Por Germán García Barrera
Franklin Mendoza está harto de escuchar la frase “no me llames, yo te llamo” muy popular entre los burócratas de turno. Desde 2019 él y sus paisanos de las veredas Horizontes y Caño Grande, de San Luis de Gaceno, al sur de Boyacá, en límites con Casanare, en el piedemonte llanero, han denunciado la ocurrencia de este fenómeno y solo han recibido promesas.
Ellos atribuyen los afloramientos a fallas en la operación de la petrolera y específicamente al hecho de que, según testimonios de varios habitantes de la zona, quienes estuvieron vinculados como operarios de la compañía, en 2014 se le inyectó nitrógeno al pozo Medina con el propósito de incrementar la producción.
“A esa práctica también le llaman cañoneo, fue una fracturación con nitrógeno…luego pusieron a producir el pozo y de esa estimulación solo salió agua. A partir de esa fecha empezó el reguero de los afloramientos”, le dijo el 5 de agosto de 2022 Dinael Salas, uno de los testigos, a la Procuradora Ambiental de Boyacá, Alicia López Alfonso.
Su relato no ha sido tenido en cuenta por la entidad competente, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), tampoco por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), y frente al mismo Nikoil Energy ha guardado silencio.
Han transcurrido 10 años desde cuando don Salvador Ávila (Q.E.P.D.) se percató de las emanaciones del líquido aceitoso en los potreros de su finca situada en la vereda Caño Grande, distante a una hora por carretera del casco urbano de San Luis de Gaceno. Al principio parecía inofensiva, de hecho, algunas personas usaron esa sustancia para inmunizar la madera de los corrales, pero con el paso de los días la situación empeoró, aparecieron nuevos afloramientos.
En un informe del pasado 26 de agosto el Comité de la Veeduría Ambiental, creado en 2022 para darle fuerza a la reclamación de la comunidad, presentó una actualización del inventario de afloramientos activos que a la fecha llegan a los 16 en diferentes sectores próximos a la plataforma petrolera, y a ellos se suman los 12 puntos en donde se percibe un borboteo intermitente de gas, son burbujas que surgen de pequeños manantiales.
Durante los recorridos que hace Mauricio Ávila, uno de los hijos de don Salvador, a los lotes de la finca familiar para demostrarle a cuanto delegado estatal arriba al lugar, repite lo que podría parecer un ritual. Se aproxima a uno de los manantiales inundados por el hidrocarburo, generalmente de un color naranja y con una capa aceitosa, toma del suelo la hoja seca de un árbol, la sumerge en el pozo y luego la expone ante un mechero encendido. Para sorpresa de todos, menos de él y sus compañeros, la hoja se incinera en segundos producto de la combustión.
– ¿Quieren más pruebas?, le dijo Mauricio a la comisión de la Procuraduría General y a los delegados del ANLA, la ANH y de Corpochivor en la inspección del 2022. No lo hizo en un tono desafiante, no es su estilo, se le notó un dejo de súplica esperando doblegar con ello la indolencia estatal, la misma que experimentó su difunto padre durante muchos años.
Expedientes sin incidencia
La Plataforma Horizontes, operada por Nikoil Energy desde 2012, y construida entre las veredas Horizontes y Caño Grande, alberga tres pozos: Cóndor 1, Cóndor 2 y Medina, y sobre su operación la veeduría ha hecho una juiciosa reconstrucción del historial de los documentos entregados por la empresa a la ANLA y de los expedientes abiertos por esta autoridad ambiental con observaciones hechas a Nikoil Energy.
En la primera parte del informe se presentan algunos extractos de las autoevaluaciones elaboradas directamente por Lukoil Overseas, antigua propietaria del proyecto, en los que se ponderan las condiciones de las fuentes de agua y del aire de las áreas próximas a los pozos, como también del bajo impacto por el ruido generado y del mantenimiento de la vía de acceso al campo de exploración y explotación.
En la segunda parte la veeduría se dedica a revisar los expedientes abiertos por la ANLA, en concreto el Auto Nº 011552 /2023, a raíz de incumplimientos identificados en aspectos como manejo de aguas residuales, residuos sólidos y peligrosos, el seguimiento a las emisiones atmosféricas, el plan de contingencia y temas relacionados con capacitación del personal e información oportuna a la comunidad del área de influencia.
Franklin y los demás integrantes de la veeduría refuerzan lo expuesto en este Auto con su propio drama, ellos han sufrido las emanaciones de hidrocarburo y de gas que hasta ahora nadie ha querido investigar a fondo. La ANLA ha dicho que lo debe hacer la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y esta dice que la indagación específica debería adelantarla Ecopetrol por un asunto de competencias.
Lo cierto es que, a pesar de las denuncias, de las evidencias y de incumplimientos a órdenes impartidas por la ANLA, como aquella que dispuso recolectar de los potreros la sustancia aceitosa, Nikoil Energy sigue incólume. La han multado y ha pagado millonarias sanciones, pero nada de eso se ha visto reflejado en acciones de compensación como esperan los pobladores.
Mientras tanto el hidrocarburo regado por los potreros extiende sobre este territorio un manto de desolación. El pasto se ve amarillento, quemado, y al ser consumido por el ganado provoca en los semovientes enfermedades digestivas y la pérdida de sus crías. Podría calificarse como un caso de maltrato animal a lo que se añade, por supuesto, un severo impacto para la economía ganadera de esta despensa de San Luis de Gaceno.
La comunidad ha tomado medidas por su cuenta, podrían parecer arbitrarias, ellos las consideran válidas: desde el 28 de julio de 2021 decidieron impedir el tránsito de carrotanques para la extracción del crudo y el Ministerio de Minas y Energía, según lo revelado por la veeduría, ha mediado a favor de Nikoil sin considerar sus preocupaciones.
