Una fotografía muy nítida y detallada de la vegetación, de las rocas y del espejo de agua del lago de Tota, y por supuesto de la avifauna presente en este territorio, es lo que pretende obtener el proyecto ‘Hidro – Aves Tota – Tecnología hiperespectral y monitoreo’ que desde octubre de 2024 y por 18 meses se ejecutará en su cuenca hídrica.
El estudio está a cargo del Grupo de Investigación CITESA de la UPTC Seccional Sogamoso, liderado por la docente Mercedes Díaz Lagos, física, profesora Asociada de la institución, y PhD en Física de la Materia Condensada y Nanotecnología.
Y en esta aventura participan, como lo requería la convocatoria del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la Fundación Montencito, la Asociación Ornitológica de Boyacá Ixobrychus y la reserva natural Pueblito Antiguo.
En medio del rigor académico e investigativo de este tipo de proyectos, hay anécdotas que le dan color y aportan un toque humano a iniciativas como esta. Felipe Velasco, de la Fundación Montecito, recordó que en junio de 2024 la profesora Mercedes Díaz le telefoneó para contarle sobre una convocatoria del Ministerio de Ciencia relacionada con tecnología aeroespacial e inteligencia artificial.
La investigadora le propuso pensar en algo relacionado con ese tema que pudiera beneficiar a la cuenca del lago de Tota. Felipe confiesa que inicialmente no comprendió el concepto de tecnología hiperespectral descrito por la académica, y titubeó en su respuesta inicial, sin embargo, como buen estudiante asumió la tarea y en las siguientes horas le envió un escrito de una página.
Allí esbozó una propuesta encaminada a procurar un mejor entendimiento del hábitat de esta cuenca para asegurar así adecuadas acciones de conservación, tanto de las aves locales como de las migrantes, y lograr la articulación con organizaciones de la zona.
Este fue el punto de partida para el proyecto ‘Hidro – Aves Tota’ seleccionado entre los tres primeros, de un grupo de 12, por los evaluadores del Ministerio de Ciencia
Lo que se investigará

Como se describió arriba, se indagará por la condición de la vegetación, del agua, del suelo y de las aves, y se hará de la siguiente manera:
El monitoreo de aves incluye identificación de especies y cantidad de individuos, su comportamiento individual y social, sus hábitos, su estado reproductivo y si se trata de aves residentes o procedentes de otras regiones.
El monitoreo de su hábitat considerará variables climáticas, del régimen de lluvias, el tipo de vegetación con mayor presencia, si se trata de especies nativas, terrestres, acuáticas, locales o exóticas. También detallará la alimentación disponible para las aves y el tipo de amenazas identificadas.
Otras variables a considerar son las de tipo hiperespectral, aquellas que indagan casi hasta la médula, o como prefiere describirlo Felipe Velasco, profundizan en la huella digital de los elementos naturales para determinar usos del suelo, riesgos por la presencia de agentes responsables de enfermedades y humedad. En cuanto al agua, se establecerá su calidad, su clasificación y su proceso de evotranspiración. De la vegetación se clasificarán sus especies, los riesgos que las apremian y su contenido de carbono.
A través de la tecnología hiperexpectral es posible además monitorear cambios en el ecosistema a lo largo del tiempo e identificar áreas prioritarias para conservación.
Cómo se investigará

El trabajo se desarrollará de manera simultánea desde el aire y en tierra. Mientras una avioneta tripulada y equipada con los elementos indispensables realiza los sobre vuelos sobre 4.000 hectáreas del costado occidental de la cuenca del lago de Tota, varios grupos de observadores en tierra, acompañados por un semillero de estudiantes de la UPTC, harán registros puntuales de suelo, vegetación, agua y aves.
Los datos de los observadores en campo se complementarán con aquellos capturados por los sensores instalados en la aeronave, de tal forma que la tecnología usada asimile la información y la procese para aprender y hacer predicciones. A este adiestramiento se le conoce como machine learning.
En el sitio web hidroaves.abctota.org, un recurso de comunicación creado para informar sobre el proyecto, se explica que la tecnología hiperexpectral captura información detallada sobre la luz reflejada por diferentes objetos y superficies.
Para realizar esta tarea son indispensables una Aeronave Cessna 172, un sensor hiperespectral HySpex Mjolnir VS-620 y un sensor lidar Riegl VQ-480. Los sensores pueden detectar rangos de luz más amplios que el ojo humano (400-2500nm vs 400-700nm), permitiendo identificar características específicas de suelos, agua y vegetación.
En el conjunto de profesionales que hacen parte de la investigación están por supuesto los de la empresa colombiana Black-Square, que aporta sus equipos y su experiencia, y la compañía boyacense GECICO, una consultora especializada en la toma de decisiones en proyectos de inversión de energía.
El costado occidental de la cuenca del lago de Tota está conformado por las siguientes veredas de Cuítiva: Buitreros (sector Llano de Alarcón), Amarillos, Balcones, Boquerón y Arbolocos, y a estas se suman otras del municipio de Tota como Guáquira, Tota y La Puerta.
No es un estudio más

