La quebrada La Cristalina es uno de los íconos de la Serranía de las Quinchas. Foto: entreojos.co

156 familias de Otanche y Puerto Boyacá se comprometen a proteger la Serranía de Las Quinchas

Lo harán a través de un programa de PSA en el que se invertirán $4.894 millones.

La iniciativa se desarrollará durante 36 meses y busca incentivar la conservación de los ecosistemas mediante compensaciones económicas directas a los hogares involucrados. La inversión total asciende a $4.894 millones que se destinan en su gran mayoría al esquema de Pagos por Servicios Ambientales BancO2.

Este hace parte del proyecto aprobado por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) en la Resolución 1499 del 2020, “para dar cumplimiento a la obligación de inversión del 1% del Campo Jazmín en pro de la preservación y el uso sostenible de las áreas y ecosistemas estratégicos del departamento en jurisdicción del municipio de Puerto Boyacá y Otanche”, informó Corpoboyacá. El Campo Jazmín es operado por la empresa petrolera Mansarovar.

A partir de este anuncio, le formulamos varias preguntas a Corpoboyacá sobre el alcance de su ejecución:

 ¿Cuáles son las actividades específicas del programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA) y el Plan de Inversiones previsto para la ejecución de los $4.894 millones?

Desde la entidad se respondió que su implementación se inició el pasado 5 de junio y listó dos actividades centrales: Preservación y conservación del Sistema de Parques Naturales, aunque no detalló su alcance específico ni las tareas a realizar; y capacitación ambiental para el fortalecimiento de la gestión ambiental y la participación de las comunidades locales dirigida a garantizar la conservación a largo plazo. La inversión en estos proyectos será de $4.894 millones.

Sobre el origen de los recursos para financiar el programa de PSA, Corpoboyacá informó que estos provienen exclusivamente del dinero que la petrolera Mansarovar debe destinar por compensación de su actividad “por el periodo de tiempo otorgado en la licencia”. Los municipios de Puerto Boyacá y Otanche brindarán apoyo logístico y la autoridad ambiental hará acompañamiento al mismo.

Sobre la participación de Masbosques, ejecutora del programa, se conoce que esta “es una organización sin ánimo de lucro dedicada a la protección de la naturaleza mediante alianzas estratégicas con comunidades, entidades públicas y privadas” y su modelo es conocido como BancO2 a través del cual se reconoce económicamente a las personas y comunidades que realizan acciones para proteger el medio ambiente. 

Respecto a las actividades puntuales que se pondrán en marcha en el territorio de la Serranía de las Quinchas, Masbosques tendrá a su cargo la implementación del esquema de retribuciones o pagos a las familias beneficiarias por comprometerse con el cuidado del área protegida “a través de una estrategia social y territorial”.

Para materializarla se plantea un trabajo de “acercamiento, relacionamiento y sensibilización” con los pobladores locales y de acompañamiento y fortalecimiento de sus capacidades. Este compromiso se hará efectivo a través de ocho encuentros de capacitación previstos para el segundo y tercer año de implementación del programa.

Corpoboyacá reportó la socialización del programa PSA con las comunidades. Foto: archivo particular.

Capacitación a guardabosques

El proceso incorpora adicionalmente la formación de guardabosques para la gestión sostenible de las áreas dedicadas a la conservación, y estará dirigido a 15 representantes de familias vinculadas a la estrategia de PSA BancO2.

Los guardabosques recibirán instrucción sobre los siguientes temas:

– Importancia de la conservación de la biodiversidad: Conocer la relevancia de proteger la diversidad de especies y ecosistemas. 

– Ecología y manejo de ecosistemas: Comprender los principios ecológicos y prácticas de manejo sostenible de bosques y otros ecosistemas.

– Identificación de especies: Reconocer especies nativas y exóticas, incluyendo especies en peligro de extinción.

– Técnicas de monitoreo y seguimiento: Aprender métodos para monitorear la salud del ecosistema y detectar cambios o amenazas. (Inventarios participativos). 

– Prevención y combate de incendios forestales: Conocer técnicas para prevenir y controlar incendios forestales.

– Turismo de conservación: A través de talleres se identificarán oportunidades y desafíos en la implementación del turismo de conservación en la región.

Compromiso de los beneficiarios

También consultamos a Corpoboyacá sobre las obligaciones adquiridas por cada familia beneficiaria, y al respecto se informó que con cada una se realizará un acuerdo voluntario donde se especificarán los compromisos y estos serán objeto de monitoreo y seguimiento durante los 36 meses del programa.

Se tiene previsto además realizar visitas de seguimiento anuales para evaluar niveles de cumplimiento de los acuerdos voluntarios de conservación y de la efectiva inversión de los recursos entregados a cada núcleo familiar, y sobre los montos asignados se explicó su determinación a partir de un estudio de oportunidad “el cual arroja el valor que se entregara a cada familia según el compromiso de cada uno en la conservación”.

La entidad informó adicionalmente sobre monitoreos de coberturas vegetales a realizar a través de Sistemas de Información Geográfica (SIG) con el fin de mapear tasas de cambio de las coberturas terrestres. Este seguimiento se realizará de manera anual durante los segundos semestres de cada año con el apoyo de imágenes satelitales.

Los beneficiarios del programa

Corpoboyacá informó que en el caso de Puerto Boyacá el programa acogerá a 65 familias de siete veredas: Alto Rangel (12), Cielo Roto (4), El Oasis (7), La Arenosa (9), La Cristalina (13), La Fiebre (13) y Las Palomas (7).

En Otanche serán 91 familias de cuatro veredas: Camilo (39), Curubita (21), El Carmen (12) y Las Quinchas (19).

También preguntamos a Corpoboyacá sobre otros asuntos relacionados con el área seleccionada para el programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA) como el estado actual de la zona en términos de deterioro, de intervención humana, del número de pobladores establecidos, de tipo de actividades productivas desarrolladas y de amenazas puntuales a la fauna y flora locales, sin embargo, no recibimos respuestas sobre el particular.

Quisimos conocer además la proyección o la previsión de lo que Corpoboyacá y Masbosques quisieran encontrar en el sector al cabo de los 36 meses de vigencia del programa, tampoco obtuvimos resolución a este interrogante.

Indagamos asimismo sobre si el programa preveía proyectos de reconversión o sustitución de actividades productivas, y como en los casos anteriores no se dio contestación a ese punto específico.

Inquirimos si la inversión de los $4.894 millones serían objeto de vigilancia por parte de una firma interventora y se nos indicó que no estaba previsto que así fuera.

Al final, sobre los impactos esperados del esquema de Pago por Servicios Ambientales (PSA) se concluyó lo siguiente: “es un ejemplo a nivel nacional y mundial de que es posible lograr un mejor ambiente con la participación voluntaria de la comunidad”.

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