Los retos ambientales de Sogamoso, una ciudad con aproximadamente 130 mil habitantes, van más allá de la calidad del aire. Si bien es la que mayor número de industrias dedicadas a la producción cemento, acero y de materiales de construcción concentra, con lo que eso implica, la capital de la provincia de Sugamuxi no es ajena a otros padecimientos que inciden en la calidad de vida de sus habitantes.
Carlos Andrés Bello, concejal de Sogamoso, considera que la presencia de grandes empresas conlleva a que estas deban trabajar de manera articulada con las autoridades para ajustarse a las normas ambientales. “El sector industrial no está organizado de la mejor forma y se debe avanzar para cumplir con lo regulado”.
Bello mencionó además la situación del occidente de la ciudad en donde la explotación de piedra caliza es responsable de otro tipo de impacto ambiental, sumado a lo advertido en el oriente con la extracción de arena. Esta práctica de socavar la montaña provoca el desplazamiento de material de arrastre en época de lluvia, e inundaciones que comprometen la movilidad y la tranquilidad de las familias del sector.
Las heladas también hacen parte del inventario de líos, en este caso de tipo climático. El concejal Bello se refirió a la crisis climática que ha vuelto vulnerable al Valle de Sogamoso. A comienzos de año se presentan bajas temperaturas que acaban con los cultivos y luego viene una temporada muy seca.
El edil reclamó por la falta de acciones políticas para poner en marcha proyectos que permitan a los campesinos adaptarse y mitigar las variaciones del clima, una de ellas tiene que ver, por supuesto, con la siembra de árboles. Mientras las coberturas vegetales sean escasas, la intensidad del hielo acabará con pastos y cultivos.
PTAR, elefante blanco
Sergio Benavides y Carlos Bello, concejales de Sogamoso.
Respecto a la planta de tratamiento de aguas residuales, uno de los elefantes blanco de la ciudad, y frente al cual el actuar de las entidades de control ha sido lento, tanto Bello como el concejal Sergio Benavides lamentaron que después de 10 años de haberse iniciado su construcción esta aún no entre en operación.
Indicaron que las sesiones de control político realizadas en el cabildo han permitido establecer la millonaria inversión de recursos tanto en la ejecución de la obra como en estudios para evaluar sus posibilidades de operación. “Un estudio dice que la obra es viable y el otro asegura lo contrario”, indica Sergio Benavides y complementa su intervención pidiéndole compromiso a Corpoboyacá y a la Gobernación para resolver la situación.
El concejal Bello señaló como principal problema de la PTAR la decisión de los gobiernos de que la obra se ejecute por etapas. En su opinión este proceder es riesgoso por las implicaciones en el cambio de administraciones, de contratistas y de personal, y las modificaciones por actualización en las normas sobre vertimientos de aguas residuales y sismo – resistencia.
“Si la planta pudiera ser terminada en los próximos meses es posible que no pueda funcionar porque su diseño no se ajusta a las reglas actuales, y su capacidad sería inferior al crecimiento de la ciudad”. Esa es su conclusión.
Sergio Benavides solicitó a la autoridad ambiental priorizar estos temas en el plan de desarrollo de la Gobernación y en el plan de acción de Corpoboyacá. Valoró los esfuerzos en el tema de la calidad del aire, pero consideró fundamental emprender acciones integrales para mejorar las condiciones ambientales de Sogamoso.
Benavides aludió además al relleno sanitario El Porvenir y su condición de sitio de disposición regional. Reflexionó sobre la necesidad de buscar medidas para disminuir la cantidad de toneladas que provienen de al menos 45 municipios, entre ellas Duitama, para ampliar la vida útil del relleno.