Néstor Franco, el director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), aseguró que la desecación de la Laguna comenzó cuando el comandante del ejército patriota entregó tierras a sus subalternos en pago por los servicios prestados a la lucha por la independencia.
Por esa época comenzó una política nacional de desecación de esos cuerpos de agua para el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas pues no se valoraba su importancia ambiental. De acuerdo con los registros históricos, hace 200 años Fúquene tenía 13 mil hectáreas de espejo de agua, hoy solo tiene 3.620 hectáreas.
Con el paso de los años, y hasta mediados de los 90, hizo carrera una práctica perversa por parte de algunos propietarios de predios ribereños: aprovechar la época de verano y la disminución de los caudales para extender sus cercas y rellenar con tierra el área de la cual se habían apropiado.
Hoy, y luego de un intenso proceso administrativo y judicial, liderado por el Tribunal Administrativo de Boyacá, en alianza con la CAR, se han recuperado 25 hectáreas del cuerpo lagunar. La meta, según el director de esta autoridad ambiental regional, es que se pueda tener el control absoluto de su ribera para establecer la ronda de 30 metros de ancho tal y como lo determina el Decreto 2245 de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Néstor Franco, el director de la CAR, dijo al respecto que el Tribunal Administrativo de Boyacá le ordenó la Agencia Nacional de Tierras (ANT) realizar un inventario de los baldíos que le pertenecen a la Nación, y que paralelamente la entidad a su cargo se propone adelantar un proceso de adquisición de predios alrededor de la laguna. Esta primera fase se cumplirá en los municipios de Fúquene y Guachetá y espera estar concluida al finalizar 2019.
Inversiones en marcha
Fúquene, y particularmente su Embarcadero de Guatancuy, sirvió de marco para que el director de la CAR, Néstor Franco; y los gobernadores de Boyacá y Cundinamarca, renovarán sus compromisos con la recuperación de este embalse natural.
Franco dijo que, aunque la meta era constituir una bolsa de recursos por el orden de los $ 450 mil millones para financiar los proyectos de limpieza y ampliación de su capacidad de almacenamiento, hoy se disponen de $ 218 mil millones: $180 mil millones aportados por la CAR, $18 mil millones de la Gobernación de Cundinamarca y $15 mil millones de la Gobernación de Boyacá. La contribución total de cada una de estas administraciones será de $30 mil millones.
El director de la CAR lamentó que ni el gobierno nacional, a través del Fondo de Adaptación, ni la Gobernación de Santander hayan materializado su compromiso con la Laguna de Fúquene.
Con el dinero disponible a la fecha, los $ 218 mil millones, se avanzará en la adquisición de los equipos que permitan hacer el dragado del embalse, la búsqueda de fuentes de agua alternativas como el pozo profundo que se construirá en el Parque Juan Pablo II de Chiquinquirá, la modernización de la planta de tratamiento del acueducto de la capital Mariana y la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Ubaté, en Cundinamarca.
Como complemento a estas acciones, la CAR Cundinamarca informó la destinación de $23 mil millones para comprar una draga de corte y succión Ellicot Xieguenzinsa, tres mil metros de tubería de descarga, 500 metros de tubería flotante, un bote de remolque y los repuestos para su mantenimiento. Esta es la única draga de su tipo que hay en Colombia para labores de recuperación de humedales.
A este moderno equipo se suma la adquisición de tres dragas anfibias multipropósito Watermaster V, con un costo individual de 3.657 millones de pesos, y de dos retroexcavadoras anfibias.
Agua potable para Chiquinquirá
Boyacá, a través de la administración departamental, ya comprometió 30 mil millones de pesos para superar los problemas de calidad y de disponibilidad de agua potable para los 72 mil habitantes de Chiquinquirá.
Así lo ratificó el gobernador Carlos Andrés Amaya al presentar un balance de sus inversiones en el municipio. Se refirió a los 10 mil millones de pesos para la construcción del pozo profundo en el Parque Juan Pablo II, a los 15 mil millones que se destinarán a la potabilización del agua en la planta de tratamiento y a los 5 mil millones con los cuales se financiará la compra de maquinaria para limpiar la laguna.
Amaya aseguró que su oposición al Fracking se ha traducido en recursos para suministrar agua potable a los chiquinquireños y que ahora le corresponde al Gobierno Nacional asignar el presupuesto para que la salvación de la Laguna de Fúquene sea efectiva.
“Cómo así que el gobierno pensaba invertir 10 mil millones de pesos para buscar petróleo y no nos ha dado un peso para buscar el agua que se necesita en Chiquinquirá”, reclamó el Gobernador en su llamado al presidente de la República, Iván Duque, para que se comprometa con Fúquene.