Amenaza para el agua
Hay que agregar a este conflicto socio – ambiental la contaminación de las fuentes de agua de las que dependen los pobladores de las veredas Caño Grande, Río Chiquito, Guamal, Guamalito, Monumento, La Mesa del Guavio, San Carlos y Puerto Rico. En opinión de Franklin Mendoza, las fuentes hídricas posiblemente comprometidas con la emanación de la sustancia asociada al diésel son Caño Grande, Río Chiquito, Caño Tigre, Catatumbo, Río Guavio, Río Upía y otras quebradas aguas abajo.
El 5 de agosto de 2022 durante la visita programada por la Procuraduría Ambiental de Boyacá, Juanita Andrade, bióloga de Corpochivor, dijo que existe un análisis de laboratorio del crudo recuperado del Pozo Cóndor y de la sustancia de los afloramientos pagado por Nikoil. En ese momento Andrade citó algunas de las conclusiones. Se identificó “un hidrocarburo con una API similar al diésel” aunque aclaró que este no fue validado por la ANLA “por vacíos en la cadena de custodia”.
En aquella ocasión la bióloga se refirió a la disposición de la Corporación, a través de un convenio con la CAR de Cundinamarca, para establecer la presencia de hidrocarburos, grasas y aceites en las fuentes que abastecen a algunas viviendas y al centro poblado de Horizontes.
En un espacio de diálogo y participación ampliado celebrado el pasado 26 de agosto en la vereda Horizontes y convocado por la ANLA, ante la solicitud reiterada de la comunidad, Juanita Andrade sostuvo que efectivamente se realizó el análisis químico a través del método de detección disponible en la CAR, sin embargo, aclaró, este tiene un límite de detección reducido de apenas 10 miligramos (mg) por litro.
Bajo ese método, en las fuentes abastecedoras evaluadas, el resultado estuvo por debajo del límite de detección. La conclusión es que el tipo de método usado no fue concluyente respecto a la presencia de hidrocarburos dadas las bajas concentraciones identificadas. “Se requeriría un método más sensible”, consideró la profesional de Corpochivor.
¿De qué depende que se pueda acudir a un método más sensible?, allí se expusieron dos escenarios, el primero que la ANLA le ordene a la empresa contratarlo. La otra opción es esperar los resultados de un estudio específico que está en curso y lo ejecuta el Servicio Geológico Colombiano.
"No me llames, yo te llamo"
Desde 2019 cuando los habitantes de Horizontes y Caño Grande pidieron explicaciones sobre lo que ocurría en sus predios han recibido evasivas y promesas, y en algunos casos entidades competentes han desestimado sus argumentos.
Uno de esos episodios se dio en agosto de 2022, días después de la posesión del gobierno del Cambio, en cabeza del presidente Gustavo Petro, y Susana Muhamad asumió como Ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible. En esa ocasión los integrantes de la veeduría, integrada además por la ex concejala Milena Porras, acudieron presurosos a una reunión convocada en la sede del Ministerio para exponer la problemática.
Allí tuvieron la oportunidad de detallarle a la ministra Muhamad los fundamentos de su reclamo, volvieron a describir la incidencia de los afloramientos, la contaminación de sus manantiales, el deterioro de los pastos, la enfermedad de su ganado, los incumplimientos de la empresa, la deteriorada convivencia con esta y la desidia estatal para resolver sus apremios.
Ese día creyeron ver la luz al final del túnel, se ilusionaron con la disposición de la funcionaria y de su equipo especialmente cuando la jefa de la cartera de ambiente designó a un enlace directo para canalizar su caso, su nombre Klaus Herbert Schutze Páez, quien en el pasado se desempeñó como asesor de la Secretaría de Ambiente de Bogotá en temas de cambio climático.
Luego de ese primer encuentro tuvieron algunas conversaciones posteriores, pero con el paso de las semanas Schutze Páez se ocupó en asuntos varios y les comunicó que su caso sería atendido por otra dependencia del Ministerio. Se inquietaron, pero acataron la instrucción. La comunicación con los nuevos voceros oficiales se desvaneció y el enlace directo con Muhamad entró en corto circuito.
La única funcionaria que ha asumido con interés su situación ha sido la procuradora ambiental de Boyacá, Alicia López Alfonso. Fue ella quien acudió en 2019 al Tribunal Administrativo de Boyacá como alternativa para obligar a las entidades responsables a intervenir, actuar y aportar soluciones efectivas al conflicto. Hace pocos días la Procuradora le informó a entreojos.co que se está a la espera de la decisión de ese organismo, sin embargo, el volumen de trabajo del magistrado a cargo ha impedido mayor celeridad en su actuación.
A pesar de su investidura como procuradora y de su propio empeño por ayudarle a la comunidad de Horizontes y Caño Grande, Alicia López Alfonso se muestra desilusionada, admite, con desazón, que no ha habido ningún avance significativo, “los afloramientos persisten, el gas persiste, la comunidad sigue inconforme y sus quejas se mantienen”.
En este relato no podíamos omitir el nombre de Fabio Medrano quien en 2019, cuando realizaba una correría política, se percató de la situación y lo publicó en sus redes sociales. Recientemente y en el marco del espacio de diálogo y participación ampliado del 26 de agosto, citado por la ANLA, y en su condición de secretario de Ambiente de Boyacá, se mostró vehemente y comprometió la voluntad de la Gobernación para visibilizar la crisis y presionar una solución.
Medrano reiteró en una entrevista con Caracol Radio que se pararía en la raya como corresponde, “de la mano de la gente”. Sus declaraciones ilusionan a los veedores ambientales de San Luis de Gaceno, no están dispuestos a seguir padeciendo más desplantes ni a soportar engañosas promesas de burócratas.