Campesinos de Rabanal y profesionales del Humboldt coincidieron en los deterioros del páramo. Foto: Felipe Villegas.

Minería y uso de agroquímicos en labores agrícolas, principales amenazas del páramo de Rabanal

Investigadores de Boyacá Bio y comunidad de la zona realizaron un diagnóstico de los problemas que enfrenta el ecosistema.

De acuerdo con la identificación y caracterización realizada por el Instituto Alexander von Humboldt, la importancia del páramo de Rabanal radica en que abastece de agua a las cuencas que alimentan el embalse La Esmeralda, del que depende la Central Hidroeléctrica de Chivor; y otas que irrigan hacia la laguna de Fúquene, el río Suárez, el río Moniquirá, el río Teatinos, la quebrada Cortaderal y el río Chicamocha.

Este ecosistema está localizado en jurisdicción de los municipios de Villapinzón, Lenguazaque y Guachetá, en Cundinamarca; y Ventaquemada, Samacá y Ráquira, en Boyacá. 

A pesar de su vital aporte y de su incidencia sobre la vida de 300 mil personas del centro del país, los habitantes del páramo que participaron en la expedición Boyacá Bio junto a investigadores del Instituto Alexander von Humboldt, concluyeron que la minería del carbón compromete el abastecimiento hídrico de la región “ya que el agua superficial se filtra por los socavones de las minas”. 

Sumado a eso los procesos mineros usan gran cantidad de agua pura de las quebradas y la devuelven contaminada a los cuerpos de agua. 

A este panorama se agregan otros conflictos como los siguientes: 

– El aire y el clima se ven afectados por el humo de los hornos de coquización de carbón y por el polvo que levanta el tránsito de camiones por la Troncal del Carbón.

– El aumento y extensión de las plantaciones de eucalipto para los socavones de las minas de carbón ha resecado los suelos y desplazado a plantas y animales nativos. 

– Los agroquímicos empleados en los cultivos, sobre todo de papa, afectan la calidad de los recursos hídricos, a los propios cultivos y generan mortalidad de aves como los colibrís y polinizadores como las abejas.

Otra de las conclusiones de este ejercicio de ciencia participativa tiene que ver con el impacto de la minería sobre la cultura tradicional campesina. “En algunas áreas paramunas se ha identificado además que el cambio de las actividades agropecuarias por la minería de carbón a gran escala ha generado desplazamiento de las familias de las veredas hacia los cascos urbanos y otras regiones”. 

Especies que sobreviven

El proyecto Boyacá Bio permitió la observación de 96 especies de seres vivos en el páramo de Rabanal. El inventario incluye una de anfibios, 27 de aves, ocho de insectos y otros invertebrados, una de reptiles y 51 de plantas.

La mayor riqueza en flora la representa el frailejón, al tiempo que se encuentran plantas medicinales como la salvia, usada en preparaciones para los nervios y el dolor de muela; y la árnica, importante por sus propiedades analgésicas y antibióticas.  Aunque el eucalipto ha incidido negativamente en la transformación del territorio, con sus hojas se preparan sahumerios y remedios para la tos. 

Los ejemplares de la fauna local más comunes son el águila paramuna, los curíes, el oso y el armadillo.      

Al consultar la opinión de los campesinos de la vereda Loma Redonda, de Samacá, sobre el significado y el valor de Rabanal, su percepción es relevante. Es definido por los pobladores como “un sistema de montaña donde hace frio y se produce oxígeno. Es una reserva natural donde habita la flora y la fauna y les da agua a las ciudades; es uno de los ecosistemas más maravillosos del mundo natural ya que produce agua, neblina y todos los factores atmosféricos. Por eso es importante para el futuro”. 

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