En la mañana del miércoles primero de junio el sonido de una motosierra alteró la tranquilidad de un sector rural del municipio de Tibasosa, en la recta San Rafael, muy cerca de la vía que comunica a esta localidad con la ciudad de Sogamoso.
En la zona se había vuelto costumbre y llamativo ver desde hace más de una década a una bandada de garzas, de varias especies, muy populares en la Orinoquía colombiana, que se instalaron en las copas de los eucaliptos presentes en el lugar.
Poco a poco se conformó un garcero de tierra fría, y aquello que era exótico para los habitantes de este valle boyacense, se convirtió en parte del paisaje.
De acuerdo con versiones de algunos vecinos, las estilizadas aves de plumaje blanco, en su mayoría, empezaron a inquietar a propietarios de predios al punto que en una ocasión los eucaliptos donde habitaban fueron derribados. Como sucedió hace varios años, se desconoce si esa tala fue autorizada por la autoridad ambiental.
La historia se repitió el pasado miércoles, pero en esta ocasión la Alcaldía de Tibasosa jugó un papel protagónico con cierto grado de justificación.
Por recomendación del Comité Local de Gestión del Riesgo, la administración municipal solicitó un permiso de aprovechamiento forestal a Corpoboyacá con el propósito de derribar seis ejemplares de eucalipto dada su avanzado estado de deterioro.
“Los árboles … presentaban riesgo inminente de colapso hacia la vía nacional”, dijo Daniela Nausa Patiño, Secretaria de Desarrollo y Medio Ambiente de la Alcaldía, y argumentó la decisión en la necesidad de evitar una “posible afectación de daños materiales y humanos”.
Dijo además que, previa autorización de Corpoboyacá, el municipio procedió a realizar la tala y poda de árboles”.
entreojos.co validó esta información con el subdirector de Recursos Naturales de esta autoridad ambiental, Heiler Martín Ricaurte. El funcionario dijo que en efecto la Alcaldía de Tibasosa solicitó permiso de aprovechamiento forestal por seis árboles.
Como respaldo, el gobierno local describió “que estaban secos e inclinados hacia la vía”, informó Ricaurte.
Motosierra sin control
Aunque el subdirector de Recursos Naturales de Corpoboyacá admitió la existencia del trámite realizado por la alcaldía, fue categórico al señalar que cuando los operarios estuvieron frente a la fila de árboles “le pasaron motosierra a todo”, talaron más de los autorizados.
Una vez conocida la denuncia, se ordenó el desplazamiento de la Unidad de Reacción Inmediata de la Corporación para inspeccionar el hecho, y ante le evidencia del daño provocado tanto a la flora como a la fauna debió intervenir un equipo de veterinarios para rescatar a algunas garzas con sus pichones mal heridos.
Ante su estado de maltrato debieron ser trasladarlos al Hogar de Paso de Fauna Silvestre de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos en Soracá.
“Había varios anidamientos que se perdieron”, ratificó Heiler Martín Ricaurte y calificó la situación como lamentable e indignante. “No puede ser que este tipo de cosas sucedan”, añadió.
Su versión contradice a la entregada por la Secretaria de Desarrollo y Medio Ambiente de Tibasosa, Daniela Nausa Patiño, quien señaló “que los árboles que fueron intervenidos no tenían nidación”.
Ricaurte informó además que a partir del reporte técnico entregado por la comisión desplazada al lugar se iniciará el proceso sancionatorio en contra de los presuntos infractores, y se le entregará un balance de la situación a la Procuraduría Regional que ya conoció del caso.
Sobre la responsabilidad de la Alcaldía de Tibasosa, el funcionario se abstuvo de hacer una sindicación específica y, en el marco del manual de procedimientos, sostuvo que la Corporación evaluará las condiciones de modo, tiempo y lugar de acuerdo con los datos recolectados en campo.
entreojos.co conoció que varios ejemplares de garzas fueron a refugiarse en árboles ubicados dentro de fincas cercanas, una situación que podría dar pie a un conflicto humano – animal en esta zona del Valle de Iraka. Pidieron a la autoridad ambiental emprender acciones para proteger la integridad de las aves migratorias.
Lo que debió hacerse
Johana Zuluaga, bióloga de la Asociación Ornitológica de Boyacá Ixobrychus, explicó que en casos como este, cuando la autoridad ambiental ha dado algún tipo de permiso, se debe hacer un estudio para identificar si hay fauna anidando en la vegetación que va a ser derribada a fin de tomar medidas como la reubicación de los nidos.
Calificó este como un caso de maltrato animal y confió en la oportuna actuación de la autoridad ambiental.
Sobre las especies afectadas, Zuluaga detalló que allí hacen presencia ejemplares de la especie Ardea alba, conocida como garza grande; la Bubulcus ibis, bautizada como garza huellera; y la Egretta caerulea denominada por algunas personas como garza negra.