Fuente: Agencia de Noticias – Universidad Nacional
De apenas 14 cm, la reinita rayada es una de las aves migratorias más admiradas por su resistencia y belleza. Cada octubre emprende un viaje de hasta tres días sin pausa sobre el océano Atlántico para llegar a zonas cálidas de Sudamérica, donde permanece hasta abril.
Colombia es uno de sus principales destinos, especialmente en la región de la Amazonia y la Orinoquia. Sin embargo, en la última década sus poblaciones han disminuido significativamente, y hoy figura como especie “casi amenazada” en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La bióloga Andrea Morales Rozo, doctora en Estudios Amazónicos de la UNAL Sede Amazonia y docente de la Universidad de los Llanos (Unillanos), siguió el rastro de esta ave para entender sus preferencias de hábitat, su relación con el entorno y las amenazas que enfrenta en su paso por Colombia.
Durante su investigación, la experta Morales identificó que la reinita rayada elige su hábitat según factores como la precipitación y la productividad primaria, es decir sobre la cantidad de energía disponible en el ecosistema. “Estas aves prefieren zonas con vegetación abundante y conectividad ecológica, especialmente entre los 400 y 800 metros de altitud, como las estribaciones de los Andes orientales”, anota.
En total, la investigación abarcó 17 sitios de monitoreo en departamentos como Casanare, Boyacá, Meta, Guaviare y Amazonas. En estos se observó que la reinita rayada encuentra refugio en sistemas agroforestales como cultivos de cacao y cítricos con sombrío, además de bosques fragmentados. Estos entornos le proporcionan alimento y refugio durante su estancia no reproductiva.
Otro hallazgo interesante fue el cambio de plumaje. Aunque el macho de la especie luce un vistoso plumaje blanco y negro durante la etapa reproductiva, en el trópico ambos sexos adoptan una coloración más opaca. Sin embargo, poco antes de su viaje de regreso al norte, el macho recupera su plumaje brillante, lo que indica un cambio fisiológico asociado con su ciclo migratorio.
Amenazas que cruzan fronteras
El cambio climático, la deforestación y la fragmentación del bosque son las principales amenazas para la reinita rayada. En 2018, durante un evento de El Niño, se registró una baja supervivencia de la especie en los sitios estudiados, asociada con la disminución de lluvias y la escasez de alimento. Además, desde 2019 se ha registrado un aumento en la deforestación de las áreas que habita, lo que estaría afectando su capacidad de encontrar espacios adecuados para alimentarse y descansar.
“Yo creo que sí es clave resaltar la importancia de los sistemas agroforestales –ojalá con modelos de especies nativas como sombrío–, en los que se promuevan el cacao y el café con sombrío. Además, promover la conservación de los parches de bosque y de las cercas vivas para conectarlos alrededor de las rondas de ríos, quebradas y caños”, señala la bióloga Morales.
Para ella, estos corredores biológicos y sistemas productivos amigables son esenciales no solo para la reinita rayada, sino también para muchas otras especies y para la biodiversidad de la región.
Un semillero de ciencia y aves
La investigación también fue una experiencia formativa para más de 100 estudiantes del Semillero de Investigación en Biología Evolutiva de Aves Neotropicales de Unillanos, quienes participaron activamente en el seguimiento de la especie mediante telemetría, redes de captura y anillamiento. Algunos de ellos hoy continúan vinculados a proyectos de conservación.
“Después de conocer a la profesora Andrea Morales, hoy me considero como una amante del avistamiento de aves”, comenta la bióloga Maira Holguín, quien hoy trabaja con la organización Selva, en nuevas investigaciones sobre aves migratorias.
Aunque su paso por Colombia es silencioso, la reinita rayada cumple funciones importantes en el ecosistema, como el control de plagas y la dispersión de semillas. Por eso la investigadora Morales insiste en la necesidad de generar procesos de educación y sensibilización en las comunidades de la Orinoquia y la Amazonia.
“Me encantaría que se iniciara un trabajo de sensibilización con la comunidad y los productores, para que entiendan el valor de conservar las aves migratorias como esta”, concluye.