Luis Lizarazo, fotógrafo boyacense, caminó durante cuatro días junto a funcionarios del Parque Nacional Natural de Pisba para identificar los sectores de esta área protegida en donde podría desarrollarse el turismo ecológico.
Hacer el recorrido a pie entre el sector de La Romasa, área rural de Socotá, y el municipio de Pisba es toda una aventura. Así lo definió Lizarazo, este andariego de la fotografía periodística, que aceptó el reto de volver a transitar los agrestes caminos por los que hace casi 200 años trasegó Simón Bolívar y su ejército libertador en busca de la independencia de cinco repúblicas.
El primer día del periplo por esta zona de la provincia de Valderrama comenzó en el municipio de Socha en donde los visitantes pueden deleitarse con la variada oferta gastronómica de la que sobresalen los amasijos, especialmente las repollas con arequipe y las mantecadas. Se puede visitar el Museo de los Andes que exhibe piezas arqueológicas y reliquias que recuerdan el paso de Bolívar y sus tropas por esta zona de Boyacá.
La intensidad del recorrido empezó a sentirse en el segundo día. Fue una jornada de casi siete horas que llevó a esta expedición a pasar por la Laguna del Soldado, recordada por que allí fueron arrojados los cadáveres de los soldados del ejército de Bolívar que no pudieron soportar las bajas temperaturas del páramo. La crudeza de este relato contrasta con la riqueza de la vegetación que allí se aprecia: frailejones, quiches, musgos, y otras especies de plantas propias de la alta montaña.
El camino empedrado domina buena parte del trayecto./Foto: archivo particular.
Esa noche el descanso fue posible en un campamento público localizado en el sector de El Santuario. Una casona de madera que sirve de albergue a los viajeros. Fue construida por Caminos Vecinales en la década del 70 para el alojamiento de los trabajadores encargados del mantenimiento de la Ruta Libertadora.
El amanecer del tercer día se engalanó con la salida del sol. Desde los casi 3.500 metros sobre el nivel del mar se pudo apreciar como los primeros rayos se extendieron desde la inmensa llanura y lentamente atravesaron la densa neblina que a esa hora recubría al imponente páramo de Pisba. La travesía de esta jornada se cumplió en un tiempo aproximado de 10 horas entre El Santuario y el caserío de Pueblo Viejo, allí donde Simón Bolívar descansó mientras planeaba cómo enfrentar con éxito a las tropas invasoras.
Don José Mendivelso Tabaco fue anfitrión de la comitiva en Pueblo Viejo. Foto: archivo particular.
El camino es difícil. Buena parte del trayecto se hace por sobre un sendero de lajas lisas y permanentemente humedecidas por las corrientes de agua que brotan generosas a lo largo del estrecho y tupido descenso. Sostenerse en pie es casi imposible, la adherencia de las botas resulta inútil. Es como patinar sobre jabón. Finalmente, la tercera jornada terminó en Pueblo Viejo en la casa de don Jesús Mendivelso Tabaco, un amable anfitrión que permite el alojamiento de esta expedición encargada de evaluar las posibilidades ecoturísticas del Parque Nacional Natural de Pisba.
Con los pies aporreados y las rodillas resentidas la marcha debía continuar. Era el cuarto día y la meta consistía en llegar al casco urbano de Pisba. Fueron cinco horas de andanza por una senda sinuosa caracterizada por ascensos y descensos en medio del bosque alto andino. Finalmente la comitiva arribó al casco urbano de la localidad en busca de alimento y un lugar cómodo para descansar.
Ecoturismo en estudio
Además de la inspección realizada a los 18 kilómetros de la Ruta Libertadora que se encuentran al interior del Parque Nacional Natural de Pisba, sus funcionarios adelantan la actualización del Plan de Manejo de esta área protegida y el resultado de los análisis preliminares conducen a establecer que en el mediano plazo podría ofrecerse el turismo ecológico.
Adriana Pinilla Guzmán, funcionaria de Parques Nacionales, anticipó que los sectores en los cuales se prestarían servicios ecoturísticos serían varias lagunas en Socha y Socotá y la propia Ruta Libertadora entre el sitio de La Romasa y el casco urbano de Pisba.
Sobre la vinculación de la comunidad a este proceso, Pinilla sostuvo que tanto en Socha como el Socotá ya hay algunas iniciativas locales y que se avanza en la construcción de acuerdos con las alcaldías, la Gobernación de Boyacá y el Consejo Provincial de Turismo para la articulación de esfuerzos orientados a generar alternativas a las comunidades locales y a garantizar la sostenibilidad de las actividades ecoturísticas.
Desde la Dirección Nacional de Parques se explicó que si bien se han dado avances en esta materia, el Parque de Pisba aún no tiene una vocación turística. Se indicó además que ya se dispone de un diagnóstico y que es necesario planificar muy bien las alternativas que permitan la presencia de visitantes en condiciones adecuadas, aunque se advirtió que será un proceso que tomará entre dos y cinco años.