Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co
Las especies exóticas invasoras son aquellas que al introducirlas de forma natural, accidental o intencionada en un medio que no es el suyo, consiguen adaptarse a él y colonizarlo.
El profesor Miguel Gonzalo Andrade, director del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), recuerda que estas especies –consideradas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo– actúan como depredadoras impidiendo el desarrollo de especies nativas, alteran el hábitat al modificar física y químicamente el suelo, compiten por el alimento y el espacio, se hibridan o mezclan con las especies nativas, e introducen nuevos parásitos y enfermedades para otras especies y para los humanos.
Explica además que “su fácil adaptación a nuevos entornos y su rápida expansión son causa importante de pérdida de la biodiversidad […] Los efectos de este fenómeno son severos debido a que las especies nativas carecen de estrategias para protegerse de la depredación, y en Colombia no hay controladores poblacionales, es decir que no hay otro animal que pueda combatir a estas especies”.
En el país se reportan más de 300 especies con potencial de invasión, problemática que se empezó a evidenciar en 1997. En 2020 se implementó la Resolución 0346 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), por medio de la cual se prohíbe la comercialización, movilización, fomento, reproducción y propagación, entre otras medidas, de cualquiera de las especies incluida en la lista.
Especies invasoras en Colombia
El retamo espinoso –arbusto de origen europeo– se introdujo al país para ornamento y como cerca viva, y hoy los cerros Orientales de Bogotá están invadidos por esta y muchas otras especies en áreas de Cundinamarca, Boyacá y Antioquia.
El buchón o jacinto de agua –una planta acuática originaria de la cuenca amazónica– está dentro de las 100 especies invasoras más peligrosas del mundo; en Colombia, está categorizada como “especie de alto riesgo”.
Esta especie se distribuye ampliamente formando extensos tapetes flotantes en el embalse de La Playa (municipio de Tuta), en las lagunas de enfriamiento de la Central Térmica de Termopaipa y en la Ciénaga de Palagua, en Puerto Boyacá.
“Su rápida proliferación ocasiona la pérdida de oxígeno en los cuerpos de agua, afectando represas como Hidroituango y ríos como el Cauca. En las represas y los humedales, cuando se toma la película del agua, el buchón termina tapando toda la superficie hídrica perjudicando a los especímenes que habitan en estos acuíferos”, explica el profesor.
Entre los invertebrados está el caracol gigante africano, una amenaza no solo para la biodiversidad sino también para la salud pública, presente en 122 municipios de 26 departamentos e introducido con el fin de explotarlo para uso estético y alimenticio. No obstante, se alimenta de organismos vivos como plantas, líquenes, hongos, materia orgánica en descomposición, derivados de plantas y paredes estucadas.
“Este animal consume 67 especies de plantas, 35 de ellas alimenticias, lo que genera la destrucción de cultivos y huertas; además produce hedores que afectan la calidad de los lugares que invaden. Así mismo, puede adquirir parásitos, bacterias y hongos, por lo cual es vector de organismos que ponen en riesgo la salud de los humanos”, asegura el experto.
La rana toro es otra especie invasora. Este anfibio, proveniente de Norteamérica, fue introducido por el Valle del Cauca en 1986 con fines de zoocría (cría de animales bajo condiciones controladas), pero en 1992 escapó y se ubicó en áreas naturales de diferentes departamentos.
Su alta fecundidad, la fuerte tolerancia ecológica y amplia dieta, hacen de este animal un agresivo depredador de insectos y vertebrados pequeños, que compite por recursos con otras especies nativas.
“En la Sabana de Bogotá ya la hemos encontrado individuos de la rana toro, y también se han hallado subiendo a lo largo del río Magdalena. Se están comiendo los alevinos (peces que acaban de romper el huevo) y afectando la cría y la pesca, sobre todo en esta época de Semana Santa”, asegura el profesor Andrade.
Entre los peces marinos sobresale el pez león, especie proveniente del océano Índico y Pacífico que se estableció en Norteamérica y el Caribe. Se trata de un depredador de peces y crustáceos en arrecifes de coral, que afecta severamente la red trófica. Tiene una alta tasa de reproducción y puede sobrevivir largos periodos con poco alimento.
Hipopótamos, un peligro
Recientemente el MADS incluyó al hipopótamo en el listado de especies exóticas invasoras de Colombia, con lo cual ratifica que la reproducción de estos animales se salió de control y que puede afectar los ecosistemas debido a su rápida apropiación de los territorios.
“La recomendación al MADS de que el hipopótamo fuera declarado como especie invasora se dio por parte del ICN y del instituto Alexander von Humboldt, porque es una especie altamente agresiva, sobre la cual se han documentado ataques hacia la población humana y hacia otras especies de la diversidad colombiana. Es típica en África, por lo que en Colombia no tiene especies que le compitan […], se ha dispersado a lo largo del Magdalena y el 48 % de la población se encuentra en estado de crías y juveniles, lo cual quiere decir que está en pleno desarrollo”, dice el experto.
Agrega que “esta es una especie megaherbívora y transmisora de enfermedades como la brucelosis y el ántrax”.
El director del ICN subraya que “la Resolución 0346 del MADS lista todas las especies en Colombia declaradas como invasoras, lo cual es muy importante porque, por ejemplo, con el hipopótamo se ha encontrado que había un comercio ilícito de las crías, entonces cualquier actividad que se quiera hacer con estas especies queda prohibida y se ayuda a evitar que se sigan expandiendo”.