El resultado de los análisis adelantados por Corpoboyacá descartó que residuos de las industrias petrolera o minera hayan sido los causantes de la situación que comprometió la cuenca del río Lengupá entre los municipios de Rondón, en Boyacá; y Sabanalarga, en Casanare.
Los hechos se registraron en la noche del pasado 21 de marzo cuando la comunidad advirtió un comportamiento irregular del caudal y en la mañana del 22 de marzo constataron con asombro que cientos peces flotaban sin vida sobre el río y otros habían sido llevados hasta la orilla por la corriente.
A partir de los reportes ciudadanos se activaron los comités de gestión del riesgo de los municipios boyacenses de Rondón, Zetaquira, Miraflores, Páez, Campohermoso, Santa María y San Luis de Gaceno; y Sabanalarga, Casanare.
Ante las versiones de que la mortandad de peces en el río Lengupá y otros cuerpos de agua de la región había sido provocada por residuos industriales, las corporaciones autónomas regionales iniciaron la toma de muestras para establecer las causas reales del incidente.
Agua turbia, letal
Luego del reporte entregado por el personal de Corpoboyacá a los alcaldes de la zona comprometida, el jefe de gobierno de Rondón, Rousvelt Alfonso Chaves Leguizamón, informó que la turbiedad del agua, producto del deslizamiento de una gran cantidad de lodo y piedra, generó su contaminación y en consecuencia el deceso de la fauna acuática.
Chaves Leguizamón indicó que la situación comenzó en la cabecera del río Mueche, que nace entre Rondón y Siachoque. Describió que la inestabilidad del terreno, producto de unas particulares condiciones geológicas, incidió en el desprendimiento de tierra y rocas que fue a parar a la rivera del Mueche y de allí al río Lengupá y posteriormente al río Upía.
Su versión fue ratificada por Pilar Vega Ríos, profesional del área de Gestión del Riesgo de Corpoboyacá, quien detalló que cada corporación realizó análisis de laboratorio de la calidad del agua en los tramos de la cuenca que les corresponde, de acuerdo con su jurisdicción. En las muestras tomadas por el equipo de Corpoboyacá, y confirmadas en el laboratorio de la CAR, no se detectó la presencia de trazas de hidrocarburos o de pesticidas.
“Se advirtió la presencia de una grasa o mineral natural en la parte alta de la cuenca que pudo haber sido transportada por los sedimentos”, explicó Pilar Vega Ríos.
Sobre el impacto que la emergencia provocó a la fauna de la cuenca, la funcionaria informó que entre el 30 de abril y el 4 de mayo personal del Instituto Alexander von Humboldt realizó un monitoreo especializado para determinar que especies pudieron verse afectadas y que los resultados serán dados a conocer en las próximas semanas.