Según el Banco de Alimentos de Bogotá, en Colombia se pierden aproximadamente 9.7 millones de toneladas de alimentos al año.

¿Pagar para que reciclen nuestros residuos de comida?

En Corea del Sur se aprovecha el 97 por ciento de los desperdicios de alimentos. Está prohibido arrojarla en los vertederos.

*Con información de BBC News Mundo

Colombia puede aprender mucho de la sociedad y de las autoridades de Corea del Sur en materia de gestión de sus residuos, especialmente de los orgánicos.

Según los datos más recientes aportados por el Banco de Alimentos de Bogotá, en el país se pierden 9.7 millones de toneladas de alimentos al año y muchos de ellos terminan en los rellenos sanitarios o los botaderos de basura.

La situación genera varios conflictos:

– El desperdicio es inadmisible si se considera el hambre de los hogares en pobreza extrema.

– Al arrojar comida a la basura se pierde la posibilidad de transformarla en abono o en raciones para animales.

– Los residuos orgánicos enterrados en los rellenos sanitarios se descomponen, producen un líquido conocido como lixiviado, responsable de contaminar el suelo y los nacimientos de agua; y provoca la emisión de metano, un gas asociado al deterioro de la capa de ozono.

En un reciente reportaje publicado por BBC News Mundo se da cuenta de las bondades del programa liderado por el gobierno de la República de Corea desde 1995 en varias etapas, y luego de experimentar crisis asociadas a la industrialización, el crecimiento urbanístico y el consecuente aumento de la población y por ente de los desechos resultantes de esa expansión.

Este medio internacional cita al profesor del Instituto de Agricultura de la Universidad Nacional de Gyeongsang, Jae-Cheol Jang, coautor de un estudio sobre el sistema coreano de reciclar residuos alimentarios.

“Según los datos más recientes que tenemos del Sistema Nacional de Manejo de Residuos, de 2022, en Corea del Sur se procesan cada año cerca de 4,56 millones de toneladas de restos de alimentos (de hogares, restaurantes y negocios menores)”, le dijo Jang a BBC Mundo.

“De esa cantidad, 4,44 millones de toneladas son recicladas para otros usos. Eso significa que se recicla en torno al 97,5% de los residuos de comida”.

Los números de Corea del Sur superan a los de Estados Unidos. La Agencia Ambiental de ese país estima que de los 66 millones de toneladas de residuos de comida generados en 2019 por restaurantes, hogares y supermercados, cerca del 60% acabó en vertederos.

Naciones Unidas calcula que en 2019 el desperdicio de alimentos en viviendas, establecimientos de venta al por menor y restaurantes ascendió a nivel global a 931 millones de toneladas.

¿Cómo logra Corea del Sur reciclar sus residuos alimentarios en forma tan eficiente? ¿Y qué pueden aprender otros países?

Frecuentes campañas de información recuerdan a la población cómo reciclar sus residuos de alimentos. BBC Mundo

Campañas y protestas

El sistema coreano es fruto de un esfuerzo de décadas.

En 1996 Corea del Sur reciclaba solo el 2,6% de sus residuos de alimentos, pero esto cambió durante la rápida transformación de la economía que venía de los años 80.

“La década de los 80 fue un período fundamental para el desarrollo económico de Corea del Sur”, señala el profesor Jang.

“Con la industrialización y urbanización también surgieron problemas sociales, y uno de ellos fue el manejo de residuos”.

Corea del Sur, un país de más de 50 millones de habitantes, también tiene una alta densidad de población, de más de 530 personas por kilómetro cuadrado.

En Perú, por ejemplo, la densidad es menor de 30 habitantes por kilómetro cuadrado. Los cambios económicos en Corea del Sur significaron un aumento de vertederos, algunos cercanos a zonas pobladas, y esto generó protestas.

Los restos de comida mezclados con otros tipos de basura no solo causan mal olor y producen efluentes líquidos, sino que contribuyen al cambio climático.

Los residuos de alimentos, cuando se descomponen, son una fuente de metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el dióxido de carbono.

Campañas ciudadanas exigieron una respuesta al problema de los vertederos.

“Había un fuerte sentido de comunidad destinado a abordar los problemas sociales juntos, y las políticas de gestión de residuos del gobierno combinadas con esfuerzos a nivel nacional nos llevaron a donde estamos hoy”, afirma Jang.

En 1995 se aprobó un sistema de pago por el volumen de residuos generado, sin separar aún restos alimentarios de la basura en general.

En 2005 se prohibió por ley tirar restos de comida en vertederos. Y en 2013 se implementó el actual sistema de Pago por Peso de Residuos de ComidaWeight Based Food Waste Fee o Wbfwf por sus siglas en inglés.

