El Parque Natural Regional Siscunsí – Ocetá, en la provincia de Sugamuxi; y el de la Serranía de Las Quinchas, en el occidente del departamento, son dos de los ecosistemas en los que se ha detectado la presencia del oso andino. En los dos casos Corpoboyacá ha tomado la decisión de declararlos como áreas protegidas.
Tal determinación ha permitido emprender acciones para la preservación de esta especie como la reforestación de aquellas zonas por las que este ejemplar de la vida silvestre se desplaza en busca de alimento o que selecciona para su descanso o reproducción.
Precisamente en el marco de estas gestiones, la Corporación concretó el apoyo del Fondo Nacional Ambiental (FONAM), del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y del Departamento Nacional de Planeación (DNP) para la restauración asistida y espontánea de 2.200 hectáreas que hacen parte del hábitat del oso andino, incluidos los parques Siscunsí – Ocetá y las Quinchas, y los municipios de Chiscas y Chita, que dependen del corredor de páramo Pisba – El Cocuy.
Además de estas áreas, las investigaciones adelantadas por el equipo técnico de Corpoboyacá, en alianza con otras entidades del Sistema Nacional Ambiental, han permitido identificar la presencia del Tremarctos ornatus, como se le conoce científicamente, en los municipios de Zetaquirá, Garagoa, Ramiriquí, Miraflores, Rondón y Chinavita, que hacen parte del corredor de páramo Mamapacha – Bijagual y que se comparte con Corpochivor; y en el corregimiento de Palermo, en Paipa, perteneciente al corredor paramuno de La Rusia – Iguaque.
Unidos por el oso andino
En el inventario de esfuerzos para proteger la vida del oso andino y del entorno natural del que depende, en 2015 se suscribió el Convenio No. 1504 que vinculó a Corpoboyacá, la CAR, Corpochivor, Corporinoquia, Corpoguavio y Parques Nacionales Naturales y que permitió en 2017 diseñar el ‘Programa Regional de Conservación y Manejo del Oso Andino en la Cordillera Oriental 2017 – 2022’.
En desarrollo de este trabajo en equipo se ha adquirido mayor conocimiento sobre el oso, su hábitat, sus rutinas y las especies de fauna y flora con las que interactúa, gracias al apoyo de expertos de la Fundación para Conservación del Oso andino en Colombia (Wii) y de la Wildlife Conservation Society (WCS).
Además de la nueva información disponible, Corpoboyacá ha avanzado en el diagnóstico y diseño de estrategias encaminadas a atender y a mitigar el conflicto que se presenta entre el oso, el puma y las comunidades campesinas que comparten su territorio. Dicho conflicto se origina porque tanto el oso como los grandes felinos se alimentan del ganado bovino y ovino que encuentran en las áreas por las que ellos transitan.
Como resultado de estas tareas, y del convenio ejecutado con la Fundación Panthera Colombia, se consolidó el Grupo de Respuesta al Conflicto integrado por funcionarios de la Corporación, de las alcaldías y la Policía Ambiental. El análisis adelantado permitió establecer que el 80% de los ataques a las ovejas y a los ternemos es protagonizado por perros entrenados por cazadores; y el 20% restante por los carnívoros silvestres que subsisten de lo que provee el bosque y el páramo.
El trabajo con la Fundación Panthera condujo también a capacitar a pobladores de las zonas rurales, próximas a los corredores por donde se mueven el oso y el puma, para que implementen mecanismos de protección de sus ganados y así reducir la confrontación con estos representantes de la fauna nativa.
Oso a la vista
Producto de las labores de seguimiento al oso andino, Corpoboyacá ha instalado 32 cámaras trampa en los corredores donde se han localizado rastros de su desplazamiento. Las imágenes captadas han permitido obtener 138 registros del oso andino y apreciar a siete individuos distintos en el corredor Mamapacha – Bijagual, cinco en Ocetá – Pisba, cinco en el Parque Natural Regional Serranía de Las Quinchas y dos más en el corredor La Rusia – Iguaque.
Junto a estos se han identificado 25 especies acompañantes, 14 mamíferos y 11 aves, que están asociadas al hábitat del Tremarctos ornatus.
Tareas pendientes
Aunque se ha progresado en las gestiones para proteger al oso y su hábitat, aún hace falta mayor coordinación del Sistema Nacional Ambiental (SINA) para priorizar y consolidar investigaciones sobre el estado de su población, especialmente para generar lineamientos que permitan el manejo de las situaciones que comprometen su integridad y que se constituyen en amenaza para su supervivencia.
Corpoboyacá considera que uno de los principales problemas se origina en la proximidad de las zonas de conservación, como páramos y bosques, con terrenos que han sido intervenidos por la agricultura y la ganadería.
Desde la entidad se confía en que haya una mayor articulación con el Ministerio de Agricultura, la Gobernación de Boyacá y las alcaldías a fin de poner en marcha procesos que permitan la reconversión de estas actividades o la sustitución de las mismas con el fin de asegurar el equilibrio necesario entre la protección de la fauna y la flora y el bienestar social de las comunidades.