Bosigas, nacido en Tunja, y quien viene de ser concejal de la capital, tiene 34 años, estudió en Escuela Normal Superior Santiago de Tunja, se formó como administrador de empresas en a UPTC y tiene especializaciones en Gestión Ambiental, Sistemas de Gestión Integrados y Seguridad y Salud en el Trabajo. Su actividad académica la ha combinado con su papel como líder comunal en el barrio Santa Rita. Bosigas se declara un deportista consumado.
Su aspiración al primer cargo del municipio está respaldada por una coalición del Pacto Histórico.
Uno de los temas que más le inquietan es el del relleno sanitario y la afectación que su operación, según dijo, está provocando a la comunidad de Pirgua, la vereda del norte de la ciudad en donde están concentrados otros focos de impacto como la planta de tratamiento de aguas residuales y los hornos chircaleros para la producción de insumos de construcción.
Bosigas desvirtuó la información que periódicamente publica la empresa Urbaser, actual operadora del relleno, en relación con las bondades del trabajo allí realizado, y expresó su particular inquietud por el riesgo de contaminación del acuífero a causa de los lixiviados generados en ese lugar.
El candidato consideró que la gestión del relleno debería ser más eficiente, “estamos en un relleno sanitario que no le está dando beneficios a la ciudad, simplemente se están enterrando escombros, vidrios, papel, llantas y residuos sanitarios sin pensar en el medio ambiente de nuestra ciudad. Su recuperación podría generar empleo para familias tunjanas”.
Insistió en la urgencia de poner en marcha una política pública encaminada a promover acciones de educación ambiental, de reciclaje efectivo y de economía circular a partir de las cuales se aporte a la reducción de los impactos ambientales, se incorpore a la ciudad en dinámicas de sostenibilidad y se propicien opciones de ingresos para las familias vinculadas a las cooperativas de recicladores.
Planteó la implementación de una planta de pirolisis, en una alianza público privada, para la transformación y el aprovechamiento de plástico y neumáticos, y la obtención de combustible.
En cuanto a los residuos orgánicos prevé, si es elegido como alcalde de Tunja, acoger la experiencia de la organización Tierra Viva dedicada a la producción de abono a partir de los desechos de alimentos. “Es una posibilidad para activar el campo. Estos residuos pueden procesarse para recuperar nuestros suelos”.
En cuanto al manejo de las aguas residuales de la ciudad y la afectación que provocan sobre el río Jordán y el embalse de La Playa, Bosigas se remitió a los recursos previstos en el Plan Nacional de Desarrollo para la construcción de los restantes módulos de la planta de tratamiento de la capital. El aspirante del Pacto Histórico lanzó críticas directas al papel de Corpoboyacá en cuanto al liderazgo requerido para superar problemas asociados a los vertimientos domiciliarios.
Sobre acciones de arbolado urbano, Jonathan Bosigas valoró necesario emprender una intensa campaña de siembra de árboles y en particular se refirió a la plantación de paulonias asiáticas, en su opinión “permiten la recuperación del suelo y ofrece beneficios maderables”.
El aspirante del Pacto Histórico mencionó otras acciones claves como la protección de las fuentes de agua, la puesta en marcha del programa de mínimo vital del agua, el ahorro del recurso hídrico, la racionalización en el consumo de energía y acciones para desestimular el uso de vehículos y promover sistemas de transporte eficientes y no contaminantes.
Sobre la realidad y las posibilidades de la ruralidad capitalina, aseguró que el 70 por ciento del territorio de Tunja es campo y el 30 por ciento urbano, y a pesar de ello la producción agropecuaria no es significativa, en buena parte de las veredas hay presencia de explotaciones tituladas de arcilla, de carbón y materiales de cantera. “Nos estamos dedicando más a la minería que a la misma agricultura y frente a este tema debe haber una preocupación enorme”.
