Según el consolidado presentado por la ministra, 2.045 hectáreas de vegetación han sucumbido ante las llamas en este departamento, y dentro de los ecosistemas más afectados están el páramo de Las Alfombras; entre Aquitania y Tota, y el más reciente evento que comprometió vegetación nativa en el Parque Regional Natural El Valle, entre Arcabuco, Cómbita y Gámbita, este último municipio de Santander.
En estas dos emergencias fue evidente la ausencia de una estrategia eficiente encaminada a atender oportunamente las conflagraciones en ecosistemas estratégicos y áreas protegidas.
En el caso del páramo de Las Alfombras, donde se consumieron 350 hectáreas, las limitaciones de los cuerpos de socorro locales, la altitud de la deflagración (3.440 metros sobre el nivel del mar), la distancia desde los centros poblados y lo agreste del terreno impidió un control rápido del fuego que finalmente sucumbió ante la lluvia al tercer día de haberse activado.
Una situación similar se presentó en el Parque Regional Natural El Valle que hace parte del complejo de páramo Iguaque – Merchán. Allí se destruyeron aproximadamente 400 hectáreas de vegetación paramuna pese al actuar desesperado de la comunidad de Cómbita, Arcabuco y Gámbita para sofocar la candela, y del esfuerzo de las alcaldías, la Defensa Civil, Cuerpos de Bomberos Voluntarios, Guardabosques, Corpoboyacá y Parques Nacionales Naturales de Colombia.
A pesar de las declaraciones oficiales, incluidos los comunicados del Puesto de Mando Unificado y el pronunciamiento de la Ministra de Ambiente sobre el actuar de las autoridades, integrantes de la comunidad cuestionaron los tiempos de respuesta de las entidades para acudir en su auxilio
En el páramo de Las Alfombras se concluyó que la apertura de potreros para ganadería fue la causa de la ignición en la parte alta de la montaña, fue un incendio provocado, y tanto en este como en del Valle quedó demostrada la desarticulación entre las instituciones y la comunidad.
Cuando ocurrió el primer caso consultamos tanto a la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo (UDGRD) como a Corpoboyacá sobre la posibilidad de disponer de brigadas campesinas capacitadas como primer interviniente. Manuel Castellanos, el director de la Unidad, citó el trabajo particular de varios consejos de gestión del riesgo municipales para instruir a los comunales.
Natalia Vásquez, subdirectora de Ecosistemas y Gestión Ambiental de Corpoboyacá, respondió que esta opción debería ser parte de las estrategias municipales y departamental de atención de situaciones de riesgo.
El anuncio de este jueves 5 de octubre de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad González, de crear brigadas integradas por la comunidad a la cual se le compensará económicamente por su labor, obligará a las entidades departamentales a trabajar en su constitución más allá del tema de las competencias.
La Ley 1523 de 2012 establece unos protocolos de atención en situaciones de amenaza que le asigna responsabilidades iniciales a los alcaldes y a los cuerpos de socorro su municipio. Si la emergencia supera sus capacidades, se le pide ayuda al departamento y este a su vez a la Nación en caso de requerir apoyo especializado.
Este ha sido el principal argumento de la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo y de Corpoboyacá para delegar en los alcaldes la tarea inicial de actuar cuando se requiera en casos de incendios forestales, por ejemplo, independientemente de la magnitud de la situación, y es a su vez la razón por la cual la comunidad ha dirigido sus críticas hacia dichas entidades territoriales.
Minambiente creó Red Nacional de Brigadas Forestales
Ante los intensos efectos que tendrá en el país el fenómeno de El Niño, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible creó la Red Nacional de Brigadas Forestales, para atender de una forma más efectiva los incendios y eventos que se puedan presentar en las regiones.
Esta red, donde serán vinculadas activamente las Juntas de Acción Comunal, estará conformada por 80 brigadas con 1.120 personas en 24 departamentos, que serán capacitadas por los bomberos y dotados con herramientas que les permitan ser los primeros respondientes ante eventos que se puedan presentar.
“Buscamos regionalizar la estrategia de atención de incendios, entendiendo la diversidad de los ecosistemas y las zonas de difícil acceso. Con esto, vamos a aumentar la capacidad de atención regional de la mano con las comunidades quienes tendrán comunicación directa con bomberos y el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo”, resaltó la ministra Susana Muhamad.
Así mismo, se mantendrán las mesas diarias de seguimiento de puntos de calor para identificar, a través de satélites, posibles amenazas en áreas ambientales y enviar alertas a los equipos en territorio.
El protocolo, presentado por el Ministerio de Ambiente y la Unidad de Gestión del Riesgo, refuerza las acciones de atención de incendios forestales que, en el 2023, han permitido reducir en 58% el número de hectáreas afectadas por incendios forestales. De esta manera se han protegido más de 80.000 hectáreas de bosques.
“Con el aumento de los incendios en este año vamos a desarrollar una agenda articulada con el Ministerio de Ambiente para que avancemos en nuestro propósito nacional de seguir siendo una reserva de recursos naturales. Estamos trabajando en todos los convenios con las entidades del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres para reaccionar de manera oportuna”, manifestó Olmedo López, director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres.
Por otro lado, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ratificó que el fenómeno de El Niño sigue en evolución y se espera que en el trimestre noviembre 2023 a enero 2024 se sientan sus efectos con mayor intensidad; además, hay una probabilidad del 71% de que sea un fenómeno fuerte y se extienda hasta abril de 2024.
“En noviembre vamos a presentar lluvias en algunas regiones del país, aunque se presente el fenómeno de El Niño tendremos variedad de climas y mientras unas regiones tienen sequías, en otras habrá riesgo de deslizamiento e inundaciones. Sin embargo, el pronóstico indica que en el mes de enero habrá sequías más fuertes”, señaló Ghisliane Echeverry, directora del Ideam.