos. Por ejemplo, el cadmio absorbido a través de la ingesta de alimentos puede penetrar a través de la placenta durante el embarazo, dañar las membranas y el ADN, y alterar los sistemas endocrinos, así como puede inducir daños en los riñones, el hígado y los huesos.
La contaminación de los suelos por mercurio también es peligrosa para los seres humanos, según un informe de mayo de 2018 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Una preocupación emergente es la contaminación por partículas plásticas, que puede ocurrir cuando los lodos de las aguas residuales se vierten en las tierras agrícolas. Las partículas de plástico y las microfibras se pueden encontrar en las aguas residuales, en los lodos de las plantas de tratamiento y en los lechos plásticos de las actividades agrícolas, y ahora están siendo reconocidas como un problema potencialmente grave para la salud del suelo.
Si bien no hay soluciones sencillas, recientemente se informó que algunos hongos degradan con éxito el poliuretano en cuestión de semanas.
Foto de Neil Palmer/CIAT/ONU Ambiente
Suelos, biodiversidad y alimentos
El suelo es el fundamento del sistema alimentario: 95% de nuestros alimentos proviene del suelo. Nuestros suelos son la base de la agricultura y el medio en el que crecen casi todas las plantas productoras de alimentos. Si están saludables, producen cultivos sanos que a su vez nutren a las personas y los animales.
Actualmente un tercio del suelo del mundo está degradado. En África, solo 8% del suelo es adecuado para la agricultura, y en el África subsahariana más de 180 millones de personas dependen de suelos agotados para el cultivo de sus alimentos, lo que amenaza su seguridad alimentaria.
La pérdida económica asociada con la degradación de la tierra en la región se estima en US$ 68 mil millones por año, según el informe del Panel de Montpelier de diciembre de 2014.
La biodiversidad subterránea es vital para los suelos saludables de los que depende nuestra alimentación. Aproximadamente 360.000 especies de animales viven en el suelo, una cuarta parte de todas las especies vivas descritas en el planeta, aunque la mayoría de ellas siguen siendo desconocidas, indica el informe La fábrica de vida: por qué es tan importante la biodiversidad del suelo, de la Comisión Europea.
¿Qué se puede hacer?
Foto de Neil Palmer/CIAT
Los pesticidas y los fertilizantes deben usarse con más moderación y deben ser mejor dirigidos para reducir la cantidad de contaminación que ingresa a los ríos. Las plantas de tratamiento de aguas residuales deben actualizarse para eliminar más eficazmente la contaminación de sus residuos. Deberíamos avanzar hacia una economía circular donde casi todo se recicle y se reutilice.
FAO está instando a los gobiernos a facilitar la remediación de los suelos contaminados que superen los niveles de contaminación establecidos, para proteger la salud de los seres humanos y el medio ambiente.
Las posibles soluciones actuales para contrarrestar la contaminación por antibióticos incluyen un mejor tratamiento y gestión de las aguas residuales, y el abordaje de puntos críticos como hospitales, locales de fabricación de medicamentos y sitios de eliminación. Otras precauciones incluyen terminar con el uso de antibióticos como impulsores del crecimiento del ganado.
Dependiendo de la región, el surgimiento de un solo un centímetro cuadrado (cm²) de suelo puede tomar de 100 a 1.000 años.
¿Cómo podemos entonces proteger los suelos existentes?
– Aumentar la materia orgánica en los suelos, con mayor cubierta vegetal, vegetación, lechos orgánicos y compost.
– En los paisajes gestionados, usar la vegetación para proteger los suelos de los efectos del viento y la salinidad.
– Practicar una labranza mínima (que reduzca las emisiones de CO2) y retener los residuos de los cultivos
– Implementar el pastoreo rotacional, planificado y controlado por tiempos.
– Fomentar el uso de fertilizantes de base biológica y otros materiales orgánicos cuando sea posible para reducir la dependencia de los fertilizantes químicos; donde sea necesario, aplicar pesticidas y fertilizantes químicos con el debido cuidado y garantizar una aplicación eficiente y segura.
– Apuntar a tener 100% de cobertura vegetal durante todo el año.
– Permitir el crecimiento de la biodiversidad, por encima y por debajo del suelo.
-. Apoyar y proteger las ecologías microbianas del suelo, incluidos los hongos.
-. Reducir la dependencia de los combustibles fósiles, y los fertilizantes y pesticidas no orgánicos.
– La mitad de nuestra basura doméstica podría ser compostada para ayudar a crear nuevo suelo.
«Los suelos saludables tienen un potencial sin explotar para la ciencia y el bienestar humano, y necesitamos entender mejor cómo la contaminación y el cambio climático los afectan», dice Abdelkader Bensada, experto en suelos de ONU Medio Ambiente.
“Las cuatro categorías principales de la vida en la Tierra, bacterias, hongos, plantas y animales, dependen del suelo para su existencia. El suelo sano es un requisito previo para los ecosistemas saludables”, añadió.