Hasta hace poco buena parte de los expertos en catástrofes naturales se limitaban a recordar que los huracanes son fenómenos que se repiten de forma periódica e impredecible desde hace miles de años en zonas como el Caribe o el sureste de Estados Unidos.
En un tono típico de científicos precavidos, no se atrevían a relacionar la fuerza de los huracanes modernos con el cambio climático.
En los últimos años la acumulación y reiteración de estos fenómenos naturales hacen pensar que su cifra y potencia destructiva está creciendo, y cada vez parece más lógico que se apunte al cambio climático como fuente impulsora de esta modificación.
El histórico huracán Katrina y los más recientes huracanes y tormentas tropicales Zeta, Eta Theta, además de Iota, que impactó a San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y a las costas de varios países centroamericanos, son algunos ejemplos para esta reflexión.
{source}<blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»en» dir=»ltr»>A Nature paper suggests North Atlantic hurricanes are weakening more slowly as they hit land than in the past as a result of rising sea temperatures. The findings indicate the destructive impact from hurricanes could increase further inland in the future. <a href=»https://t.co/YKzWwJttKv»>https://t.co/YKzWwJttKv</a> <a href=»https://t.co/j0h2wsrmmU»>pic.twitter.com/j0h2wsrmmU</a></p>— Nature (@nature) <a href=»https://twitter.com/nature/status/1326704270788472834?ref_src=twsrc%5Etfw»>November 12, 2020</a></blockquote> <script async src=»https://platform.twitter.com/widgets.js» charset=»utf-8″></script>
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Un estudio publicado esta semana en la revista Nature muestra que esta percepción de peligro tiene una base científica clara: los huracanes son ahora más potentes -y por tanto, más devastadores- cuando llegan a tierra debido al aumento de las temperaturas.
No es la primera vez que un estudio científico relaciona de forma clara la creciente intensidad de los huracanes con el cambio climático, recordamos en este sentido una investigación publicada el pasado mes de mayo en la revista PNAS por un equipo liderado por expertos de la NOAA (Estados Unidos).
El estudio que se publica esta semana recuerda que, según los datos oficiales acumulados, en la década de 1960, cuando un huracán formado en el Caribe alcanzaba una superficie terrestre perdía aproximadamente el 75% de su intensidad en solo 24 horas.
En la actualidad, en cambio, después de un día sobre tierra firme, los huracanes de la zona del Caribe solo han perdido el 50% de su intensidad, según detalla este estudio llevado a cabo por los investigadores Lin Li y Pinaki Chakraborty, del Okinawa Institute of Science and Technology (OIST, Japón).
Utilizando simulaciones en ordenador, los autores del estudio también concluyen que “las temperaturas más cálidas de la superficie del mar inducen una descomposición más lenta [de los huracanes] al aumentar la cantidad de humedad que transporta un huracán cuando golpea la tierra”.
Este artículo fue publicado originalmente en La Vanguardia.