Delegados de organizaciones campesinas e indígenas de 16 complejos de páramos de los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Cauca, Nariño, Tolima y Santander participaron del Encuentro Nacional de Comunidades de los Páramos realizado en Bogotá.
Alrededor de 70 personas, habitantes de las altas montañas, acudieron a la invitación para intercambiar experiencias sobre su convivencia con el territorio, sus estilos de vida, sus medios de subsistencia, su relación la fauna, la flora y el agua, sus preocupaciones frente al deterioro del ecosistema, las acciones comunitarias de conservación y sus propuestas para enfrentar los retos de la productividad, el uso sostenible de los recursos y acciones para restaurar áreas deterioradas.
A lo largo de las dos jornadas se realizaron conversatorios, charlas magistrales, talleres didácticos, espacios de educación ambiental con niños y jóvenes, y una feria de intercambio de experiencias entre los asistentes.
La charla inaugural estuvo a cargo de María Concepción Matabanchoy, más conocida como ‘Conchita’, representante de la organización Asoyarcocha del departamento de Nariño. En su intervención explicó los retos, logros y las lecciones aprendidas que deja la agroecología y la conservación de los bosques y los páramos como opción de vida.
En este espacio las culturas fueron las protagonistas. Organizaciones campesinas e indígenas se organizaron por región, establecieron sus puestos de trabajo o stands -a modo feria- para mostrar a los participantes que el páramo también es su gente, sus costumbres y su trabajo por el bienestar comunitario y de la naturaleza.
El intercambio de regiones sirvió para reconocer las diferentes acciones de conservación de las organizaciones comunitarias, descubrir sus innovaciones, desafíos y sueños a futuro, y establecer alianzas entre los expositores.
“Esta feria nos permitió hacer un viaje por las diferentes regiones del país donde el proyecto ‘Páramos para la Vida’ está trabajando y hacer visible las culturas de los habitantes de los páramos y sus iniciativas de cuidado y conservación de estos ecosistemas”, sostuvo Ángela María Herrera, investigadora en temas de salvaguardas ambientales y sociales del Instituto Humboldt.
Además, se refirió a este como un escenario abierto de diálogo y al trueque de saberes en torno a las diversas formas de habitar los páramos, reconociendo la importante contribución de estos ecosistemas al bienestar de las comunidades.
Junto a la agenda académica se propiciaron 12 talleres orientados a fortalecer capacidades comunitarias en temas como: tejido para principiantes, propagación de frailejones, buenas prácticas de turismo de naturaleza, interpretación de mapas, Excel para principiantes, mecanismos de financiación para iniciativas comunitarias de conservación, hilado de lana desde cero, restauración ecológica a partir del conocimiento propio, avistamiento de aves, elaboración de un agroinsumo, formulación de proyectos y herramientas digitales y aviturismo.
Voces de mujeres paramunas
El espacio de trabajo también incluyó el Encuentro de Mujeres Paramunas en el cual las delegadas de los departamentos compartieron sus vivencias y reflexiones como lideresas de procesos socio – ambientales en sus territorios. Una de las delegadas de Boyacá fue Marcela Sánchez Correa, integrante de la Junta de Acción Comunal El Tabor de Güicán de la Sierra.
En mesas de trabajo se contaron en qué ha consistido su labor en los territorios y cómo, a través de acciones concretas, han contribuido al cuidado de los recursos de la alta montaña. También se refirieron al papel de las mujeres en la gestión integral de los páramos, a los retos que han vivido en el ejercicio de su liderazgo y a la importancia de la vinculación de otras trabajadoras del campo en el cuidado de sus territorios.
“Invito a las mujeres del páramo a que se unan a esta lucha, a este compromiso que tenemos para seguir cuidándolo. Las invito a unirse y a tomar consciencia porque este trabajo no es solo para quienes lo hacemos, sino que es para todos, porque el agua, el aire serán necesarios a futuro y ya estamos viendo los impactos del cambio climático”, concluyó Paola Maigual Maigual, representante de la Asociación Corazón de María del corregimiento de Gualmatán, Nariño
El proyecto GEF Páramos para la vida es financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) e implementado por la Agenda de Páramos y Alta Montaña del Instituto Humboldt, en alianza con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
*Con información aportada por el Instituto Humboldt.