“Agroquímicos están matando a las abejas y ponen en riesgo la seguridad alimentaria”. Este titular de prensa que podría volverse tendencia resume la queja frecuente de quienes se dedican a la apicultura, pero el tema no es de poca monta.
Recientemente el diario El Espectador publicó un reporte que advierte del envenenamiento del 34 por ciento de las colmenas del país a causa de los pesticidas. También dio cuenta de la presentación de un proyecto de Ley que “busca ponerle lupa al uso de herbicidas que afectan a estos y otros polinizadores”. La propuesta plantea declararlos de interés nacional para avanzar hacia su conservación.
En armonía con esa preocupación, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), a través de su Cámara Procultivos, decidió hacer un aporte a través de encuentros en diferentes regiones de Colombia con el propósito de reunir a apicultores y agricultores y encontrar puntos de acuerdo frente al desarrollo de sus actividades.
María Helena Latorre, responsable de las jornadas de capacitación, dijo que los talleres, que se denominan ‘Alianza para la agricultura y la apicultura a través de las buenas prácticas’ buscan conectar a unos y a otros para que se conozcan, identifiquen su ubicación en el territorio y se complementen en beneficio tanto de la productividad como de la protección de los polinizadores.
“Los apicultores en muchos casos se esconden para trabajar de manera anónima, especialmente por el temor que sus vecinos puedan sentir hacia las abejas, por eso se vuelven itinerantes, por eso tienen un bajo perfil”, aseguró la experta.
Este anonimato pone en riesgo a las colmenas por su proximidad a plantaciones que hacen uso de pesticidas para el control de las plagas, lo que por supuesto genera un conflicto, explicó María Helena Latorre. Añadió que encuentros como el que se realizará este miércoles 29 de noviembre, a partir de las 8 de la mañana, en el Centro de Desarrollo y Transferencia de Tecnología Surbatá, en Duitama, permiten encontrar alternativas viables para el bienestar de los dos sectores.
Planteó que la polinización es un aporte valioso para la agricultura porque mejora sustancialmente la calidad de los frutos, un beneficio que muchos agricultores desconocen y que podría disparar sus índices de rentabilidad.
“El cambio ha sido positivo”, expuso la representante de la Cámara Procultivos al detallar que al final agricultores y apicultores salen con una hoja de trabajo conjunta que les permite sincronizar sus prácticas y saber, por ejemplo, que si tienen que atender un cultivo para el control de plagas la aspersión del herbicida debe hacerse en horarios en que las abejas no estén volando o en épocas en que no haya floración.
Otras alternativas de formación que ofrece la Cámara Procultivos pueden consultarse a través de su aula virtual.