De acuerdo con datos consolidados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada latinoamericano produce un kilo de basura al día y la región en su conjunto unas 541.000 toneladas diarias lo que representa un aporte del 10 por ciento de la basura mundial.
A la creciente generación de desechos se suma el aumento en las cifras de explotación de los recursos naturales. La ONU estima que dos tercios de los habitantes del planeta viven en las ciudades y toman de la naturaleza los materiales que requieren para construir hogares, escuelas, hospitales, carreteras, sistemas de transporte y fábricas.
“La urbanización, junto con una clase media en crecimiento, ha aumentado la demanda de bienes de consumo”, advierte la ONU. En esa línea el organismo logró establecer que en el siglo XX “excavamos, cortamos, perforamos o cosechamos 34 veces más materiales de construcción, 27 veces más minerales, 12 veces más combustibles fósiles y 3,6 veces más biomasa que en los años anteriores”.
¿Cómo revertir esta tendencia? Académicos y científicos independientes vienen proponiendo la urgencia de que la sociedad avance hacia la adopción de una economía circular. En su opinión “esta podría reducir entre un 80 y un 99% los desechos industriales, en algunos sectores; y entre un 79 y un 99% de sus emisiones”.
Su planteamiento parte de un argumento contundente: “Los seres humanos somos el único elemento de la naturaleza que genera basura”.
La naturaleza da ejemplo
Adriana Zacarías, coordinadora regional de Eficiencia de Recursos para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente, explicó que la economía circular se inspira en una característica propia de la naturaleza: allí no existe el concepto de desperdicio.
“Todo lo que la naturaleza genera es un insumo o alimento para otro organismo. Pensemos en el bosque, las hojas de un árbol se convierten en abono para la tierra; un animal muerto, llega otro y lo come. Todo es un flujo cerrado en lo que todo fluye”, describió Zacarías.
La experta agregó que la economía circular implica cambiar la forma en la que actualmente la sociedad produce y consume, una dinámica basada en una economía lineal de extracción-producción-consumo-desperdicio. “Tenemos que cerrar los ciclos de producción y mantener un flujo constante de recursos naturales”, añadió.
Cómo se implementa
Reparar, reciclar, reutilizar y refabricar, este es el ciclo de la economía circular y la propuesta de la ONU a los gobiernos y a las empresas es reducir al mínimo el uso y la extracción de los recursos naturales.
El organismo a través de Adriana Zacarías advierte que si se continua con los patrones actuales de consumo y producción se necesitarán tres veces más recursos naturales que los que se requerían en 2015 para satisfacer la demanda actual.
¿Y Boyacá qué?
Aunque el concepto de economía circular es relativamente nuevo en el entorno regional, muchas de sus acciones se realizan en departamentos como Boyacá, sin embargo, se trata de esfuerzos aislados, temporales y desarticulados como la distribución de bolsas reutilizables o el intercambio de canastos por dispositivos electrónicos.
Andrea Buitrago Leal, profesional de la Dirección de Medio Ambiente de la Gobernación de Boyacá, señaló que el impulso del gobierno regional a los negocios verdes y sostenibles se ajusta a los lineamientos de la economía circular y a lo expuesto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible en especial a la producción y el consumo responsables.
El ecoturismo es una de esas apuestas y desde esta dependencia de la administración central aseguran que se han hecho esfuerzos para fortalecer los criterios de sostenibilidad a partir de la capacitación en temas como marketing verde y la realización de eventos provinciales para promover el posicionamiento de los emprendimientos que están comprometidos con la conservación.
Suroriente da ejemplo
Corpochivor, la corporación que tiene jurisdicción en 25 municipios del suroriente de Boyacá, reportó que la entidad brinda acompañamiento continuo a las alcaldías y a los sectores productivos para la implementación de estrategias de minimización, reciclaje, reutilización, aprovechamiento y transformación de residuos sólidos.
Como resultado de estas acciones “se están aprovechando más de 2.500 toneladas de los residuos sólidos de las más de 10.000 toneladas generadas en la jurisdicción durante un año”. El material reutilizado se transforma en abonos orgánicos y productos artesanales.
De acuerdo con lo expresado por voceros de Corpochivor, este esfuerzo institucional ha permitido recolectar, en seis años, 108 toneladas de empaques vacíos de plaguicidas del sector rural; y en el marco de los acuerdos con la Asociación Nacional de Empresarios – ANDI, en este mismo periodo se ha coodinado la adecuada disposición de aproximadamente 200 toneladas de materiales en desuso como pilas, computadores, insecticidas, llantas usadas, baterías, neveras, lavadoras, hornos microondas y aires acondicionados.
Mercados verdes, una aproximación
Corpoboyacá, a través del responsable del área de cultura ambiental, Jorge Parra, consideró importante que este llamado de las Naciones Unidas esté acompañado de un cambio en la normatividad colombiana que facilite la recolección, el procesamiento y el aprovechamiento de residuos sólidos y orgánicos.
Aseguró que, si bien la legislación vigente define directrices para la recogida de estos materiales, la misma contempla restricciones que impiden, por ejemplo, el tratamiento de residuos orgánicos en condiciones de competitividad lo que incide en su precio y en el margen de rentabilidad para las empresas que estarían en condiciones de incursionar en este mercado.
Desde Corpoboyacá se aseguró que las acciones asociadas al concepto de la economía circular que actualmente están en marcha en su jurisdicción están vinculadas a los proyectos de mercados verdes y producción limpia, hoteles y hospitales sostenibles y Compas (Compromiso con la Productividad Ambientalmente Sostenible).