La intervención de nacimientos de agua que surten los acueductos veredales del sector suroriental de Sogamoso, particularmente de las veredas Pedregal y Primera Chorrera, podrían estar en riesgo por un trazado vial denominado Variante Sogamoso, diseñado para desviar el tráfico pesado que se desplaza hacia y desde la Orinoquia, y que actualmente atraviesa un costado de la ciudad por la calle 7ª.
Voceros del Colectivo por la Protección de la Provincia de Sugamuxi indicaron que el carreteable podría impactar además una importante zona arqueológica de la ciudad con presencia de pinturas rupestres, varias edificaciones antiguas, una institución educativa situada en la vereda La Independencia, además de alterar la tranquilidad de los habitantes de la zona rural que en el futuro tendrían que convivir con el tránsito de vehículos de carga por un trayecto diseñado para velocidades de hasta 70 kilómetros por hora.
El proyecto se encuentra en etapa de estudios, previo a la fase de contratación de las obras, según la información aportada por el Instituto Nacional de Vías (Invías), y contempla extenderse a lo largo de 16,2 kilómetros, por el costado occidental de la ciudad.
Iniciaría en la entrada a Sogamoso, por río Chiquito, y concluiría a la altura de la Institución Educativa Rafael Gutiérrez Girardot, en la vereda Pedregal, empalmando con la vía del Cusiana.
Fotos: ANI
La obra intervendría parte del área limítrofe de Sogamoso, Tibasosa y Firavitoba, se extendería paralela a la pista del Aeropuerto Alberto Lleras Camargo, y se proyectaría hacia el oriente, a pocos metros del Batallón de Artillería Tarqui y de la casona Fuente Flores, un bien de interés cultural, hasta conectar con la ruta nacional 6211 a la altura de El Crucero.
La imagen permite ver el posible trazado de la variante, según información de la ANI a 2015 (linea roja) y el POT de Sogamoso vigente (línea amarilla). Fuente: archivo particular.
Este tramo de 16,2 kilómetros hace parte de un contrato mayor denominado ‘Estudios y diseños para los corredores viales de la vía Sogamoso-El Crucero-Aguazul’ y para el cual el Invías destinó $4.316 millones con un tiempo de ejecución de ocho meses. Este incluye estudios de fase I entre el kilómetro 89+0000 y el 91+0000 de la vía El Crucero-Aguazul; y los estudios y diseños, en fase III, del sector crítico de la ruta El Crucero-Aguazul, entre el kilómetro 77+0000 y el 88+0500.
Exigen socialización
Acá se observa la Reserva La Cañada, situada en el sector Callejuelas (vereda Vanegas), muy cerca del proyecto vial. Foto: Nicolás Vargas Ramírez
Aunque la Variante Sogamoso está concebida desde 2010 con el fin de superar las emergencias viales ocasionadas por los deslizamientos y la inestabilidad del carreteable en algunos trayectos, de acuerdo con la investigación realizada por habitantes de la zona, el asunto no ha sido expuesto en detalle con la comunidad.
Indicaron que el tema estuvo detenido por varios años y que durante ese tiempo se modificaron sus diseños; finalmente el Invías informó que el contrato inició el 4 de mazo de 2020, el mismo debió ser suspendido por el aislamiento preventivo y se reactivó el 21 de mayo pasado. La comunidad del área de influencia del proyecto se enteró cuando empezaron a advertir del sobrevuelo de drones sobre sus casas y de la presencia de personas extrañas a la zona adelantando labores de ingeniería.
Varias fuentes del sector, que pidieron la reserva de su identidad, insisten en que ninguna autoridad local ni nacional, como tampoco la empresa contratista, los ha convocado para exponerles el detalle del proyecto. Consideran fundamental ese encuentro para intercambiar opiniones sobre el mismo y darles a conocer la riqueza ambiental, cultural y arqueológica de la zona.
Relataron que sus encuentros con el personal de la firma contratista han sido ocasionales y las respuestas recibidas superficiales. El propietario de una de las viviendas del sector describió que al oponerse a la toma de medidas e instalación de marcas en su predio fue advertido de que se acudiría a la fuerza pública.
En diálogo con entreojos.co manifestaron tener temor de perder sus propiedades y su bienestar. “No tenemos grandes cantidades de tierra, solo pequeñas parcelas de pan coger, de ellas nos alimentamos, ni siquiera alcanzan para comercializar lo cultivado. Estamos volviendo a lo tradicional, a sembrar sin químicos, estamos tratando de que se conserve nuestro paraíso”, dijo la integrante de una junta de acción comunal quien pidió no ser identificada.
Aunque el alcalde Rigoberto Alfonso Pérez pidió en un video al presidente Iván Duque por la financiación de la obra y destacó sus bondades, entre ellas la reducción del riesgo que representa para los estudiantes el tránsito de vehículos pesados por la ciudad, líderes comunales le hicieron ver que los niños de los sectores rurales por donde se prevé pasará la variante también son vulnerables a esta situación.
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Sobre la programación de reuniones de socialización, el director de Planeación de Sogamoso, Raúl Galvis, expresó que esa es una tarea que le corresponde al Invías, dada la naturaleza de la obra, por lo que el municipio no tiene nada que decir al respecto.
Camilo Morantes, personero de la ciudad, se mostró interesado en los reclamos de la comunidad, sostuvo que la socialización de este tipo de inversiones es obligatoria y se refirió a los conflictos allí existentes a causa del efecto de la minería sobre las fuentes hídricas y la estabilidad de las viviendas. Dijo que a la fecha no ha recibido ninguna notificación sobre reuniones informativas relacionadas con el proyecto.
