La meta es que las empresas de la jurisdicción de Corpoboyacá puedan bajar en un 2 por ciento anual la emisión de los gases producidos por sus actividades y así reducir el impacto que estos generan sobre la atmósfera y que conllevan al incremento de las temperaturas y al calentamiento de la tierra.
Este propósito se materializó en un pacto de voluntades para poner en marcha el Mecanismo Regional de Reducción de Emisiones de Gases Efecto Invernadero, que, a partir de lo señalado por el viceministro de Ordenamiento Ambiental, Roberto Esmeral, es una iniciativa piloto en el ámbito nacional.
De acuerdo con una descripción ofrecida por el Ideam, los Gases de Efecto Invernadero (GEI) son “compuestos que están presentes en la atmósfera en ciertas concentraciones y que contribuyen a aumentar la temperatura del planeta, debido a su capacidad para absorber y remitir la radiación infrarroja proveniente de la superficie terrestre”.
“Muchas actividades humanas como actividades industriales, de transporte, de producción agropecuaria, de deforestación, de disposición de residuos sólidos y líquidos, de conversión de páramos y humedales a tierras de cultivos o por actividades de minería, entre otras, producen o liberan este tipo de gases”, advierte el Instituto de Hidrometeorología y Estudios Ambientales.
En el Valle de Sogamoso se dio el primer paso
Ricardo López Dulcey, director general de Corpoboyacá, aseguró que el punto de partida de esta iniciativa fue el proyecto para la reducción del número de partículas en el aire en el Valle de Sogamoso a través de la transformación que se dio al interior de empresas artesanales de producción de teja y ladrillo y, de procesamiento de cal en los municipios de Sogamoso y Nobsa.
A esta se sumó las negociaciones para el cierre y desmonte de 150 hornos que por sus características ocasionaban altos niveles de polución en esta zona del departamento. Las cifras de la autoridad ambiental son contundentes: en 2012 el número de microgramos por metro cúbico de partículas en este Valle alcanzaban las 63, cuando lo permitido eran 50. Con las medidas implementadas, los microgramos por metro cúbico hoy no superan los 30.
“Esto se ve reflejado en que los niños hoy van más a la escuela y menos a los centros de salud por problemas respiratorios, y las personas mayores han disminuido sus consultas por deficiencias pulmonares”, sostuvo el director de Corpoboyacá.
El siguiente reto fue atacar la producción de dióxido de carbono (CO2) y para eso se diseñó el Mecanismo Regional de Reducción de Emisiones de Gases Efecto Invernadero. Este instrumento compromete a los empresarios a no incrementar las emisiones de sus industrias por encima del 2 por ciento anual.
Cómo funciona el mecanismo
Mauricio Rojas, profesional de Corpoboyacá e integrante del equipo que tiene a su cargo labores de control y monitoreo de emisiones, detalló el funcionamiento del mecanismo. Lo primero, indicó, es que las empresas tienen que calcular su huella de carbono, cuantificar la generación de gases de efecto invernadero. “Esa es la línea base, una empresa establece el número de toneladas de GEI que emitió a la atmósfera durante un año. Eso lo verifica una entidad certificadora”.
A partir de los datos de ese primer año medido o año base se fija una primera meta de reducción para el primer periodo (de los tres previstos) que puede ser del 2 por ciento. “Si la empresa no alcanza a cumplir lo presupuestado entonces puede comprarle bonos de carbono a otra empresa que si haya logrado su cuota. De esa manera la primera empresa compensa su meta de reducción”, explicó Rojas.
El mecanismo está distribuido en tres periodos. El primero va de 2019 a 2022, el segundo de 2023 a 2027 y el tercero de 2028 a 2030. El mismo está diseñado para cumplir con la obligación que asumió Colombia como país firmante del Acuerdo de París que busca combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono.
Compromiso empresarial
Eunice Herrera Sarmiento, presidenta encargada de Holcim Colombia, una de las cementeras más grandes del país, afirmó que la compañía asumió el reto de la sostenibilidad desde hace años. Se refirió a que en 1996 emprendieron la reconversión tecnológica que les permite operar con estándares internacionales y que hoy facilita su adhesión a este mecanismo regional de reducción de los gases de efecto invernadero.
Señaló que la compañía trabaja con combustibles alternativos a partir de desechos industriales, del plástico y de la biomasa que se reciclan y son integrados como fuentes de energía a los hornos cementeros en lo que se conoce como copreocesamiento. También mencionó que se avanza en el uso de energía solar lo que posibilita un descenso en el consumo de energía eléctrica.
Entre tanto Gabriel Chiquillo, representante de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), sostuvo que su gremio firmó el acta de adhesión al Mecanismo Regional de Reducción de Emisiones de Gases Efecto Invernadero porque está convencido del aporte que puede hacer el sector minero a la disminución del calentamiento global.
“Este esquema de reducción de emisiones es un reto importante para la transformación del sector productivo. La disminución de emisiones se puede lograr con mejoras tecnológicas en los procesos de combustión de carbón, de coquización y de generación de energía”, destacó Chiquillo.
Antonio López, representante de Inalversog, una de las primeras empresas alfareras de Sogamoso que asumió la reconversión de su actividad a partir de procesos más sostenibles, se declaró muy complacido por el esfuerzo que él y sus socios emprendieron hace un poco más de tres años y que hoy les permite ser modelo de eficiencia energética y de reducción de GEI.
López apuntó que la transformación emprendida ha sido muy beneficiosa en lo económico, lo social y lo ambiental. Se deja de contaminar, se produce a bajo costo y se es eficiente en el consumo de carbón.
El acto de presentación del Mecanismo Regional de Reducción de Emisiones de Gases Efecto Invernadero, que se cumplió en el Centro de Convenciones Estelar de Paipa, incluyó la firma del acta de adhesión por parte de representantes de alrededor de 30 empresas de los sectores alfarero, cementero, cervecero, coquizador, energético, de fertilizantes, minero y siderúrgico.