En la Institución Educativa San Luis – Sede La Florida, de Duitama, se dio apertura a la Escuela Campesina de Saberes de Alta Montaña Andina, una iniciativa que nace del proyecto Aulas Ambientales y del Comité de Educación Ambiental de Duitama, con el respaldo de instituciones y organizaciones como Urbaser, Corpoboyacá, Parques Nacionales, la Fundación Ecosistemas Andinos (Ecoan) y el Grupo de Trabajo en Páramos.
Durante el acto inaugural, Pedro Reyes, consultor y gestor de procesos de educación ambiental de la Fundación Ecoan, explicó que la Escuela se concibe como una comunidad de conocimiento y de vida que busca fortalecer el vínculo entre los habitantes rurales, la naturaleza y las instituciones.
Reyes situó la creación de la Escuela en un contexto histórico más amplio, recordando los hitos que han marcado la conciencia ambiental en el mundo y en Colombia. Mencionó la Conferencia de Estocolmo de 1972, donde se proclamó el derecho a un ambiente sano, y el Código Nacional de los Recursos Naturales expedido en 1974, considerado pionero a nivel global.
Cincuenta años después, añadió, Naciones Unidas recordó a la humanidad que solo existe un planeta habitable, el mismo que el Papa Francisco llamó “Nuestra Casa Común” en la encíclica Laudato Sí, al referirse a la triple crisis planetaria: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación creciente.
Colombia, dijo Reyes, cuenta con un marco legal robusto en materia ambiental, pero su aplicación ha sido débil en varios frentes, aunque destacó avances recientes como el Decreto 0960 de 2025, que establece directrices para la gestión comunitaria del agua, la ratificación del Acuerdo de Escazú y el Acto Legislativo 01 de 2023, que reconoce al campesinado como sujeto de derechos de especial protección constitucional.
“Estas decisiones del Estado —afirmó— refuerzan y respaldan el trabajo que hoy comienza la Escuela Campesina de Saberes de Alta Montaña Andina en Duitama”.
A propósito de la apertura de este escenario de formación y de los avances en cuanto al reconocimiento de las comunidades rurales, Reyes se refirió a estos logros como fruto de la movilización social y de la lucha campesina por la defensa de sus tradiciones, su cultura y su identidad.
“En las altas montañas andinas del país habita gran parte de la población y se produce la mayor cantidad de alimentos que sustentan la soberanía alimentaria del territorio”, reiteró Reyes.
Se refirió asimismo a la necesidad de crear comunidades de conocimiento, porque el medio ambiente lo permea todo. “Necesitamos el concurso de profesores, estudiantes, de la empresa, del Estado y de las juntas de acción comunal”, resaltó Reyes.
La Escuela Campesina de Saberes de Alta Montaña Andina se propone ser un espacio de diálogo entre el saber campesino y la ciencia, donde confluyan actores diversos con un propósito común: fortalecer la resiliencia de los ecosistemas de páramo y montaña, garantizar la sostenibilidad de los territorios y reconocer el papel esencial del campesinado en la defensa de la vida.