Foto: archivo particular.
Campo Moriche fue escenario de dos contingencias ambientales en 2020. Archivo particular.

¿Qué pasa en Campo Moriche?

El área de explotación petrolera operada por Mansarovar Energy, en Puerto Boyacá, ha registrado dos contingencias en cinco meses. 

La primera ocurrió el 8 de junio de 2020 y la segunda el reciente 9 de septiembre, a solo 150 metros una de la otra, según la información suministrada por las autoridades locales. 

De acuerdo con datos de Corpoboyacá, la emergencia del 8 de junio correspondió a un derrame de crudo que comprometió 15 mil metros cuadrados, un área similar a dos canchas reglamentarias de fútbol, y sobre los cuales se derramaron 40 barriles de crudo que impactaron suelo, vegetación, cuerpos de agua y fauna silvestre. 

Por redes sociales circuló la imagen de un chigüiro impregnado de petróleo, y recientemente la de una retroexcavadora volcada en un bajo inundable, ambos casos en el mismo lugar. 



Una inspección realizada por la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y Corpoboyacá advirtió que las labores de recuperación de la zona avanzan con lentitud.

Sobre la causa de esta contingencia, entreojos.co conoció que la misma se presentó por un pitting o “corrosión por picaduras que provoca pequeños agujeros en el metal”, en este caso en la tubería de conducción de 10 pulgadas por la que viaja el crudo. 

El derrame de septiembre

El 9 de septiembre la opinión pública conoció de un nuevo derrame de crudo en Campo Moriche, también por una falla de tipo operacional asociada a un pitting.

entreojos.co logró establecer que Corpoboyacá advirtió a la ANLA sobre el origen de las fallas causantes de los dos derrames, y que dentro de las acciones de contingencia asumidas por Mansarovar Energy, con ocasión del evento del 8 de junio, estaba la de realizar un diagnóstico a la totalidad de línea de conducción.  

Sobre la situación registrada el 9 de septiembre, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales informó que recibió de Mansarovar Energy el reporte inicial del evento a través de la plataforma VITAL.

La entidad señaló que cuando suceden contingencias ambientales asociadas a la fuga de petróleo, las empresas del sector deben dar cuenta del hecho a partir de lo dispuesto en el Plan Nacional de Contingencia contra Derrames de Hidrocarburos, Derivados y Sustancias Nocivas. 

El 9 de septiembre el equipo técnico de Mansarovar Energy indicó que la situación se había presentado “en la línea de producción Campo Moriche, procedente del clúster J y K, en el municipio de Puerto Boyacá. Con un volumen estimado de 0.75 bbls”.

Emergencia de otro nivel

La ANLA detalló que a partir de los datos suministrados en la plataforma VITAL por las empresas petroleras se genera el nivel de la emergencia “en el que se define la pertinencia de realizar o no un seguimiento prioritario al sitio”. 

En el protocolo de la autoridad ambiental hay tres criterios de valoración: extensión, magnitud y origen o causa; y tres niveles de respuesta: 

1. Si el nivel de la contingencia es “Nivel 1”, el seguimiento al proyecto se realizará de conformidad con la planeación del seguimiento normal que se programe a dicho expediente y será objeto de revisión durante la elaboración del correspondiente Concepto Técnico de Seguimiento.

2. Si la contingencia es calificada como “Nivel 2” o “Nivel 3”, implica hacer la visita de seguimiento al sitio de la contingencia y determinar las acciones adicionales si fuera el caso, las que la Sociedad deberá implementar para responder a la emergencia y las medidas de recuperación ambiental que aplicará para que el entorno vuelva a las condiciones previas antes del evento. Este nivel de contingencia implica una serie de visitas de seguimiento hasta que la Sociedad restablezca las condiciones.

Inicialmente, y a partir de los datos aportados por Mansarovar Energy, la ANLA calificó la contingencia del 9 de septiembre en Campo Moriche como de Nivel 1 “por cuanto el área afectada fue localizada, se estableció el volumen de derrame registrado, la causa del mismo, que fue operativa y la fuente del evento se controló (parada del bombeo)”. 

La ANLA reconoció, sin embargo, que ante la advertencia hecha por Corpoboyacá, y difundida a través de medios de comunicación, en el sentido de que el derrame de petróleo era mayor al reportado inicialmente, la entidad decidió realizar una visita al sitio el 14 de septiembre de 2020 “encontrando que el volumen derramado corresponde a 100 barriles de agua crudo (15% de hidrocarburo)”. 

A partir de esta declaración se evidencia que la información inicialmente aportada por Mansarovar Energy no coincidía con los datos de la inspección realizada el 11 de septiembre por de Corpoboyacá, y que el nivel de la contingencia era superior al contemplado en una primera instancia.  

Frente a la posibilidad de apertura de un proceso sancionatorio ambiental en contra de la petrolera por esta emergencia ambiental, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales respondió que a partir de lo evidenciado en las visitas de seguimiento y control “se determinará si se reúnen los elementos de juicio suficientes para proceder si así se considera…en los términos establecidos en la Ley 1333 de 2009”.

En relación con las acciones de recuperación del área afectada, Corpoboyacá estima que en este caso se ha avanzado en un 90 por ciento. La entidad confía en que se acoja su solicitud de realizar un diagnóstico a la totalidad de línea de conducción para evitar la ocurrencia de eventos similares y sus consecuentes impactos sobre la biodiversidad de la zona. 

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