Foto: Wikipedia.
La ubia u oca figura entre los tubérculos andinos subutilizados.

Diversidad Biológica: especies nativas que luchan contra el olvido

En Colombia se trabaja en la recuperación de tres tubérculos andinos que hacen parte de la cultura boyacense: la ibia, el cubio y la ruba.

Por Yvette Sierra Praeli/Mongabay Latam

Cuando la agrónoma Neidy Clavijo dejó Ecuador para instalarse en Colombia se llevó muchos recuerdos, entre ellos, los sabores y aromas de los cultivos andinos como la ibia u oca (Oxalis tuberosa Molina), el cubio o mashua (Tropaelum tuberosum) y la ruba u olluco (Ullucus tuberosus Caldas).

Dejó de verlos y comerlos durante muchos años hasta que un día los encontró en una feria campesina en Boyacá.

Ese fue el inicio de sus estudios e investigaciones de estos tres tubérculos andinos. Visitó Turmequé y Ventaquemada, dos municipios del departamento de Boyacá, donde aún se cultivaban estos alimentos y creó con ellos un banco de semillas.

Con el tiempo, además, las familias con las que trabajó formaron la Asociación Innovadora de Tubérculos Andinos de Boyacá (AITAB), con el propósito de continuar con la recuperación, conservación y venta de estos tubérculos andinos.

“Estos cultivos forman parte de una lista de especies que están siendo subutilizadas y prácticamente han sido olvidadas”, señala Clavijo, quien es coordinadora de la Línea de Investigación sobre Agroecología en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y, desde hace más de una década, lidera una propuesta para la conservación de estas especies.

Los tubérculos andinos como la ruba u olluco tienen propiedades antioxidantes. Foto: Wikipedia.

Según el artículo científico «Tubérculos andinos y conocimiento agrícola local en comunidades rurales de Ecuador y Colombia» –elaborado por Clavijo y Manuel Pérez Martínez– los agricultores de Turmequé y Ventaquemada coinciden en que a partir de los años setenta, la práctica de la agricultura industrializada intensificó la mecanización agrícola, el uso de productos químicos y los monocultivos. Esto afectó a los cultivos destinados a la alimentación diversificada, en particular, a las tres especies mencionadas.

En estas localidades –dice el estudio– estos cultivos son considerados limpios, porque no requieren de productos químicos. Las comunidades campesinas e indígenas de las zonas de estudio aún cultivan, en pequeñas cantidades, la ibia, el cubio y la ruba, debido a sus aportes alimenticios y las propiedades medicinales que les adjudican.

“Las raíces y tubérculos andinos son ricos en carbohidratos, vitamina A, hierro y zinc, entre otras propiedades. Tienen miles de años de usos local, pero recién se está reconociendo su valor cultural y nutritivo”, agrega Clavijo.

La catedrática recuerda que entre la década entre 1993 y 2003 se avanzó con estudios académicos sobre los cultivos tradicionales, pero recién ahora se ha volteado la mirada a las comunidades que han hecho posible que estos cultivos aún estén presentes.

“Hemos perdido la memoria alimenticia que se relaciona con estas especies. En las ciudades no se consumen. Sin embargo, se ve brillar a estos productos en las ferias agroecológicas”, asegura.

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