Por Omar Franco
Con el propósito de aportar en la discusión sobre el valor de la energía, consideró importante hacer un análisis de lo que significan las energías renovables no convencionales en Colombia y como debemos considerar el uso de dicha energía una oportunidad.
Empecemos por señalar que la ley 1715 de 2014 tiene por objeto “promover el desarrollo y la utilización de las fuentes no convencionales de energía, principalmente aquellas de carácter renovable… “
En dicho contexto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con datos de XM ( Compañía Expertos de Mercadeo S.A) señaló que Colombia tiene una de las matrices de generación de energía más limpias del mundo. A diciembre de 2018, la capacidad instalada de energía señalaba que el 68,4% provenía de generación hidráulica, casi el 30% de generación térmica ( 13,3% con gas natural, 7,8% con combustibles líquidos y 9,5% con carbón) y aproximadamente el 1% con fuentes no convencionales de energía ( eólica, solar, y biomasa ).
Con respecto a las fuentes de energía no convencionales y teniendo en cuenta la capacidad instalada, las proyecciones del BID así como del Ministerio de Minas y Energía, señalan un crecimiento superior al 6% al año 2022 en el país.
De acuerdo con dichas estimaciones, el mercado de energías renovables en Colombia, según el diario La República (Edición 17/08/19) , viene tomando más fuerza ya que de los 613 proyectos de energía no convencionales registrados ante la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), desde el 2016, 425 ya tienen aval; siendo el 90% de energía solar.
Según Mauricio Sarria, Presidente de la firma Italiana Refeel (Dedicada a las Energías Renovables), “un sistema con paneles solares puede hacer que el costo del kilovatio baje hasta 70%. Esto significa que no solo se disminuye el costo del recibo de luz, sino que genera una reducción de más de 50% en sus emisiones de carbono”.
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Establecer acciones que persigan la eficiencia energética, definida ésta como todas las estrategias que busquen reducir el consumo de energía, sin que ello repercuta en la calidad del servicio es el camino de todos.
En consideración a lo anterior, debemos acelerar la marcha en la implementación de dichos proyectos en nuestras regiones; Disminuir los costos asociados a la energía en comunidades vulnerables, centros educativos, hospitales, así como pequeñas, medianas y grandes empresas debe ser un propósito permanente.
En éste contexto, es muy importante que las comunidades y/o empresas que deseen desarrollar proyectos de esta envergadura tengan como soporte técnico el Atlas de Radiación Solar y Vientos, elaborado entre la UPME y el IDEAM; documento que contiene temas como el mosaico de irradiación global recibida en una superficie durante el día en todo el territorio Nacional. No todas las áreas y/o subregiones tienen las mismas ventajas para generar energía
Finalmente, es oportuno señalar que a través de proyectos de ciencia y tecnología, se avance en la disminución de los costos de instalación y puesta en marcha de esta infraestructura en nuestro sector rural.
Es allí en donde debemos colocar nuestro mayor esfuerzo. Si logramos reducir la brecha en servicios como el de energía en el sector rural, garantizamos más conectividad y mejor calidad de vida para nuestros campesinos.