“Abajo el proyecto minero, la vida es primero”. Esta fue una de las arengas de los manifestantes, niños y adultos, que participaron de la convocatoria hecha por el Colectivo del Alto Ricaurte e Iguaque y el Movimiento Cívico por el Agua y la Vida de Gachantivá para expresar su rechazo a las pretensiones de Cementos Tequendama de explotar piedra caliza en las veredas de Igua de Pardos e Igua de Pinzones, de ese municipio.
Los participantes comenzaron su recorrido a las 9 de la mañana del domingo 3 de septiembre, en el sector de El Cometa, en Gachantivá. Desde allí se movilizaron en carros, motos, bicicletas y caballos hasta el punto conocido como El Volador, a tres kilómetros de Arcabuco. Desde allí la caravana se convirtió en marcha, tomó un tramo de la calzada de la vía nacional que conduce a Tunja y se desembocó finalmente en la plaza principal de Arcabuco.
“La respuesta a la convocatoria fue un éxito”, dijo satisfecha Clara Ángel, una de las promotoras de la iniciativa, mientras en la tarima dispuesta para la actividad los artistas invitados declamaban y cantaban composiciones alusivas a la preservación del agua, el bosque y el páramo.
La primera en llegar
María Pabón, nació en San Eduardo y desde 1985 reside en Arcabuco. Se sumó al Carnaval en El Volador y fue la primera en llegar al casco urbano de Arcabuco porque, según dijo, los demás venían caminando muy lento.
Su interés por los temas ambientales le han permitido participar de actividades similares como cuando se sumó a la movilización que protestó por la explotación de canteras en la vereda Rupavita y de arcilla en el sector de Alcaparros. Su reflexión es categórica: “ese tipo de minería contamina nuestras fuentes de agua”. Asegura que gracias a las marchas se ha detenido ese tipo de extracción pero que la amenaza sigue latente.
Agua para dar y convidar
Víctor Hugo Silva Motta es el alcalde de Arcabuco. En su intervención ante los marchantes describió el enorme potencial hídrico de su municipio lo que – enfatizo – permite alimentar con suficiencia al acueducto urbano y a cinco más del sector rural. “Es una mina de agua lo que hay aquí gracias a que el 62 por ciento del territorio es zona de protección”.
Silva Motta agregó que con esa riqueza es posible proveer del vital líquido a zonas rurales de localidades como Moniquirá, Gachantivá, Sutamarchán, Motavita, Villa de Leyva, Chíquiza y Sotaquirá, y concluyó con una postura muy poco común, proviniendo de un burgomaestre: “Como alcaldes nos toca asumir responsabilidades en el cuidado del agua y proteger el territorio”.
Minería irresponsable
Wilmer Castellanos, el alcalde de Sutamarchán, fue un poco más vehemente. Luego de felicitar a los promotores de Carnaval por el Agua, reveló que su administración ha iniciado acciones legales ante la Fiscalía General de la Nación en contra de las empresas que explotan caolín (arcilla utilizada para fabricar porcelanas) muy cerca al río La Cebada.
Castellanos aseguró que es urgente detener la minería irresponsable que está contaminando las fuentes de agua de las que se abastecen las comunidades. “Si la minería no se hace de manera responsable es mejor que no se haga”, sentenció.
Sí a la consulta
En su breve discurso ante los manifestantes, el alcalde de Gachantivá, Jorge Saavedra, valoró el liderazgo de los promotores del Carnaval y reiteró su compromiso para sacar adelante la consulta popular en la que se les preguntará a sus conciudadanos si quieren que la minería haga parte de su actividad económica.
El mandatario quiso interpretar la determinación de sus colegas al afirmar que en los municipios de la provincia de Ricaurte no se va a permitir el ingreso de la minería, que se debe defender el territorio ancestral y que es su deber cuidar los recursos naturales en beneficio de las próximas generaciones.
Apoyo desde Fúquene
Eduardo Villarreal integra el Colectivo Laguna de Fúquene y Cuenca del río Suárez. Explicó que él y sus compañeros quisieron respaldar la lucha emprendida por Gachantivá porque tienen una problemática similar: el extractivismo. “Aquí el conflicto es por la piedra caliza, en la laguna de Fúquene es por el agua que se le está sacando a ese embalse para ponerla al servicio de la ganadería. Nos están secando la laguna”.
Esfuerzo ejemplar
El asesor para el diálogo social de la Gobernación de Boyacá, Pedro Pablo Salas Hernández, se refirió al desarrollo del Carnaval como “un ejercicio importante y valioso que superó las expectativas de sus organizadores”.
Agregó que la actividad fue transcendental porque nació del interés de los pobladores de los municipios del Alto Ricaurte, lo que en su opinión evidencia un cambio de actitud frente a la defensa del agua y calificó como significativa la participación de los alcaldes.
El Carnaval por el Agua y la Vida concluyó sobre las 3 de la tarde y, según sus gestores, el siguiente paso será superar los escollos que permitan llevar a cabo la consulta popular, ojalá antes de que termine 2017. El siguiente, 2018, podría ser contraproducente por tratarse de un año electoral.
Galería
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