Por Gavin Edwards, Scott Edwards, Lin Li y Guido Broekhoven
Las evidencias presentadas en esta edición del Informe Planeta Vivo son muy claras. La presión que estamos ejerciendo sobre el mundo natural está impulsando una crisis cada vez mayor de la naturaleza, que a su vez está socavando su capacidad para proporcionar servicios cruciales, incluyendo la mitigación y la adaptación al cambio climático. Por otra parte, la destrucción de la naturaleza que estamos llevando a cabo está incrementando nuestra vulnerabilidad a pandemias y expone a las poblaciones más vulnerables a grandes riesgos.
Todavía estamos a tiempo de actuar, pero hay que darse prisa. Tenemos muchas soluciones a nuestra disposición, desarrolladas por muchas partes interesadas diferentes, desde empresas a pueblos indígenas y comunidades locales. Incluyen desde las iniciativas de revelación de datos financieros para armonizar y comprender mejor el impacto de las finanzas, a los enfoques de uso múltiple del paisaje y los estudios de caso detallados en este informe.
Los factores de la pérdida de biodiversidad son complejos y transversales, y es esencial que reconozcamos que no hay una solución única y sencilla. Por consiguiente, es de suma importancia que el mundo adopte un objetivo común mundial por la naturaleza, que oriente e impulse medidas por parte de gobiernos, empresas y de la sociedad.
Si queremos darle la vuelta a la pérdida de naturaleza y salvaguardar el mundo natural para las generaciones actuales y futuras, es necesario que nos fijemos el objetivo mundial de revertir la pérdida de biodiversidad para asegurar un mundo positivo para la naturaleza para 2030. Esa debe ser la estrella errante que sigamos, al igual que la limitación del calentamiento global a 2°C, preferiblemente a 1,5°C, guía de nuestros esfuerzos en materia de clima.
Las acciones para asegurar un mundo positivo para la naturaleza en esta década, que se miden por el incremento de la salud, la abundancia, la diversidad y la resiliencia de las especies, poblaciones y ecosistemas, se pueden emprender a cualquier nivel para transformar urgentemente nuestra relación con la naturaleza.
Es alentador observar que se está generando una dinámica. Más de 90 líderes mundiales han suscrito el Compromiso de Líderes por la Naturaleza, comprometiéndose a revertir la pérdida de biodiversidad para 2030, y el G7 ha señalado su ambición de asegurar un mundo positivo para la naturaleza.
La COP15 del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica brinda una oportunidad trascendental para que las y los líderes del mundo adopten un Marco Global ambicioso en materia de biodiversidad, que impulse medidas inmediatas a favor de un mundo positivo para la naturaleza.
Lo conseguiremos cuando los gobiernos protejan el 30 % de las tierras, mares y agua dulce del planeta mediante enfoques basados en los derechos y estén liderados por las comunidades locales; cuando planten cara a los factores de pérdida de biodiversidad que se originan principalmente en el otro 70 %; cuando amplifiquen sus acciones si colectivamente no son suficientes; y cuando se comprometan a destinar los recursos necesarios a conservación y uso sostenible de la biodiversidad.
Las y los líderes mundiales que han firmado el Compromiso por la Naturaleza deben desempeñar un papel destacado al inicio de la implementación, abriendo camino, entre otras cosas, para asegurar la financiación necesaria.
El reconocimiento de que los desafíos medioambientales a los que nos enfrentamos están integrados posibilita a su vez la búsqueda de soluciones en las que todas las partes ganen. De nuevo, la ciencia es muy clara: es esencial tomar medidas inmediatas para revertir la pérdida de biodiversidad si queremos conseguir limitar el cambio climático a 1,5°C; y, a la inversa, si el cambio climático no se controla, se convertirá en uno de los factores principales de pérdida de biodiversidad.
La única forma de corregir nuestra trayectoria y asegurar un mundo natural más saludable, que contribuya a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es identificar y aplicar soluciones que planten cara a estos desafíos conectados, y que al mismo tiempo beneficien a las poblaciones.
El Informe Planeta Vivo 2022 muestra una radiografía de la salud de nuestro mundo natural, nuestro soporte vital básico, nuestro salvavidas. Hay motivos para desanimarse, pero también hay motivos para ser optimistas. Esta debe ser la exigencia que nos una: ser conscientes de que tomamos medidas urgentes para generar un futuro positivo para la naturaleza, equitativo y con cero emisiones netas.