Foto: entreojos.co
Las mujeres Embera plantearon su preocupación por la contaminación de las fuentes de agua.

Promover el conocimiento de plantas medicinales propone comunidad Embera para garantizar la sostenibilidad

Representantes de esta etnia en Puerto Boyacá expresaron su preocupación por las quemas que deterioran el bosque y el uso de agroquímicos.

El Centro de Convivencia de Puerto Boyacá sirvió de marco para la reunión de integrantes del colectivo indígena Embera Katío Chamí y el equipo que tiene a su cargo la realización de los talleres de divulgación y consulta del Plan de Gestión Ambiental Regional (PGAR) en la jurisdicción de Corpoboyacá.

Este espacio permitió conocer las preocupaciones de las familias de la comunidad Motor Duchake Alto Nacaberdwa de la etnia  Embera Chamí y Embera Katío que habitan el sector de Pozo Dos, en la vereda Velásquez, de Puerto Boyacá, por la contaminación de las fuentes de agua, el uso de agroquímicos, la deforestación y la afectación a la fauna que habita esta zona del Magdalena Medio.

Greison Leyva Nacabera, cabildo o líder de la comunidad Embera Katío Chamí, explicó que el uso de sustancias químicas para fumigar plantaciones o ganaderías impacta negativamente los ríos y las quebradas. Leyva y los demás integrantes de este pueblo nativo se refirieron también a las quemas de áreas de bosque para la ampliación de la frontera agrícola y al daño que tales prácticas ocasionan a las especies de fauna y flora.

En desarrollo del taller del PGAR, los Embera Katío Chamí se comprometieron a erradicar de sus hábitos la producción de carbón vegetal y a establecer una alianza para la restauración y conservación de bosques con especies nativas.    

El líder de los Embera en Puerto Boyacá explicó que los daños provocados a la naturaleza conlleva a  que los jai, o espíritus del agua, de los árboles y de los animales silvestres, se escondan, se resguarden, lo que provoca escasez de recursos para la subsistencia de otras especies y de las personas.

Greison Leyva Nacabera le planteó a las autoridades ambientales tener en cuenta a los jaibanás o chamanes de su comunidad para restablecer la condición natural de las zonas que han sido intervenidas y afectadas por la presencia de agroindustrias y otro tipo de actividades humanas que han provocado el deterioro de los ecosistemas. “Los jaibanás hacen un trabajo de protección espiritual y se les debe consultar para restablecer a los jai del agua y de los bosques”, sostuvo Leyva.

Durante el taller de divulgación y consulta del PGAR se expusieron varias alternativas para optimizar la relación entre esta comunidad indígena y Corpoboyacá. Una de ellas tiene que ver con promover el conocimiento ancestral de plantas medicinales y para ello se propuso la creación de un centro botánico y el fortalecimiento de la Maloka.

Otras opciones para articular el trabajo entre la autoridad ambiental, la Gobernación, la Alcaldía y el pueblo Embera Katío Chamí está relacionada con el rescate de semillas de árboles nativos para emprender procesos de restauración de bosques, la conformación de un vivero con especies endémicas y otras para establecer plantaciones forestales, preservar el nacimiento que le da vida a la ciénaga de Palagua, propiciar el cuidado de la Serranía de las Quinchas y consolidar una guardia indígena que ayude en las labores de control y vigilancia de los recursos naturales.

Estos planteamientos serán incorporados en el documento final de Plan de Gestión Ambiental Regional que deberá ser aprobado en diciembre por el Consejo Directivo de Corpoboyacá y que tendrá una vigencia de 2020 a 2031.

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