Invitamos a los candidatos al cargo de director general de Corpoboyacá a que presenten un diagnóstico de la entidad en torno a sus responsabilidades ambientales, así como sus propuestas de cara a su postulación para orientar los destinos de esta entidad.
Miguel García Pacheco es uno de los aspirantes y expone aquí, en primera persona, sus planteamientos al respecto.
Soy abogado egresado de la Universidad de Boyacá, especialista en derecho administrativo de la Universidad Nacional y Magíster en derecho de los recursos naturales de la Universidad Externado de Colombia.
Cuento con nueve años de experiencia laboral en los sectores público y privado. En materia ambiental he sido asesor de entidades privadas en asuntos legales relacionados con el uso, manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, referentes al permiso de emisiones atmosféricas, aprovechamiento forestal, concesiones de aguas subterráneas, superficiales, permisos de ocupación de cauces, permiso de vertimientos de aguas residuales domesticas y de aguas residuales industriales, litigios relacionados con procesos sancionatorios ambientales.
Actualmente, me desempeño como docente universitario. También asesor independiente en asuntos ambientales. Miembro del Observatorio de derecho del medio ambiente de la Universidad Externado de Colombia. Finalmente, autor de diferentes publicaciones relacionadas con temas jurídico ambientales.
Diagnóstico sobre Corpoboyacá
Durante esto cuatro años la Corporación Autónoma Regional de Boyacá se vio expuesta a intereses no acordes con sus funciones legales y reglamentarias, lo cual indiscutiblemente afectó de manera directa aspectos como la gestión de recursos, la participación ambiental, la gestión de la información, los procesos de licenciamiento y en general el cumplimiento de los deberes normativos de la Corporación.
Aunado a esto, se puede llegar a afirmar que en cuanto a la gestión ambiental de los recursos naturales existió una falta de voluntad por garantizar su protección, recuperación, conservación y preservación, por ejemplo, existen muchos recursos hídricos como los humedales y páramos que, si bien fueron delimitados, zonificados y priorizados, no cuentan con su correspondiente plan de manejo, lo cual representa una situación gravísima para el estado y futuro de estos ecosistemas.
Asimismo, haciendo una revisión del informe de gestión presentado en el mes de febrero de 2023, se puede deducir que Corpoboyacá realizó una adecuada gestión de los recursos naturales en su jurisdicción. Sin embargo, las condiciones de deterioro actual que presentan los recursos naturales ponen en duda la eficacia de las acciones en materia de conservación, protección, preservación, mitigación establecidas por Corpoboyacá.
Esta situación nos lleva a concluir que, a pesar de existir un fuerte marco normativo en materia ambiental, la mala gestión de estos recursos por parte de la Corporación no permite la materialización de los mandatos constitucionales y legales en pro de un medio ambiente sano y el bienestar de las comunidades.
Por ejemplo, la gran mayoría de estrategias en materia de conservación planteadas por Corpoboyacá se encuentran contenidas en el Plan de Acción 2020 – 2023, infortunadamente, en la práctica y el terreno no se evidencian. Todavía no se cuenta con lineamientos claros que impliquen una gestión adecuada y sostenible de los recursos naturales y que a su vez garantice el bienestar de las comunidades frente a fenómenos como el cambio climático.
En materia de cambio climático, por ejemplo, durante las últimas décadas las regiones han sido afectadas por eventos relacionados con intensas precipitaciones, recordemos aquellos eventos presentados en el año 2011, cada año estas situaciones parecen agravarse más. A pesar de que en varios medios se escucha hablar que Corpoboyacá ha sido “pionera en implementar acciones para enfrentar el cambio climático” o que se “avanza en el análisis del Plan Integral de Gestión del Cambio Climático de Boyacá”, las experiencias vividas en los últimos años, permiten identificar la falta de planificación e incapacidad para enfrentar estos fenómenos climáticos.
La situación en materia de cambio climático es tan grave que, de acuerdo con información suministrada por Corpoboyacá, la entidad no cuenta con estudios sobre cambio climático específicos para las principales ciudades de su jurisdicción.
En este contexto, el desempeño actual de Corpoboyacá no ha sido el esperado, a tal punto que la llevó a ocupar los últimos lugares, de acuerdo con el informe de evaluación de desempeño de las CAR presentado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Por lo tanto, el próximo director general de Corpoboyacá debe tener claro que los territorios no solamente son observatorios de aves, sino que también albergan una variedad de ecosistemas con características particulares, frágiles y vulnerables a los impactos ambientales de origen antrópico. Además, existen una serie de problemas ambientales severos que necesitan acciones prontas, eficaces y concretas.
