Los uniformados de la Policía y los peritos de Corpoboyacá no lo podían creer. Un operario, con la ayuda de un tractor, removía sin piedad la capa vegetal que protegía el suelo y con ella a por lo menos 2.000 jóvenes frailejones que renovaban el paisaje paramuno de la vereda Téquita, de Sativanorte.
De acuerdo con la información suministrada por Corpoboyacá, el predio afectado, de aproximadamente 3.5 hectáreas, se encontraba en proceso de recuperación luego de que hace aproximadamente 10 años también fuera intervenido para el cultivo de papa.
Las acciones para restablecer el ecosistema estaban dando sus frutos. Las plántulas de frailejón crecían firmes y empezaban a cumplir con su labor de retener el agua lluvia y regular su flujo hacia los ríos y las quebradas de esta región de la provincia de Norte, sin embargo, luego de dos o tres jornales, estas plantas propias del páramo sucumbieron ante las cuchillas del rastrillo.
El operario del tractor, un hombre de 39 años de edad, así como el vehículo, fueron dejados a disposición de la Fiscalía Sexta de Santa Rosa de Viterbo por el delito de daño a recursos naturales y se expone a las sanciones contempladas en la Ley 1333 de 2009 que incluye multas diarias de hasta cinco mil salarios mínimos mensuales legales vigentes.
Guantiva – La Rusia, un páramo delimitado
A través de la Resolución 1296 de 2017 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible delimitó el páramo Guantiva–La Rusia, el número 23 de los 36 que se delimitaron en el gobierno del ex presidente Juan Manuel Santos.
Este corresponde a un área de 119.009 hectáreas que se distribuyen en 16 municipios de Boyacá y 6 de Santander. Tiene un gran valor ambiental porque de él proviene el agua para cuatro distritos de riego y los acueductos de los que dependen 266.205 habitantes.
Según el Ministerio de Ambiente, Guantiva – La Rusia se conecta con el Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto del Río Fonce. Allí habita el 62 % de las especies de mamíferos registrados por encima de los 2.500 metros y el 18 % de los mamíferos endémicos del país, así como anfibios que representan el 11% de las especies de alta montaña y páramo y cerca del 20% de las especies endémicas en estas mismas zonas.
