Los investigadores del Instituto Humboldt recorrieron las riberas del lago, monitorearon los matorrales altoandinos, los arbustos dispersos, el páramo contiguo, los valles de frailejones y los bordes de las lagunas próximas para realizar los muestreos de la avifauna presente en la cuenca del lago de Tota.
En esos desplazamientos documentaron la destrucción de la vegetación nativa como la principal causa del deterioro de los lugares de anidación y alimentación de la diversa variedad de aves presentes en esta zona de la provincia de Sugamuxi. A esta se suman prácticas como los mal llamados incendios controlados y el uso de agroquímicos en oficios agropecuarios que inciden directamente en el bienestar de la fauna silvestre.
Los expedicionarios identificaron las especies más representativas por grado de amenaza, por su importancia para el departamento o por ser endémicas (con presencia exclusiva) de Boyacá y Colombia. En total inventariaron 98 especies pertenecientes a 36 familias y 17 órdenes.
El lago de Tota hace parte de las Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA) del país. Es un lugar estratégico para la reproducción de especies de aves entre ellas algunas endémicas, otras amenazadas. También es un área de concentración de aves acuáticas residentes y migratorias.
Los cuerpos de agua de alta montaña
El Instituto Humboldt describió que La cordillera oriental presenta la mayor cantidad de cuerpos de agua de alta montaña en Colombia.
“Lagos y lagunas en esta región son hábitats importantes para aves acuáticas y terrestres. En el lago de Tota se han registrado alrededor de 170 especies, algunas de ellas endémicas y amenazadas, principalmente por la destrucción de sus hábitats. Los cuerpos de agua necesitan de nuestra atención y protección para garantizar la permanencia de las especies”.
Entre las lagunas y lagunillas de la cuenca del lago de Tota, situadas entre los 3.500 y los 3.900 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) están las conocidas como Llanitos, La Colorada, Siscunsí, Pedregosas, Ogontá y Vado hondo.
Las aves protagonistas
Del registro realizado por los investigadores del Instituto Humboldt, en compañía de expertos de la UPTC y de la comunidad campesina que participó de la expedición Boyacá Bio, se destacan especies como las siguientes:
Rastrojero rabilargo (synallaxis subpudica)
Endémica de la codillera oriental colombiana. Se distribuye principalmente entre los 2100 y los 3200 msnm en bordes de bosque montanos, bosques de arbustos y matorrales en los departamentos de Boyacá y Cundinamarca.
Clarinero escarlata (Anisognathus igniventris)
Habita entre los bosques altoandinos, en los bordes del bosque, en parques e incluso jardines. Se puede observar en la cordillera de los andes, desde el oeste de Venezuela hasta el centro de Bolivia, principalmente entre los 2400 y los 3600 msnm.
Tingua o rascón andino (Rollus semiplumbeus)
Endémica de la cordillera oriental colombiana y en especial de los humedales del altiplano cundiboyacense entre los 2.500 y los 3100 msnm. Su distribución es muy restringida y la fuerte presión sobre los humedales amenazan sus poblaciones. Está catalogada en peligro en la lista roja de UICN.
Cucarachero de apolinar (Cistothorus apolinari)
Endémica de Colombia. Habita en humedales y en la vegetación que se encuentra al borde de lagunas de la cordillera oriental entre los 2600 y los 3800 metros snm. Su restringida distribución y la destrucción de su hábitat hacen que esté catalogada como en peligro en la lista roja de UICN.
Chivito de páramo (Oxypogon guerinii)
Especie endémica de la cordillera oriental. Habitan en páramos y valles adyacentes entre los 3000 y los 4400 msnm.
Caica paramuna (Gallinago nobilis)
Especie casi endémica distribuida en Colombia, Venezuela y norte de Ecuador. Habita en pastizales, cerca de los juncales y de la vegetación aledaña a lagunas.
Pato andino (Oxyura jamaicensis)
Está en peligro por la destrucción de los humedales altoandinos en donde habita, además enfrenta riesgos adicionales como la cacería, la destrucción de sus nidos y la contaminación del agua. Se encuentra en peligro en el libro rojo de aves de Colombia.
