El uso de polvora en festejos religiosos o de carnaval afecta severamente a las aves y a las mascotas. Ilustración creada a partir de IA.

Aves y mascotas, víctimas silenciosas de los fuegos artificiales

Celebraciones religiosas como las de la Virgen del Carmen o festejos populares son responsables del impacto sobre la fauna.

En Colombia, las fiestas religiosas y feriales —desde el 7 de diciembre con la Velitas, hasta la Natividad (24), el fin de año (31) y la fiesta de la Virgen del Carmen (16 de julio)— han normalizado el uso indiscriminado de pólvora. Sin embargo, tras el colorido y la algarabía, se oculta un impacto severo sobre la fauna silvestre y doméstica, ampliamente documentado por expertos como la bióloga Johana Zuluaga, de la Asociación Ornitológica de Boyacá Ixobrychus.

Zuluaga advierte que los estruendos intensos y repetidos generan estrés agudo en aves silvestres y mamíferos domésticos, desorganizando sus patrones de alimentación, descanso y reproducción.

“Las aves pueden abandonar sus nidos, exponiendo crías a depredadores o al frío; mientras tanto, perros y gatos sufren ansiedad, temblores y reacciones extremas como correr sin rumbo lo que los expone al riesgo de atropello o lesiones graves al intentar escapar”, mencionó la bióloga.

Investigaciones del Instituto Humboldt confirmaron que la pirotecnia causa en aves reacciones como aumento del ritmo cardíaco, respiratorio y casos de infartos o muertes por pánico, además de desorientación y colisiones con estructuras urbanas.

Según el Instituto, “es importante saber que las aves reaccionan a distintos estímulos, tanto visuales como auditivos. Tienen la capacidad de detectar de antemano, por ejemplo, la aproximación de una tormenta meteorológica debido a la caída de la presión del aire y a otras señales que les sirve para prepararse y resguardarse. Sin embargo, algo distinto ocurre con las fuertes explosiones y sonidos potentes e inesperados que producen los fuegos artificiales”.

En una publicación hecha por ese centro de investigaciones biológicas se describe además que las aves y otros organismos sienten los estallidos de la pólvora como algo desagradable, perturbador y quizás hasta doloroso.

Y el Humboldt amplía su análisis a partir de plantear que algunos de los pocos estudios realizados sobre el tema señalan que esta percepción de amenaza que tienen las aves ocurre a través del órgano paratimpánico en el oído interno o a través de los sacos aéreos.

“Los fuertes ruidos que produce la pólvora hace que las aves entren en pánico, desorientándose en su vuelo y perdiendo su capacidad visual como resultado del humo, la niebla y los destellos de luz que dejan a su paso los fuegos artificiales. De esta manera, las aves quedan en alto riesgo de chocar contra obstáculos como edificios, tendidos eléctricos, árboles, entre otros. Estas perturbaciones terminan en lesiones o incluso en la muerte”.

Un ejemplo de ello, citado por el Instituto Humboldt, se localiza en el llamado viejo continente. Las indagaciones realizadas por oenegés independientes especializadas en aves dan cuenta de que, por ejemplo, el 83 % de los nidos de cormoranes, un ave acuática que captura peces zambulléndose bajo el agua, fueron abandonados por sus crías en noches de fuegos artificiales

Los fuegos artificiales liberan partículas contaminantes y gases como PM10, PM2.5 y dióxido de azufre (SO2). Foto de Miguel Acosta/pexels

Contaminación del aire y ecosistemas

Entidades como Cornare, una autoridad ambiental del Oriente del departamento de Antioquia, han medido la incidencia de la pólvora en ese territorio durante la temporada de fin de año (entre diciembre de 2024 y enero de 2025). Según los datos de tales registros, las concentraciones de material particulado en el aire se incrementaron en un 160% en la región.

En ese momento la entidad confirmó que los fuegos artificiales liberan partículas contaminantes y gases como PM10, PM2.5, dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx), causando que las concentraciones de estos contaminantes sean hasta ocho veces más altas en las horas posteriores a su detonación.

Inventario de daños

Johana Zuluaga, líder de la Asociación Ixobrychus, hizo un detallado y complementario listado de efectos negativos de la pólvora en Navidad, en los festejos populares, y aquella que acompaña los desfiles y las concentraciones religiosas.

En primer lugar, mencionó el estrés agudo en aves y mamíferos con alteraciones en sus patrones de alimentación, comportamiento y reproducción, y retomó el aludido por el Instituto Humboltd sobre el abandono de nidos, la desorientación, las muertes por infarto o las colisiones.

Sobre los perjuicios causados a perros y gatos, relacionó diagnósticos como ansiedad, temblores, conductas agresivas o de huida a partir de las cuales pueden exponerse a eventos de atropellamiento.

El aporte de Zuluaga y las referencias anteriormente citadas, permiten suponer que en ciudades como Sogamoso, con un ambiente ya deteriorado por el humo de las industrias locales, la contaminación por pólvora agrega una carga adicional a la baja calidad del aire.

La bióloga narró una experiencia cercana para ejemplificar la magnitud del problema con las mascotas. “Tengo una perrita, la más vieja, y siempre que se dan estas celebraciones, pensábamos que se puede infartar, y con los perritos comunitarios nos toca ir a buscarlos y guardarlos en alguna de las casas, siempre y cuando nos podamos anticipar”. Y con anticipar se refiere a la posibilidad, muchas veces incierta, de prever cuándo se lanzarán los cohetes. 

Prevenir y educar

Autoridades ambientales y estudiosos del comportamiento animal han planteado recomendaciones y alternativas para enfrentar el efecto negativo de los fuegos artificiales sobre la fauna, la nativa y la doméstica, y aquí destacamos las siguientes:

– Prohibir y reemplazar la pólvora por alternativas seguras (luces LED, manifestaciones culturales).

– Adoptar campañas educativas en municipios, priorizando fechas de alto impacto con enfoque en escuelas y parroquias.

– Monitorear la calidad del aire durante festivos y alertar a la ciudadanía.

– Promover acciones comunitarias de rescate y resguardo temporal de mascotas y fauna callejera.

– Investigar y documentar, con rigor científico, el impacto biológico de festividades con pólvora, apoyando políticas públicas informadas.

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