Vivir en una ciudad no es excusa para desligarnos de la naturaleza ni de nuestra responsabilidad ambiental. Por el contrario, los entornos urbanos concentran gran parte del consumo de recursos y la generación de residuos, por lo que adoptar hábitos sostenibles en la vida cotidiana se convierte en un acto urgente y transformador.
Este decálogo propone acciones sencillas pero efectivas que cualquiera de nosotros puede poner en práctica desde su hogar, su barrio o su lugar de trabajo. Son pasos conscientes que contribuyen al ahorro de agua y energía, a la reducción de residuos, al consumo responsable y a la reconexión con el entorno natural.
Cada gesto cuenta. Adoptar estos hábitos es una forma de ser coherentes con los compromisos de sostenibilidad que decimos respaldar y, al mismo tiempo, de inspirar a otros a hacer lo mismo.
Y estos hábitos se hacen más necesarios en contextos como el boyacense en donde sitios de disposición de desechos como el de Garagoa o el de Sogamoso se han cerrado, y la mayor parte de la basura del departamento se está enterrando en el relleno sanitario de Tunja conocido como Parque Ecológico y Tecnológico de Pirgua.
Por todo lo aquí expuesto les compartimos este decálogo de hábitos sostenibles:
1. Reutiliza el agua doméstica
Recupera el agua de la lavadora o de la ducha para el aseo de baños, lavado de pisos o riego de plantas. Almacénala en recipientes limpios, con tapa, y úsala en un plazo máximo de 24-48 horas para evitar malos olores o proliferación de mosquitos.
2. Apaga y desconecta
Apaga las luces al salir de una habitación y desconecta cargadores, televisores y electrodomésticos cuando no estén en uso. Usa regletas con interruptor para facilitar el corte de energía en varios dispositivos a la vez.
3. Haz del reciclaje una rutina
Separa tus residuos: orgánicos, reciclables y no reciclables. Usa la bolsa blanca para materiales aprovechables limpios y secos. Identifica y apoya al reciclador o asociación local.
4. Consume con consciencia
Compra solo lo necesario. Prefiere productos duraderos, de bajo empaque, producidos localmente y de empresas con compromiso ambiental.
5. Aprovecha tus residuos orgánicos
Convierte restos de cocina como cáscaras, frutas o borra de café en abono para tus plantas. Puedes hacerlo con compostaje doméstico o entregarlos a redes de recolección de orgánicos. Los sobrantes de comida cocinada con sal y grasa se deben desechar como inservibles, no son recomendables para preparar abono.
6. Reduce el uso del vehículo particular
Camina, usa la bicicleta o el transporte público siempre que sea posible. Comparte el auto con otras personas para reducir emisiones y congestión.
7. Cuida el uso del agua potable
Cierra la llave mientras te cepillas los dientes, lavas platos o te enjabonas. Instala aireadores en grifos y revisa posibles fugas.
8. Minimiza el uso de plásticos de un solo uso
Lleva tu bolsa reutilizable, termo y contenedor. Evita productos con empaques innecesarios y prefiere envases retornables o reciclables. En este punto te recomendamos adoptar el modelo de las ‘Botellitas de Amor’.
9. Aprovecha la luz natural
Abre cortinas y organiza tus espacios para trabajar o estudiar con iluminación natural. Esto reduce tu consumo eléctrico y mejora tu salud visual.
10. Siembra y cuida la biodiversidad urbana
Cultiva plantas en casa, en tu balcón o participa en huertas comunitarias. Si tienes espacio, siembra especies nativas que atraigan polinizadores y ayuden a restaurar la vida en la ciudad.