Un riesgo ambiental
Casona Fuente Flores, bien de interés cultural de Sogamoso según el POT. Foto: Lucas Rodríguez
El Colectivo por la Protección de la Provincia de Sugamuxi hizo alusión a un concepto del Servicio Geológico Nacional en el cual se alude a la existencia de varios nacimientos de agua en el área de las veredas Primera Chorrera, Pedregal e Independencia, afectadas además por la explotación de minas de carbón.
Las quejas obligaron a la administración municipal a contratar dos estudios, uno con la UPTC para inventariar movimientos en masa y vulnerabilidad estructural de viviendas en las veredas Pedregal y Primera Chorrera; y el otro con la firma Ingeconsult J & C – S.A.S, para el sector de La Independencia. Ambos encontraron evidencia de deterioro del suelo, inestabilidad y hundimiento, y contaminación de las fuentes de agua provocados por la actividad minera. De acuerdo con estos análisis y la información de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), actualmente están vigentes allí cinco títulos mineros.
Desde el Colectivo alertan por un riesgo en doble sentido que compromete la estabilidad de las casas de habitación y la integridad de las fuentes hídricas: el deterioro originado por la minería y la construcción de un paso nacional sobre terrenos inestables.
En una declaración complementaria, el Colectivo enumeró las cuatro principales fuentes de agua en peligro de desaparecer por cuenta de la minería subterránea de carbón en la zona: El zanjón el Hoyo, la quebrada Pedregal, el zanjón Los Amarillos y el zanjón la Fuente. «A estos impactos se sumarían los que podría causar la construcción de la variante», señalaron.
Contrario a esta versión, en un documento remitido por la ANI a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) se informa que “en el área donde se proyecta la Variante se encuentran dos zonas de vida, zona de Bosque Húmedo Montano (bh-M) y Bosque Seco Montano Bajo (bs-MB)” y aclara “no obstante el trazado de la Variante se desarrolla sobre esta última”.
Tal reporte se complementa con otra conclusión: “las coberturas que caracterizan el trazado de la Variante son el resultado de la expansión agrícola y ganadera de la zona, esto representa un paisaje natural con poca biodiversidad donde las relaciones ecosistémicas se dan en especies de espacios abiertos, lo que permite aseverar que las afectaciones por el desarrollo de la Variante representan un riesgo medio”.
Proteger el patrimonio arqueológico
Piedra La Antigua en la que se aprecia una pictografía. Foto: Juan Sebastián Perdomo Vargas.
Uno de los integrantes del Colectivo, experto en arte rupestre, confirmó la presencia de pictografías, “en ellas se alcanzan a notar los pigmentos, además junto a algunas cuevas y otros materiales dan cuenta de la presencia de poblaciones prehispánicas en el sector”.
Explicó que al revisar la proyección de la vía, puntualmente en el límite entre Firavitoba, Iza y Sogamoso, en las veredas de Gotua, Carichana y El Pedregal, respectivamente, se da la mayor concentración de pictografías; y refirió como evidencia el inventario adelantado en 2010 por el Grupo de Investigación de Pintura Rupestre Indígena de Colombia (Gipri) en asocio con la Fundación Piedra Alta.
El Colectivo advirtió que el actual diseño del proyecto vial Variante Sogamoso “vincula algunos de estos soportes rocosos con arte rupestre, específicamente pictografías y cúpulas”. En opinión de sus integrantes “no se está teniendo en cuenta el patrimonio arqueológico y el Invías tendría que considerar un desvío de la obra proyectada”.
Los estudios avanzan
Panorámica de la vereda Pedregal, en Sogamoso. Foto: Nicolás Vargas Ramírez.
Luis Francisco Montes Buiriticá, director del Consorcio Ruta 6211 ICP, explicó que los estudios y diseños de la Variante Sogamoso están en su fase inicial “tiene unas etapas que se han ido surtiendo adecuadamente. Ya se hizo una socialización con la Alcaldía de Sogamoso y algunas aproximaciones con presidentes de juntas de acción comunal”.
Aunque el Invías informó que tales estudios se hallan en fase 3, previo a la contratación de las obras, Montes Buriticá precisó que los ejecutados por el Consorcio Ruta 6211 ICP corresponden a la fase 2 avanzada sobre los cuales ya se pronunció el ANLA, autoridad ambiental en este tipo de obras de importancia nacional.
El representante del Consorcio admitió que se quisiera ir más rápido, pero señaló la importancia de ajustarse al plan de trabajo y a los protocolos de bioseguridad determinados por cada municipio. Sostuvo que ya se dispone de un cronograma de socializaciones que se abstuvo de suministrar y manifestó que algunas de ellas podrían darse de manera virtual. Reconoció no haber tenido contacto con el personero de Sogamoso para exponerle las implicaciones del proyecto.
Sobre la biodiversidad y los vestigios indígenas existentes en el área de intervención, Luis Francisco Montes reiteró que los estudios para identificarlos se hallan en etapa inicial y se mostró interesado en conocer la información que sobre el particular pueda aportar la comunidad.
En relación con la posibilidad de la existencia de pinturas rupestres mencionó varios mecanismos de actuación, dependiendo de sus características, entre ellas el retiro parcial, la protección del sector o la modificación del trazado vial, “eso depende del tipo de hallazgo”, aseguró.