¿Y después de la caravana por la Laguna de Fúquene qué?

Cultivos y ganadería predominan en lo que antes era la rivera de este humedal que en 1950 tenía 13 mil hectáreas y que hoy apenas alcanza las 3 mil.

Cuando el mundo conmemoraba el pasado 2 de febrero el Día Mundial de los Humedales. el Colectivo Laguna de Fúquene y otros movimientos ambientales se propusieron recorrer su cuenca entre Chiquinquirá y el municipio cundinamarqués de Cucunubá.

La intención era convocar a los habitantes de los valles de Ubaté y Chiquinquirá para exigir a las autoridades ambientales, las gobernaciones y los entes de control acciones urgentes y concretas para la recuperación de esta deteriorada laguna y del río Suárez, fuentes de las que subsisten alrededor de 160 mil personas de siete municipios de los departamentos Boyacá y Cundinamarca.

Chiquinquirá, con algo más de 72 mil habitantes, ha soportado reiteradas crisis por la imposibilidad de su empresa de servicios públicos de suministrarles agua de calidad y la incapacidad de su planta de tratamiento para depurar el agua que llega a la bocatoma. Los sedimentos, producto de la erosión de la cuenca de la laguna y las aguas residuales que viajan a lo largo del río Suárez, complican su tarea.

La invasión de predios de la laguna, uno de sus problemas. 

A pesar de la magnitud del problema, las gestiones institucionales no han tenido la celeridad y contundencia deseada por las comunidades. La CAR ha reportado inversiones destinadas al retiro de sedimentos de la laguna y la recuperación de predios en manos de particulares.

El primero de febrero de 2017 los gobernadores de Boyacá, Cundinamarca y Santander y el director de la CAR, Néstor Franco, anunciaron $ 450 mil millones para emprender un ambicioso plan de recuperación de Fúquene que incluía la construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales, sin embargo, un año después el balance es desalentador.

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Herman Amaya, asesor de la Gobernación de Boyacá, lo resumió así: “estamos un tanto varados porque la CAR no ha terminado la estructuración del proyecto en fase 3 para inversión de regalías. Nosotros seguimos teniendo la plata ahí ($ 30 mil millones). En lo que el gobernador si ha decidido avanzar es en la construcción del pozo profundo de Chiquinquirá”.

Esperanza en la acción popular

Jorge Lancheros (a la derecha) en entrevista con Uriel Parra Cortés.

Ambientalistas y comunidades de esta región cundiboyacense tienen su esperanza puesta en la acción popular que hace trámite en el Tribunal Administrativo de Boyacá.

Jorge Enrique Lancheros, uno de los accionantes, le contó a entreojos.co que luego de varias audiencias y del frustrado intento del magistrado Félix Alberto Rodríguez Rivera de concertar un pacto de cumplimiento con las instituciones responsables, la acción popular se encuentra en su etapa final. Lancheros confió en que el fallo le sea favorable a la laguna.

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El demandante recordó además que en el recurso judicial interpuesto se le pide al Tribunal que ordene a las entidades encargadas de velar por el bienestar de los recursos naturales lo siguiente:

– Limpiar y descontaminar la laguna.

– Gestionar la instalación de plantas o sistemas de Tratamiento de Aguas Residuales en todos los municipios de la cuenca.

– Evitar que los vertimientos de industrias rurales y urbanas lleguen sin tratamiento a la Laguna de Fúquene.

– Restaurar bosques nativos en las laderas de la cuenca para reducir la cantidad de sedimentos que llegan a la laguna (más de 6.700 toneladas al año).

– Evitar el despilfarro de los recursos públicos, tan escandaloso en el caso de la Laguna de Fúquene, exigiendo a los entes de control investigación y sanción para los implicados.

– Implementar tecnologías para la producción limpia en todas las actividades productivas que se desarrollan en la región.

A vencer la apatía

Eduardo Villareal, gestor cultural y defensor de la Laguna de Fúquene

Además de la descontaminación de las aguas, uno de los retos que tienen los colectivos ambientales es vencer la apatía ciudadana. Eduardo Villareal Velásquez hace parte del Colectivo Amigos Pro Defensa de la Laguna de Fúquene y sobre el objetivo de la Caravana argumentó que esta es una forma de trabajar con la gente para que entienda la magnitud del conflicto ambiental que la región está viviendo.     

“Hay muchas personas que piensan que la laguna ya no tiene remedio, pero nosotros estamos convencidos de que se puede recuperar. Dependemos de la voluntad política y de la unión de las comunidades y de las entidades”, dijo Villareal.

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Sobre los aportes que puede hacer los habitantes de la zona para empezar a ver cambios en su relación con el ambiente, Eduardo Villareal planteó la necesidad de que en las fincas ganaderas y lecheras se implementen procesos amigables como la disposición adecuada de los residuos que generan tales actividades y el reemplazo de las plantaciones forestales de pino y eucalipto, que hace varios años promovió la CAR, por vegetación nativa que ayude además a la recuperación del suelo.

“No queremos llegar a acciones de hecho, pero estamos dispuestos a continuar con los recursos legales y los que nos permita la Ley que obliguen al Estado a limpiar nuestras fuentes de agua”, dijo finalmente.

A su turno Reinel González, profesor del Colegio Pio Alberto Ferro, y gestor de la Caravana por Fúquene, consideró como muy urgente que la Procuraduría, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo actúen para evitar que se apruebe el Plan de Ordenación y Manejo de la cuenca del río Suárez pues en su opinión estuvo deficientemente formulado.   

Sostuvo que hubo fallas en la fase de aprestamiento, que las convocatorias a las juntas de acción comunal fueron deficientes, que la participación de los productores de la región fue reducida y que ni siquiera el Consejo de Cuenca fue tenido en cuenta por los consultores.

Por ahora la confianza de los defensores de la Laguna de Fúquene está fundada en el fallo del Tribunal Administrativo de Boyacá que podría producirse en dos meses, aunque también están pensando en salir a las calles y tomarse las vías para que sus peticiones por fin sean atendidas. 

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