El lago de Tota es uno de los ecosistemas más diagnosticados del país, Los más importantes centros de estudios públicos y privados de Colombia han puesto sus ojos sobre el embalse, el páramo que lo circunda, el estado de su vegetación y su deterioro.
De quienes subsisten del lago, de sus vecinos, de las autoridades locales y de las instituciones es ampliamente conocido que la agricultura con su indolente uso de agroquímicos es una de sus amenazas, también lo son el vertimiento de aguas residuales del sector hotelero y del municipio de Aquitania, y, por supuesto, la desarticulación de las entidades responsables.
Por eso cuando surge un nuevo estudio sobre el lago y su cuenca, la pregunta es ¿otro estudio para qué si los anteriores no han contribuido a resarcir el daño histórico infringido a su suelo, a su vegetación y a su biodiversidad?
Felipe Velasco, de la Fundación Montecito, una de las oenegés que ha documentado el devenir del embalse, es optimista pese a ser testigo de la poca efectividad de las acciones oficiales como de la escasa sensibilidad de los productores locales para transitar hacia procesos más sostenibles.
Velasco defiende el proyecto ‘Hidro Aves Tota’ con el argumento de que aportará información valiosa, pero advierte: “si no utilizamos la información para conocer mejor el territorio y tomar decisiones de planificación, de ordenamiento y de conservación, este trabajo no servirá de nada”.
El líder de la Fundación Montecito agrega algo que parece obvio, pero dadas las circunstancias, es mejor subrayarlo: “La información es conocimiento y el conocimiento es la base de fases posteriores que pueden desembocar en iniciativas de conservación”.
Y otra vez, parece obvio, pero las erráticas o convenientes actuaciones públicas y privadas ameritan reiterarlo, como lo recalca Felipe Velasco: si la información se usa como insumo para gestionar mejor el territorio, en los municipios se podrían formular mejores planes de desarrollo, y una entidad como Corpoboyacá podría servirse de ella para proyectar con acierto instrumentos claves como el Plan de Ordenación y Manejo Ambiental (Pomca) de esta cuenca o el Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico (PORH). Sería el mundo ideal.
La información que aporte el proyecto ‘Hidro Aves Tota’ podría ser igualmente útil para los integrantes de las juntas de acción comunal, de acueducto veredal o de los distritos de riego, “por eso no es un estudio más”, lo reafirma Velasco. El conocimiento que se obtenga a partir del uso de tecnología de punta y del recorrido a pie por las áreas de estudio les aportará elementos para entender mejor el suelo donde cultivan o el comportamiento de amenazas como los incendios forestales.
Y en este punto planteó dos ejemplos concretos: Si se conocen detalles del suelo y del tipo de vegetación, y su asociación con la ocurrencia de las conflagraciones que cada año devoran cientos o miles de hectáreas de páramo, se podría impulsar la restauración con la siembra de especies menos propensas a las llamas, o la gestión de un proyecto ante una embajada o una agencia de cooperación para construir una estación de bomberos equipada con los elementos indispensables que ayude en el control o la sofocación de las llamas.
En el cierre de nuestro diálogo Felipe Velasco resaltó que este es un proyecto pionero en Colombia, que es la primeva vez que se hace en una cuenca hídrica con una tecnología de este tipo y desde aeronaves tripuladas. “De esto no hay un ejemplo, no es más de lo mismo”.
Entonces, si un día de estos se encuentra en los alrededores del lago de Tota y advierte el ruidito monótono del motor de una avioneta no se alarme, no es un operativo de espionaje, es el equipo de investigadores de la UPTC y sus aliados que quieren saber un poco más de este ecosistema.