El río Chicamocha que actualmente conocemos es muy diferente al que en 1950 disfrutaron nuestros abuelos. En esa época se podía pescar o ir de paseo. Era seguro utilizar sus aguas para el consumo humano o para el desarrollo de actividades productivas como la agricultura o la ganadería.
El Chicamocha de hoy es un estercolero. A su cauce se vierten anualmente cientos de toneladas de aguas residuales, de desechos orgánicos y de desperdicios industriales que lo sitúan en los deshonrosos primeros lugares de los más contaminados de Colombia.
Pero además de sus problemas ambientales, el río en su cuenca alta ha sido víctima de una sistemática intervención que se evidencia en el desvío de su cauce con propósitos particulares y la instalación de puentes hechizos y de otro tipo de estructuras que lo han estrangulado en varios puntos a lo largo de sus 180 kilómetros desde los nacimientos de los ríos Jordán y la Vega, en Tunja; hasta el sector de Vado Castro, entre Tópaga y Sogamoso.
Estas modificaciones que a la brava se le han hecho al cauce del río, sumado a las debilidades o a la complicidad de las autoridades municipales y ambientales para hacer respetar su ribera, han provocado que en épocas de fuerte invierno, como la del fenómeno de la niña de los años 2010 y 2011, se presenten inundaciones y se ocasionen millonarias pérdidas en cultivos, vías e inmuebles, además del impacto para los miles de damnificados.
“Con el río restablecido, la naturaleza no nos volverá a golpear como ocurrió durante el fenómeno de la niña en los años 2010 y 2011”: Ricardo López.
Esta fue la principal motivación para que la Corporación Autónoma Regional de Boyacá – Corpoboyacá – decidiera invertir 4.771 millones de pesos en la realización de los ‘Estudios técnicos para definir la ronda de protección ambiental, la cota máxima de inundación y las alternativas de adecuación hidráulica en el cauce principal de la Cuenca Alta del río Chicamocha’
Dicha tarea, que ejecuta desde noviembre de 2016 la firma Consorcio Río Chicamocha IEH-H&E, a través del contrato CCC2016-175, permitirá, según explicó el director de la Corporación, Ricardo López Dulcey, reducir las amenazas por inundaciones y adoptar medidas de prevención frente a posibles eventos naturales derivados del cambio climático.
López Dulcey admite que es un proyecto ambicioso porque el departamento se dejó coger una ventaja muy grande a lo largo de varias décadas en las que el río se ha deteriorado en su calidad. Décadas de intervenciones y atropellos al río en su estructura física. Hoy el reto, admite, es tratar de devolverle a este cuerpo de agua su estado natural.
El director añadió que este es un ejercicio de planeación que le corresponde a la entidad y que a través de él se aportará conocimiento valioso para su buena administración y que se suma al proceso de actualización de Plan de Ordenación y Manejo Ambiental de la Cuenca Alta del Río Chicamocha que también está en marcha.
A la pregunta sobre el origen de los recursos para financiar las actividades que se desprendan del estudio, López Dulcey precisó que el resultado de este diagnóstico será el principal insumo para que con el apoyo de la Nación, el departamento y los municipios se gestionen las millonarias inversiones que permitan definir la ronda de protección ambiental del río y la adecuación hidráulica de su cauce.
Y es que además de las obras de infraestructura, la adecuación del cauce implicará adquirir predios de particulares que antes eran del río y que hoy son necesarios para almacenar el volumen de agua que corre por su rivera, especialmente en temporadas de fuertes precipitaciones.
Ricardo López, director de Corpoboyacá, confió en que a partir del estudio se logre la recuperación del Chicamocha./ Foto: Diego Alejandro Peña.
Beneficios del proyecto
Son dos, primordialmente, según lo describió Adriano Chaparro, asesor del consorcio: definir la ronda del río y diseñar las obras de adecuación hidráulica:
En la definición de la ronda se hará la identificación de zonas de utilidad pública y de
amenaza alta, media y baja por inundación en la escala 1:1000. En la adecuación hidráulica se pretende el mejoramiento hidrodinámico del río en función del control de crecientes, la optimización de las reglas de operación de los sistemas regulados sobre el río, el mejoramiento y la recuperación paisajística, de las áreas ecosistémicas y de los corredores ecológicos.
De acuerdo con el cronograma diseñado, el estudio deberá concluir en julio de 2018 y de allí en adelante habrá que conseguir el dinero para ejecutar sus recomendaciones.
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