María Eugenia Blanco Pérez es educadora y emprendedora comprometida con la sostenibilidad. La Asociación Huella Verde, a la que pertenece, tiene el aval de Corpoboyacá como Negocio verde gracias al tipo de iniciativas que promueve.
Una de ellas es la investigación para convertir el plástico usado en gasolina ecológica. Se apoyó en su labor docente para construir una planta a partir de la cual transforma desechos de plástico en gasolina y gas.
Su propósito es claro: evitar que los plásticos vayan a los ríos, que se quemen o se arrojen a la calle o al campo. La meta es sacarles el máximo provecho e impedir que sean un factor de contaminación.
“De cada kilo de plástico sale un litro de gasolina, además estamos haciendo pruebas con llantas de vehículos, bicicletas y moto”, reveló la educadora.
María Eugenia Blanco agradeció a la comunidad campesina que la ha apoyado recogiendo la materia prima para el emprendimiento, y confió en el apoyo de instituciones nacionales y regionales para consolidar esta iniciativa y aportar a la reutilización de desechos y a la reducción en el costo de los combustibles.
Esta gasolina ecológica está siendo sometida a pruebas de laboratorio para determinar su funcionalidad y eficiencia al momento de ser usada en automotores.