Una Tyto alba o Lechuza de campanario hallada en mal estado muy cerca a la Gobernación de Boyacá, en Tunja, permitió activar el protocolo de atención del Centro de Paso de Fauna Silvestre de Soracá, que funciona gracias a la alianza entre Corpoboyacá y la Fundación Universitaria Juan de Castellanos.
Enrique Castellanos Lizcano, médico veterinario y responsable del Centro, explicó que el ave llegó en alto estado de deshidratación y baja condición corporal producto de una deficiente alimentación. Su hipótesis es que pudiera estar criando o en proceso de reproducción, condiciones que alteran la frecuencia y cantidad de sus rutinas de nutrición.
Las lechuzas de campanario buscan las partes altas de las iglesias y las edificaciones antiguas para establecer sus nidos. Son escurridizas y se ocultan en la oscuridad. Su alimento preferido son los ratones por lo que prestan un valioso servicio en el control de plagas, sin embargo, también se les asocia con seres misteriosos y malévolos como las ‘brujas’.
“Nada más lejano de la realidad”, asegura Enrique Castellanos, quien reportó que en lo corrido de 2018 se han atendido 10 ejemplares de esta especie por ataques con perdigones de escopeta.
El profesional insistió en que estas lechuzas escogen las partes altas de construcciones antiguas o de los árboles y que no agreden a los animales domésticos. Pidió a la comunidad reportar a las autoridades ambientales o a la Policía en caso de que se les encuentre en mal estado o en peligro.
“Las lechuzas de campanario siempre han vivido con nosotros y tenemos que aprender a convivir con ellas”, concluyó el director del Centro de Paso de Fauna Silvestre.