El equipo de veterinarios y profesionales del laboratorio Histovet, que tuvo a su cargo la necropsia de la osa andina, reportó que esta, rescatada el 30 de enero de 2020 en Moniquirá (Boyacá), “falleció por una degeneración cardiaca causada por su avanzada edad”. Según los análisis, el animal tenía entre 22 o 23 años.
Cesar Pérez Cuervo, docente de la Universidad Juan de Castellanos e integrante del equipo de Histovet, explicó que luego de los exámenes practicados a este ejemplar de la especie Tremarctos ornatus, se determinó como causa de su deceso una cardiopatía dilatada de tipo degenerativo.
Pensilvania fue capturada cerca de la ruta 62 en la Autopista Tunja-Bucaramanga, a la altura de Moniquirá, gracias a la alerta de la comunidad. La osa fue llevada el 2 de febrero de 2020 al Centro de Rehabilitación Oso de Anteojos, en el departamento de Cundinamarca, para brindarle atención especializada.
Casi trece meses después, el 30 de marzo de 2021, Pensilvania recuperó su libertad en la Reserva Natural de la Sociedad Civil Corazón de la Montaña, entre Duitama y Charalá, en inmediaciones del Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto Río Fonse.
A pesar de encontrarse en un espacio natural con las condiciones apropiadas para su alimentación y bienestar, Pensilvania salió en varias ocasiones de la reserva. Al menos en una de ellas se le rastreó cerca de la vereda Rincón Español, de Paipa, como lo reportó Corpoboyacá el pasado 6 de agosto, y luego de revisar la información arrojada por el collar satelital que permitía su monitoreo.
Los biólogos y las unidades de la Policía que ese día le seguían el rastro consideraron la opción de recapturarla para realizarle una evaluación médica y regresarla al ‘Corazón de la Montaña’, su hogar adoptivo, sin embargo, no se precisó si este procedimiento fue posible.
El 8 de septiembre pasado la Corporación dio cuenta de la muerte de la osa en la vereda Santa Bárbara, de Cómbita, muy lejos del ‘Corazón de la Montaña’. En ese momento, y a través del testimonio del médico veterinario Germán Aponte, se comunicó que en su cuerpo no se evidenciaron “rastros de proyectiles, perdigones o traumatismos contundentes”, y se anunció para los siguientes días un informe más detallado.
Ayer se dio a conocer que la necropsia y las pruebas histopatológicas complementarias apuntan a una cardiopatía dilatada vinculada a su edad como la principal causa de su defunción.