Martínez es el responsable de la Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales, la dependencia del Ministerio de Ambiente que tiene a su cargo la administración de 59 áreas naturales protegidas del territorio colombiano a lo largo de algo más de 17 millones de hectáreas.
En Boyacá están establecidas cuatro de esas áreas naturales de importancia nacional: el Parque Natural El Cocuy, el Parque Natural Pisba y los Santuarios de Fauna y Flora de Iguaque y Guanentá Alto Río Fonce, y las condiciones del clima amenazan su integridad.
Luisz Olmedo Martínez describió que el riesgo para estos parques nacionales en el departamento se puede medir a partir de tres variables o condiciones particulares:
– Calidad de las coberturas vegetales. A menor calidad de las coberturas el riesgo aumenta. Si las coberturas son buenas, es decir, si la vegetación es abundante y se preserva la humedad el riesgo disminuye.
– El índice de sequía. El suelo seco o muy seco genera condiciones favorables para la ocurrencia de incendios.
– La actividad socio – económica en el entorno del área protegida. La presencia de pobladores cerca de los parques naturales los expone al impacto de prácticas como la rosería o las quemas controladas.
Martínez detalló que de los cuatro parques nacionales naturales con presencia en el departamento el más vulnerable, por la baja calidad de sus coberturas, es El Cocuy. Esa baja calidad se explica por la alta densidad poblacional y su impactante intervención a través actividades productivas como la agricultura, la ganadería y el turismo que subsisten en esa zona y de las cuales son responsables las comunidades indígenas y campesinas, los operadores turísticos y por supuesto los visitantes.
“Hay una actividad económica más grande que en los otros parques lo cual genera un riesgo más alto”, apuntó el director de Parques Nacionales Naturales.
Frente a la capacidad de los guardaparques adscritos a los Parques Nacionales localizados en Boyacá para controlar y sofocar incendios forestales, el director nacional admitió la necesidad de fortalecer sus destrezas en estas materias, de mejorar la capacidad de respuesta, de trabajar articuladamente con la comunidad y de crear en el territorio brigadas especializadas contra incendios, similares, por ejemplo, a la que opera en el Parque Isla Salamanca en el departamento del Magdalena.