Según la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, los incendios de la última semana son cinco veces peores que los de 2021.
“No es solo el cambio climático, uno de los grandes problemas es la deforestación”, advierte la Fundación Gaia Amazonas, que explica la gravedad de perder el bosque amazónico.
Al eliminar una hectárea de bosque, la temperatura aumenta inmediatamente entre 12 y 16 grados C. El área afectada se convierte en una isla de calor y si acaso quedan árboles en pie, estos pierden su humedad y quedan completamente vulnerables a incendios forestales.
Sin bosque, el suelo es más árido y se pierde el proceso de evapotranspiración, pues no hay árboles que aporten la humedad necesaria para recargar las nubes que transportan el agua hacia regiones y ciudades principales de Suramérica, en lo que se conoce como los ríos voladores.
Uno de los mayores impactos, señala Gaia Amazonas, es la alteración en los ciclos anuales de lluvias. Los incendios que hoy se presentan podrían causar entre un 13 y 17% menos de lluvia en la región amazónica y partes de Brasil, Argentina y Uruguay.
“Una Amazonia sin llamas nos asegurará agua disponible y resiliencia ante el cambio climático. Las decisiones que se tomen en los próximos años definirán nuestro futuro y el del bosque tropical más grande y biodiverso del mundo”, aseguran los expertos en este ecosistema.
Más información sobre las acciones de protección de la Amazonía puede ser consultada en el siguiente enlace: http://escuchalaamazonia.com/es