El sistema sigue evolucionando a medida que avanza la tecnología, pero se basa en un principio básico: “debes pagar cada vez que tiras tus restos de comida”.

Imagen de máquinas con sensores que pesan los residuos y calculan cuánto hay que pagar. BBC Mundo/Yuna Ku.

Cómo se hace

El sistema de pago por residuos de alimentos varía según la región o distrito, e incluso entre diferentes bloques de apartamentos.

Pero en general hay tres opciones.

1. Comprar bolsas autorizadas

En caso de usar bolsas para tirar restos de comida, es obligatorio hacerlo en las bolsas autorizadas.

Hay bolsas de distintos tamaños. Una de tres litros cuesta 300 won surcoreanos, unos 20 centavos de dólar. Una de 20 litros cuesta US$1,5.

2. Comprar calcomanías

Los negocios de comida suelen usar calcomanías o stickers que deben comprar previamente. Las calcomanías necesarias son luego colocadas en cada recipiente de residuos según el peso.

Los restos de comida sin consumir en casas y restaurantes pueden ser considerables en Corea del Sur debido a una tradición culinaria del país, el banchan, una gran variedad de platillos que acompañan al plato principal.

3. Usar máquinas con identificación por radiofrecuencia

Hasta junio de este año los usuarios compraban bolsas, pero en los bloques de apartamentos se pasó a un sistema automatizado.

Ahora los residentes colocan sus residuos en máquinas con identificación por radiofrecuencia, RFID por sus siglas en inglés, que permite la transmisión de datos por ondas de radio a un centro remoto. Estas permanecen cerradas y se abren cuando el residente digita su dirección o acerca su tarjeta de acceso que identifica a cada apartamento.

La máquina automáticamente pesa los residuos de comida. En algunos casos el costo es deducido en ese momento de la tarjeta de crédito del usuario. En otros la máquina computa cada uso y el costo se agrega a la factura mensual de servicios públicos como el agua.

“Lo que pagas por mes depende de cuántos residuos tiras”, asegura Yuna Ku, habitante de Seúl.

Las multas

Yuna señala que en general la población cumple con el sistema de reciclaje, que además de reglamentos para restos de comida, incluye normas y recipientes diferentes para aluminio, plástico, papel y otros materiales.

Si alguien bota residuos de comida en forma no autorizada debe pagar multas. La infracción puede verificarse en el caso de negocios por la baja cantidad de residuos computados, o por cámaras de seguridad.

“En mi edificio hubo una advertencia, por ejemplo, con este mensaje: ‘recientemente alguien tiró residuos de alimentos en forma no permitida. Tenemos cámaras de seguridad y estamos observándote. Así que si sigues haciendo esto deberás pagar una multa'”.

En el caso de los hogares las multas pueden superar los US$70, dependiendo de la frecuencia de la infracción.

En el caso de empresas, asegura el profesor Jae-Cheol Jang, las multas pueden superar 10 millones de won surcoreanos, que equivalen a más de US$7.000.

Los desechos de alimentos y de poda de cesped se pueden transfomar en abono para cultivos y recuperación de suelos.

¿Qué se hace con los residuos?

Los restos se reciclan con diferentes fines.

Los principales usos según datos de 2022 son ración para animales (49%), abono (25%) y producción de biogás (14%), explica Jang.

El sistema de reciclaje en Corea del Sur aún enfrenta desafíos.

Uno de ellos es el posible riesgo para la salud animal, ya que las raciones con restos de comida no procesados correctamente pueden transmitir enfermedades.

“Actualmente en la mayoría de los países industrializados se prohíbe o limita el uso de restos de comida en raciones para animales”, le dice a BBC Mundo Rosa Rolle, experta en pérdida y desperdicios de alimentos de la FAO.

En 2019 varios países asiáticos incluyendo Corea del Sur padecieron un grave brote de fiebre porcina africana, una enfermedad viral letal que causa fiebre hemorrágica en cerdos.

El brote llevó a que el gobierno surcoreano prohibiera temporalmente en granjas porcinas el uso de raciones elaboradas a partir de restos de alimentos.

Rolle aclara, sin embargo, que “hay estudios según los cuales, si se usan los métodos correctos de procesamiento, las raciones elaboradas a partir de restos de alimentos son seguras…La industria porcina en Corea del Sur no se ha visto afectada negativamente por el uso de estas raciones”.

Jang afirma que Corea del Sur tiene un sistema estrictamente regulado de procesamiento de residuos de comida para raciones animales a través de métodos como el calentamiento y la fermentación.

Otros desafíos del reciclaje en Corea del Sur son el alto contenido de sal de las comidas típicas (el exceso de sal puede ser nocivo para los animales) y la necesidad de mejorar la tecnología para hacer más eficiente la producción de biogás.

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