Integrantes de la Juntanza Ambiental durante un encuentro realizado en Duitama. Foto: archivo particular.

Hagamos que suceda

Una invitación a consolidar el Movimiento Ambiental de Boyacá para proteger la vida.

Por Ana Alexandra Vásquez Cely*

Dinamizadora Juntanza del Movimiento Ambiental de Boyacá

 

Cada nuevo encuentro es una nueva llama que se enciende. Hoy, el desafío es preguntarnos, cuál es el aceite que se requiere para mantener la llama encendida.

Las apetencias partidistas han disgregado a las comunidades y estas mismas en medio de la decepción y la desesperanza por tantas promesas incumplidas por parte de los politiqueros de turno, se han desmovilizado.

Por eso creemos hoy en la recuperación de la gestión comunitaria que es política en esencia, en los diálogos intersectoriales, la organización auto gestionada de los liderazgos ambientales que sabemos en cada municipio son diversos. Esa diversidad debe enriquecernos en vez de prestarse para la división en busca de protagonismos individuales.

Vemos la necesidad imperante de consolidar el Movimiento Ambiental de Boyacá desde una base sólida, por municipios y provincias. Espacios organizativos que logren educar, sensibilizar y organizar a las comunidades frente a la gestión ambiental desde todas las instancias.

Una comunidad organizada con voz incidente y determinante en la gestión territorial que articule una agenda autónoma, sostenida y constante que impacte los planes y esquemas de ordenamiento territorial, y la cultura de mediano y largo plazo de los territorios en torno a la gestión ambiental y la gobernanza del agua.

Compañeros y compañeras, vecinos y vecinas, estas palabras no son ninguna revelación, sino más bien la piedra angular de nuestras prioridades. Conflictos socio ambientales potenciados por instituciones retrogradas y/o paquidérmicas y/o corruptas y/o inoperantes, es el pan de cada día. Pero, ¿Es posible medir la coherencia interna de nosotros como movimiento ambiental?.

Las locomotoras mineras y los grupos económicos extractivistas son leales, unidos y disciplinados a la agenda de sus intereses. ¿Qué tanto lo somos nosotros y nosotras?

Ellos tienen el dinero, nosotros un marco normativo que ha avanzado mucho, una generación de jóvenes que reclaman un futuro y la voluntad de servir por un bien mayor, una vida en relación de equilibro con la madre tierra. Hagamos que suceda.

Estas preguntas más una última, que agradeceré puedan contestarme para dirigir sus respuestas a la juntanza dinamizadora del movimiento ambiental.

En estos tiempos de cambio que corren en el pais ¿Qué estamos dispuestos a cambiar nosotros  y nosotras, para así avanzar mucho más?

* Este texto fue leído por Ana Alexandra Vásquez Cely, integrante de la Juntanza Ambiental de Boyacá durante el Foro Ambiental realizado en Moniquirá el pasado 5 de junio.

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