Finalmente, considero el nuevo director de Corpoboyacá, debe por lo menos cumplir con las siguientes condiciones: Contar con una formación académica en áreas relacionadas con el manejo y gestión de los recursos naturales; experiencia técnica en materia de medio ambiente; que prime el principio de la meritocracia y quien sea escogido pueda demostrar a través de pruebas de carácter académico la idoneidad para ejercer este cargo.
Las propuestas
Para poder realizar una eficiente gestión sostenible de los recursos naturales fundamentaré esta labor en 4 pilares:
1. La elaboración de un plan de acción congruente y acorde con la realidad tanto ambiental como financiera.
2. Implementar de manera articulada las políticas públicas que el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo sostenible ha dispuesto, especialmente la Política Nacional de Cambio Climático, Política Nacional de Biodiversidad, la de Gestión Integrada de la Biodiversidad y sus servicios ecosistémicos y la Política Nacional de Humedales Interiores.
3. Elaborar un estudio integral y actualizado de la oferta ambiental de la Corporación para así poder determinar la manera en que se van a aplicar los instrumentos de planeación.
4. Finalmente, trabajar de manera articulada y coordinada con las entidades territoriales, para que de manera conjunta se puedan enfrentar factores como la contaminación, la crisis hídrica, la deforestación, los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la de los servicios ambientales de ecosistemas estratégicos, entre otros.
En la medida en que estos pilares sean cumplidos podremos lograr, entre otras acciones las siguientes:
1. Fortalecer y garantizar una educación ambiental efectiva. En la medida en que a través de este instrumento se podrá cambiar los hábitos de los habitantes. Por ello, la importancia de que las personas comprendan el valor del medio natural en el que viven, las diferentes formas en que es posible protegerlos y la manera en que es posible aprovecharos para adaptarse al cambio climático. Sin duda, la educación ambiental desempeña un papel fundamental en la protección y conservación de los recursos naturales.
2. Fomentar y fortalecer la participación ambiental: Fortalecer, promocionar e incentivar la aplicación de los mecanismos de participación, por ejemplo:
– Brindar asesorías, acompañamiento y atención a las comunidades y los diferentes actores sociales en la conformación de mesas o comités ambientales.
– Crear un sistema al alcance de todos, en el cual con regularidad se actualice información sobre los ecosistemas de especial importancia ecológica y su gestión.
– Conformar redes de seguimiento y evaluación ambiental sobre los ecosistemas.
– Fortalecer la información pública, en aspectos como su claridad y acceso. De esta manera, aumentara las posibilidades de que las personas puedan incidir en los proyectos que de una u otra forma las afecten.
3. Por otra parte, una de las grandes falencias que se tiene en materia sancionatoria ambiental es el destino que se le da a las multas. Estas son destinadas, generalmente, al pago de los gastos de funcionamiento de las Corporaciones, sin que sean destinadas de manera específica a los daños ambientales presentes en nuestros territorios. Lo que propongo es el establecimiento de un capital que corresponda a un porcentaje de lo percibido por las multas, con destino a la compensación ambiental de los daños causados a los recursos naturales.
Dentro de un proceso sancionatorio ambiental pueden pasar dos cosas, primero, que se identifique al infractor, pero que este no cuente con los recursos suficientes para enfrentar los impactos ambientales causados, y, segundo, que no se tenga conocimiento del infractor, por lo tanto, que no haya recursos para el financiamiento de las actividades de compensación.
4. Teniendo en cuenta que el fin de los procesos sancionatorios ambientales es la protección del medio ambiente. Establecer un proceso a través del cual la Corporación, cuando se presenten daños ambientales, brinde un acompañamiento al infractor en el diseño e implementación de medidas para resarcir el daño. Esto evitará que el infractor tome decisiones no técnicas que agraven la situación.
Agradezco esta invitación y pido a toda la comunidad en general que este pendiente al desarrollo de esta convocatoria. También. a romper el paradigma en el que se estableció que cuando se abre una convocatoria para elegir un cargo tan importante como el de director de la entidad más importante en materia ambiental de la región, este ya tenga nombre y apellido.