En sus redes sociales Castillo relató que el 19 de febrero se encontró de frente con los rastros de un incendio forestal presumiblemente provocado, y la destrucción de varias especies de frailejones y de otros ejemplares de la flora paramuna como puyas, cardones, pajonales y chusques.
A través de un comunicado de prensa, Corpoboyacá dio cuenta de la evidencia de tres incendios “que dejaron en total 19 hectáreas de bosque alto andino arrasadas por las llamas”.
Daniela Remolina, ingeniera ambiental e integrante del equipo de profesionales de Corpoboyacá encargado de hacer el diagnóstico de la situación, describió los detalles del recorrido por la zona en un trayecto de 14 kilómetros.
Uno de los incendios fue de gran tamaño y por la condición actual del terreno se estima en cuatro meses su tiempo de ocurrencia, sin embargo, se logró establecer que este volvió a activarse presumiblemente para el desarrollo de actividades ganaderas y el hecho no fue reportado por la comunidad de manera oportuna, como tampoco las otras dos conflagraciones. Así fue consignado en el informe entregado a la Subdirección de Planeación de la Corporación.
Cómo enfrentar la situación
Herman Amaya Téllez, director de Corpoboyacá, pidió a los gobiernos departamental y municipales replantear las inversiones destinadas a la gestión de los recursos naturales y a destinar presupuesto para la prevención, la educación ambiental y la generación de alternativas económicas sostenibles en beneficio de las comunidades que conviven con el páramo.
En su opinión la ganadería y la agricultura siguen siendo prácticas que alteran la dinámica de estos ecosistemas tan sensibles y propuso un proceso de transición socio – ecológica concertado con las comunidades y complementado con un esquema de pago por servicios ambientales (PSA).
Insistió en pedirle a los ministerios de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Vivienda, Ciudad y Territorio la urgente modificación de las normas que regulan el ordenamiento territorial a fin de conseguir que las áreas de importancia hídrica degradadas por incendios forestales “sean incorporadas como uso principal de restauración en los esquemas de ordenamiento territorial y se otorguen herramientas legales con el propósito de destinar el 1% de los recursos de la Ley 99 para cuencas de interés hídrico, cerramiento y restauración”.