Plantación de laurel en la vereda Ombachita de Sogamoso.

El laurel, un cultivo bendecido por los rayos del sol

En la vereda Ombachita de Sogamoso crece una plantación orgánica que es apetecida en el exterior.

Un laboratorio de Estados Unidos certificó la calidad de las hojas de laurel que germinan en la parte alta de Sogamoso, en la vereda Ombachita, muy cerca del icónico Santuario de Nuestra Señora de la O de Morcá, y el resultado de esa evaluación reportó que la luminosidad solar incide de manera particular en el buen perfil de esta especie aromática, algo parecido a lo que sucede con los cultivos de uva.

Eso nos lo contó con orgullo Israel Gutiérrez, el gestor de esta siembra perenne organizada cuidadosamente en surcos y desde la cual se avista imponente el Valle de Sogamoso.

Aunque desde esta altura se aprecian algunos focos de contaminación, producto del desarrollo urbano y de algunos procesos industriales, el panorama que ofrece la Finca El Alcaparro, donde germina el laurel, permite confiar en un futuro esperanzador. Si más plantaciones similares se conformaran en la zona, esta parte del departamento tendría mayor resiliencia para soportar los efectos del cambio climático.

Israel, aunque no lo admita, fue un visionario. Hace 22 años el dueño de una procesadora de condimentos le compró a buen precio un bulto de hojas de laurel. En su predio tenía algunas matas de este arbusto perteneciente a la familia de las lauráceas, intuía que en algún momento podrían serle provechosas.

Esa primera venta lo llevó a investigar sobre sus propiedades y la mejor forma para propagarlo, sabía de las dificultades en su fase de crecimiento y consolidación, aun así emprendió el camino. En el ejercicio de rastreo de información identificó las enormes posibilidades que tenía en el exterior. 

En 2011 decidió constituir una empresa para formalizar la comercialización de la hoja de laurel, así nació Buen Aroma. Se asoció con integrantes de su familia y algunos amigos que creyeron en el proyecto, y compraron un lote adyacente para ampliar el área de cultivo.

Israel recuerda que era un pastizal acompañado de un incipiente bosque de eucalipto, “era un terreno bueno, pero no tenía materia orgánica y requería un tratamiento de recuperación, con abono y otros cuidados lo fuimos mejorando”. Hoy cuentan con el registro del ICA por buenas prácticas agrícolas y trabajan para alcanzar otras certificaciones que les otorguen más reconocimiento.

Israel Gutiérrez, gestor de Buen Aroma, señala el sector donde empezó la plantación del laurel. Allí había pastizales y un suelo poco fertilizado.

Su condición de cultivo amigable con el ambiente está asociada a que el Laurel tiene bajos requerimientos de agua, “es como una especie nativa que soporta las variaciones del clima, es muy resistente”, nos explicó Israel mientras hacemos un recorrido por el terreno ondulado en medio de los surcos.

Por el camino vemos arbolitos de un metro de altura a los que en seis meses se les estarán recogiendo las hojas, las embalarán en Ombachita, se enviarán a Bogotá para su empacado y luego tomarán rumbo hacia el exterior, especialmente a Estados Unidos. Israel reconoce que el mercado nacional no es rentable.

Vemos asimismo laureles más grandes con más follaje. Buen aroma dispone hoy de 10 mil árboles y están buscando socios y tierra para incrementar la producción. La demanda internacional va en aumento.

Aunque no ha sido frecuente, Israel advierte que la crisis climática puede ser un riesgo. Las heladas y las granizadas amenazan al laurel especialmente cuando la hoja está muy tierna, lo mismo sucede con la alternación de las precipitaciones, a veces llueve mucho y en otras ocasiones muy poco.   

– ¿Por qué es tan apetecido el laurel?, le preguntamos al gestor de Buen Aroma.

– Uy, son muchos los beneficios, nos responde.

Y empieza a describirnos sus bondades: sirve para el insomnio, es antiinflamatorio y tiene buen control de los dolores musculares, y es un excelente condimento para las carnes.

Además de las propiedades descritas por Israel, la ciencia ha descubierto otras como ser rico en vitaminas A, C, B2 o riboflavina, B3 o niacina, B9 o ácido fólico y, especialmente B6; es gran contenedor de calcio, fuente de hierro y abundante en magnesio, potasio, zinc, selenio y fósforo.

Junto al laurel, en el predio El Alcaparro vemos un surco de romero, “es totalmente orgánico”, apunta con especial énfasis nuestro guía, y agrega que en el mercado tiene muchas posibilidades.

El cuidado y aprovechamiento de estas plantas de origen mediterráneo está a cargo de personas de la zona, especialmente de mujeres cabeza de familia. Ellas son aliadas en este proceso que comenzó en Ombachita y hoy conquista el interés del mercado internacional.

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