A instancias del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se desarrolló en Yopal el ‘4º Encuentro Regional para la actualización del Plan de Acción Nacional de Biodiversidad 2024-2030 rumbo a la COP 16’.
La jornada se cumplió a partir de lo que los organizadores definieron como las cuatro apuestas del Plan de Acción de Biodiversidad de la Orinoquía 2024 – 2030
– Impulso a la transformación del modelo productivo hacia la sostenibilidad, la revalorización de la biodiversidad y la distribución justa y equitativa de los beneficios.
– Gobernanza, corresponsabilidad y movilización de recursos para la gestión colectiva y biocultural de los territorios, el bienestar de los grupos étnicos y las comunidades locales.
– Integración y coherencia intersectorial para la gestión territorial de la biodiversidad y la acción climática, como determinantes de la planificación y el ordenamiento.
– Atención de la informalidad y contención de los delitos ambientales asociados a los motores de perdida de la biodiversidad.
La Región Orinoquía, integrada por los departamentos de Arauca, Casanare, Meta, Vichada y norte del Guaviare, debe su nombre, como lo explica el Instituto Caro y Cuervo, a la cuenca hidrográfica del río Orinoco que la baña.
“Es una región apta para la ganadería extensiva y la agricultura debido a que el territorio se caracteriza por estepas, extensas sabanas y bosques de galerías (árboles altos de diferentes especies a lo largo de los ríos)”.
Durante el encuentro se presentaron datos relevantes de la importancia de la biodiversidad presente en este territorio:
– La región alberga el 22% de la biodiversidad del país.
– El 35% de las especies presentes en los departamentos que la conforman son endémicas.
– Las áreas más y mejor conservadas se localizan en el departamento del Vichada.
– 14.725.000 hectáreas de la Orinoquía están compuestas por cuerpos de agua.
– El 60% de los ecosistemas estratégicos de Colombia se sitúan en la Orinoquía.
Los asistentes a la sesión de actualización del Plan de Acción de Biodiversidad de la Orinoquía 2024 – 2030 analizaron las prioridades, las barreras y las potencialidades de esta zona del país frente al reto de proteger la biodiversidad, y luego de las sesiones de trabajo definieron las principales acciones a emprender de manera articulada entre el Estado, la empresa privada, la academia y la comunidad diversa residente en los aproximadamente 310 mil kilómetros cuadrados que la componen.
El inventario de compromisos adquiridos es el siguiente:
1. Diseñar una estrategia de protección de 14 millones de hectáreas de humedales de la Orinoquía concertada con la sociedad civil, pueblos indígenas, comunidades llaneras, afrodescendientes, sectores productivos, academia e instituciones con enfoque intergeneracional y de género.
2. Declaración de la sabana inundable como sujeto de derechos para garantizar su protección.
3. Integración efectiva de áreas y corredores biológicos dentro de los instrumentos de planeación territorial.
4. Aumentar el conocimiento de la diversidad biológica de especies en todos los niveles jerárquicos de la biodiversidad, incluir especialmente investigaciones sobre funga (hongos locales) y microbiota.
5. Diálogos que generen acuerdos sobre los saberes y sentires relacionados con el uso de especies amenazadas. Uso y legalidad.
6. Métodos eficientes de monitoreo y vigilancia de especies, ecosistemas, paisajes y componentes como el suelo.
7. Generar alternativas económicas a actividades ilegales relacionadas con el uso de especies.
8. Cambio de paradigma del ordenamiento territorial en la Orinoquía a partir de su diversidad y paisaje de manera diferencial.
9. Estrategia de gobernanza que se construya principalmente con los diferentes actores sociales y comunitarios en función de articular visiones, motivos y conocimiento del territorio para el desarrollo del Plan de Acción de Biodiversidad.
10. Planificación regional en torno a los ecosistemas, usos de suelos, aguas y servicios ecosistémicos.
11. Formular e impulsar proyectos productivos que fortalezcan los sistemas silvopastoriles y agroforestales en procura de apoyar procesos de cosecha de agua, de turismo ecológico y de producción sostenible considerando el enfoque de género e intergeneracional.
12. Fortalecer áreas de conservación, modificar el modelo productivo de alto impacto, uso de mejores tecnologías productivas, respetar los espacios colectivos, impulsar bioeconomías, negocios verdes, programas de Pagos por Servicios Ambientales (PSA) e incentivos a la conservación, entre otros.
13. Actualizar e implementar de manera participativa los instrumentos de ordenamiento territorial que reflejen la realidad y desafíos de los territorios.
14. Aumentar la presencia y capacidad de las autoridades ambientales en el territorio con el fin de prevenir los delitos ambientales.
Garantías de espacios de participación regional y local, control social, veedurías ciudadanas y acceso a la información ambiental.
Gestión del riesgo, atención de emergencias ambientales y adaptación al cambio extremo, con especial énfasis en la prevención y sofocación de incendios forestales. Que esta sea tenida en cuenta como una estrategia para la mitigación, prevención y control de pérdida de la biodiversidad en la que se protejan especies nativas adaptadas a las condiciones del suelo, el clima y la topografía.