Las cifras de producción y comercialización de la cebolla que se cultiva en los municipios de Aquitania, Cuítiva y Tota alientan en lo económico pero preocupan en lo ambiental.
Según datos de la secretaría de Fomento Agropecuario de Boyacá, en esta zona del departamento, muy cerca al embalse natural más importante de Colombia, se producen alrededor de cinco mil toneladas de cebolla larga cada tres meses, 20 mil toneladas al año, lo que representa el 80 por ciento del mercado nacional.
Y el sector piscícola no es menos determinante en la dinámica económica de esta cuenca. Las cifras en poder de las autoridades departamentales indican que mensualmente se producen 100 mil toneladas de trucha que es criada en el Lago de Tota.
A pesar del aporte que estos dos sectores le hacen a la economía de la región, sus impactos en la calidad del suelo y del agua del lago no son un tema menor y esta es una realidad advertida por la autoridad ambiental, denunciada por ONG ambientales y reconocida por el presidente del Consejo de Cuenca, Jairo López.
En su opinión el suelo de la región presenta desbalances nutricionales producto del mal manejo al que ha sido sometido, especialmente por los excesos en la aplicación de fertilizantes y la falta de conocimiento de los agricultores.
Jorge Iván Londoño, secretario de Fomento Agropecuario de Boyacá, considera que estas no son producciones sostenibles con el medio ambiente pues las dos actividades están cargando de componentes tóxicos y de sedimentos al lago lo que incide en la disminución del oxígeno en este cuerpo lagunar.
Sobre la situación del suelo de la cuenca, el funcionario denunció que el uso de gallinaza sin el compostaje adecuado es otro de los factores que incide en su deterioro y agregó que para enfrentar los problemas que hoy se advierten es urgente avanzar en la planificación productiva de la cuenca lo que implica la adopción de buenas prácticas de manejo entre ellas la rotación de cultivos, la mínima labranza y el uso racional y eficiente del agua.
Tanto López como Londoño vieron con buenos ojos el anuncio del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) de iniciar lo que la entidad denominó como el “el primer estudio semidetallado de suelos en esta cuenca, insumo que permitirá conocer a ciencia cierta la vocación agrícola y productiva de la región”.
El presidente del Consejo de la Cuenca del Lago de Tota aseguró que hasta ahora ninguna entidad ha hecho un estudio riguroso y que es fundamental tener esta herramienta para saber “cómo estamos y para dónde vamos en materia de suelo”. Agregó que hoy los problemas son evidentes y refirió como ejemplo el hecho de que en algunos sectores la cebolla se esté pudriendo por factores como la presencia de patógenos.
Jairo López consideró que el estudio que realizará el IGAC será un instrumento fundamental para tomar decisiones y se mostró receptivo frente a la posibilidad de que desde él se recomienden prácticas como la rotación de cultivos. Actualmente la cebolla representa un poco más del 90 por ciento de la actividad agrícola y en una baja proporción se cultivan otros productos como fresa, papa criolla y de año, alverja, haba y zanahoria
Sobre el mismo estudio, que fue presentado además como el “primer paso para el ordenamiento productivo de esta cuenca”, el secretario de Fomento Agropecuario de Boyacá expresó la disposición del gobierno departamental para acoger sus recomendaciones y dar el paso hacia una eficiente planificación territorial lo cual conlleva tomar decisiones frente al monocultivo de cebolla.
Según la información suministrada por el IGAC, la socialización del estudio se realizará entre el 8 y el 11 de febrero y la toma de muestras en campo se cumplirá del 27 de febrero y al 21 de marzo de 2017.