“Los páramos son socio-ecosistemas, y en ellos han habitado por décadas miles de familias que subsisten de actividades agrícolas o ganaderas. Esas familias necesitan apoyo para transformar sus procesos de producción”, dijo el funcionario quien se desempeña como coordinador del Sistema Regional de Áreas Protegidas de la Corporación.
Su planteamiento se formuló durante el Congreso Internacional de Páramos y Ecosistemas de Montaña que se cumple en la ciudad de Bogotá y que permitió en una agenda paralela que campesinos, indígenas y afrodescendientes le expresaran al Ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, sus preocupaciones ante la determinación de la Corte Constitucional de prohibir las actividades mineras, agrícolas y ganaderas en ecosistemas de páramo.
Díaz sostuvo que desde hace seis meses Corpoboyacá viene reuniéndose con los ministerios de Ambiente y Agricultura, la Agencia Nacional Minera y el Instituto Alexander von Humboldt para hacerles que ver que Boyacá es una región diferente a otras que también cuentan con este tipo de áreas protegidas, y la diferencia radica precisamente en la presencia de quienes han convivido históricamente con el frailejón, las lagunas y la vegetación del bosque alto andino.
El biólogo detalló que la principal evidencia de esta afirmación radica en el hecho de que de los 87 municipios de la jurisdicción de esta Corporación 63 tienen ecosistema de páramo y en 20 de ellos el 45 por ciento de su territorio es paramuno. En el caso de El Cocuy ese porcentaje asciende al 93 por ciento.
Trabajo en equipo
Corpoboyacá aprovechó el desarrollo del Congreso Internacional para dar a conocer las acciones que se han venido ejecutando en alianza con la comunidad a fin de emprender proyectos de restauración y de conservación de especies de fauna y flora, de investigación sobre la fijación de carbono atmosférico en los páramos de Boyacá, así como la creación de cinco parques regionales naturales.
El certamen sirvió para que los líderes campesinos le expresaran al gobierno nacional su temor de ser expropiados a la luz de lo previsto en los decretos de delimitación expedidos por el Ministerio de Ambiente.
Sobre ese particular el biólogo Hugo Díaz desestimó tal preocupación al señalar que más que una amenaza la delimitación es una oportunidad para que el gobierno nacional voltee a mirar a quienes han convivido en esos territorios.
Díaz confía en que las discusiones que se han dado en el marco del precongreso y del Congreso Internacional de Páramos y Ecosistemas de Alta Montaña permitan comprometer los recursos de la nación y de la cooperación internacional para la formulación de los planes de manejo y la financiación de los programas de reconversión productiva y de pago por servicios ambientales.
El profesional de Corpoboyacá tomó prestada la frase de uno de los asistentes al evento para concluir el diálogo con entreojos.co: “Así como el agua baja de los páramos así esperamos que los recursos económicos también suban”.
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